Epílogo

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Meses más tarde...

No sé cuánto tiempo he estado de reunión con los guionistas de la película que van a hacer de unos de mis libros, pero nos hemos terminado retrasando como una hora. Es decir, vamos con retraso para ver la final del Campeonato.

Jake ha vuelto a jugar después de meses en los que estaba de baja. Porque aunque estaba bien, tanto él como los médicos, al igual que el equipo querían comprobar que todo marchara sobre ruedas. Cosa que al final sucedió. Tampoco es que yo tuviera alguna duda.

Salgo del despacho dejando a la Amber James escritora ahí, volviendo a Amber Kilian, mamá y esposa, para cambiarme de camiseta por la del equipo de mi marido. Menos mal que Debbie me hizo el favor de recoger a los mellizos de la guardería y vestirlos en lo que yo tardaba.

Cuando estoy lista, con todas las cosas preparadas voy al salón donde se encuentran los peques, que ya no son tan peques, jugando con Debbie. Ambos están vestidos con la camiseta del equipo y con nuestro apellido.

—Os habéis entretenido.

Los mellizos me ven y se dirigen hacia mí, ya saben andar, más o menos. Es decir van torpes, se caen pero ya no necesitan los guiemos aunque eso no significa que no lo hagamos.

Los abrazo cuando llegan a mí y les doy tantos besos como puedo y me permiten, porque ahora ya me apartan la cara cuando se cansan. El consuelo está en que su padre parece no cansarse cuando se lo hago. Mi bebé mayor no me defrauda.

Los coloco en el carrito y pongo sus cosas.

— ¿Segura que no te quieres venir?

—No, gracias. Mi hija viene en un par de horas.

— ¡Verdad! ¡Y yo entreteniéndote! Dile que se pase uno de estos días y comemos juntos.

Debbie me sonríe.

—Se lo diré.

Nos despedimos y marchamos hacia el estadio. Charles es el que conduce, aunque detrás nos siguen los de seguridad. Es algo a lo que he tenido que acostumbrarme, pero bueno.

Es cierto que desde que atraparon a Iria y a Dylan ya no he recibido ni una cuarta parte de los mensajes de odio, ni amenazas, al final, nunca se sabe y en cualquier momento algún fanático puede hacer algo que nos ponga en peligro. Saludamos a nuestros seguidores, los abrazos, nos hacemos fotos, y les damos autógrafos pero siempre que sea seguro para nosotros. La popularidad de Jake solo va en aumento, y por consecuencia la mía también, así que intentamos mantener el perfil bajo, aunque de vez en cuando compartamos algo, y la privacidad de los mellizos. Aunque quizá...

Llegamos donde se encuentran los familiares y por motivos laborales ni Jacob ni Callie han podido venir. Por el contrario Sab y Roderick se encuentran con la familia de Derek, y se nota una especie de tensión entre ella y su suegra por la atención de mi ahijado quien nada más vernos viene corriendo hacia nosotros escapando de ellas. Y sí, se cae por el camino.

Saco a los mellizos que van hacia su amigo y automáticamente los tres se ponen a hablar en su idioma y a jugar.

Me acerco a mi amiga a quien abrazo y acaricio su tripa de embarazada. No quisieron perder el tiempo y después de unos meses tomaron la decisión de buscar el segundo.

—Pensaba que al final no vendríais.

—Ya sabes, pelea con los guionistas.

— ¿Otra vez?

—Querían inventarse otro personaje para que hubiera más tensión entre los protagonistas.

— ¿Pero no hay uno ya?

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora