Capítulo 44

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Cuando me despierto me doy cuenta de que no tengo la cara de Jake al lado de la mía. Es más no está ni siquiera en la almohada. Miro hacia abajo y está apoyado en mi pecho con las manos en el vientre. No quiero despertarle, así que intentando moverme lo menos posible, cojo el móvil y le hago una foto a la escena. Quiero inmortalizar todos los momentos que pueda.

Miro los mensajes y la mayoría son de los invitados de ayer deseándonos que nos lo pasemos bien en estos días. Le mando un mensaje a Debbie avisándola de que en estos días los regalos de Navidad llegarán y me percato del mensaje de Kevin en el que me dice que mi pasaporte y todo lo demás con el cambio, está en recepción a lo que le doy las gracias.

Suena la alarma del móvil de Jake quien levanta la mano, la apaga y vuelve a su sitio.

—Dormilón, nos tenemos que ir. —Intento despertarlo mientras le acaricio el pelo.

—Es nuestro avión, no saldrán sin nosotros.

—Venga, cuanto antes lleguemos, antes me verás en bikini.

Levanta los ojos y sonríe divertido.

—Eso valdría si no estuvieras desnuda como ahora.

Me miro y es verdad.

— ¿Vamos?

Asiente.

Nos vestimos, y bajamos a recepción.

—Le dejaron esto. —Me tiende lo que Kevin me dijo.

— ¿Eso qué es? —Me pregunta Jake curioso.

—El pasaporte que se me olvidó.

Niega con la cabeza.

Salimos del hotel con las cosas y las llevamos al coche, donde nos espera Charles. En el coche están las maletas que nos llevaremos al viaje. Dejaremos lo que hemos usado allí y el conductor se hará cargo de llevarlo a casa.

No había visto el avión privado que había comprado Jake ya que no había viajado a ningún sitio. Pero ahora lo veía y no podía caber en mi asombro.

Era más pequeño que un avión comercial pero no menos espacioso. Perfectamente podríamos estar todas nuestras familias y más personas.

Nos montamos y durante todo lo que duró el viaje, Jake y yo lo pasamos en una de las camas de las habitaciones que había disponibles.

Llegamos al hotel y entregamos nuestras cosas para que nos apunten. Antes de llevarnos a nuestra villa. Porque íbamos a pasar los días en una casa alejados de los demás, aunque nos traerían la comida, así como limpiarían nuestras habitaciones todos los días. Jake lo había decidido así porque aunque era un hotel de lujo donde muchas celebridades se hospedaban, quería que tuviéramos la mayor tranquilidad posible.

—Tengan, sus identificaciones. —Se la dan a Jake quien las coge sin percatarse de nada.

—Mauricio —llama la empleada a su compañero—, acompaña a los señores Kilian a su villa.

Mauricio asiente y nos lleva en un coche como los que se usan para jugar al golf. La casa es blanca muy grande de dos plantas. La parte que da al mar y a la piscina es de vidrieras, lo que me recuerda a nuestro nuevo hogar. Es muy bonita y tiene de todo. No va a hacer falta que salgamos a ningún sitio aunque querré ver los alrededores.

El empleado se despide y nos deja en nuestra habitación después de habernos ayudado con las maletas.

—Ya estamos solos. —Dice Jake.

Abro la maleta buscando un bikini que ponerme y un vestido encima. El hecho de que estemos solos me gusta porque no tengo que estar pendiente de que alguien más me vea la tripa. Decidimos hacerlo todo público cuando volvamos a casa, así que aquí puedo acostumbrarme un poco a lo que va a venir.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora