Capítulo 42

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Me despierto con Jake apoyado en mi pecho y su mano en mi vientre. Me pregunto si seguirá colocándola ahí una vez que los mellizos salgan. Miro la mesita de noche y ahí está mi anillo de compromiso. Realmente llevaba con él meses. No me ha dicho con exactitud cuánto tiempo pero una parte de mi sospecha que lleva con él desde antes de que me diera el test positivo.

Si lo pienso fríamente con solo veintitrés años estoy embarazada de mellizos y a punto de casarme. Nunca en mi vida habría pensado en tal posibilidad a tan corta edad y menos con el jugador más importante del momento, o quizás más bien del siglo veintiuno. La vida da muchas vueltas y uno nunca sabe cómo puede sorprenderte. He aquí un ejemplo gráfico de ello.

Si realmente nos vamos a casar la semana que viene, debo hacer una lista con todo lo que hay que organizar. Nada más llegar, Jake le pidió a Marissa que se encargara de contratar a alguien, quien nos enseñaría los sitios, los tipos de decoración, y tendríamos que escoger menú. Supongo que tendríamos que mandar invitaciones, pero seríamos muy pocos. ¿No deberíamos de invitar a los demás jugadores, presidente y entrenador el equipo de Jake? ¿O a los accionistas de la empresa de Jacob?

La duda comienza a carcomerme y decido despertar a mi ahora prometido. Vaya, todavía no lo había determinado con tal nombre. No suena mal, lástima que solo pueda usarlo por unos pocos días. Aunque marido suena mejor. Obviamente estoy pasando demasiado tiempo a su lado, porque ya estoy empezando a pensar como él.

—Jake. —Comienzo a moverle.

—Jake. —Ahora lo hago algo más fuerte.

Sigo moviéndolo y viendo que no hace nada, meto uno de sus dedos en la nariz. O intento hacerlo porque hace fuerza para que sea incapaz.

—Si estabas despierto, ¿por qué no abres los ojos sin más?

—No pensaba que tuvieras un fetiche con los dedos dentro de la nariz.

Frunzo el ceño.

—Sabes que no tengo un fetiche de eso.

—Entonces, ¿por qué has querido meterme mi dedo en mi nariz?

—Porque no me respondías.

Se pega aún más a mí. Apretujándome contra él y enrollándome entre sus piernas. Ahora no quiero levantarme de la cama... pero, tenemos muchas cosas que hacer.

— ¿No quieres invitar a los demás jugadores, entrenador y presidente a la boda?

—Es algo íntimo. Solo seremos la familia y los amigos más cercanos, he pensado en decírselo a Debbie, Charles y a Kevin, aunque no estoy seguro de que los dos primeros se animen.

—Tampoco estoy segura de que quieran venir. Pero, ¿no vas a quedar muy mal?

Niega con la cabeza.

—No soy el primero que hace algo así. Jackson se fugó literalmente a una isla con su novia y su madre. Y sí, esto será aquí pero después lo compensamos con la fiesta de los bebés y ya está.

— ¿Seguro?

—Sí.

—De acuerdo.

—A las doce tenemos cita con la organizadora para decidir sitio, comida, y supongo que decoración.

—Cuando se tiene dinero lo rápido que se hace todo.

—Alguna ventaja tenía que tener. —Me aprieta más—. ¿Quieres invitar a tu padre? Coincide con su semana aquí.

—Es algo que he estado pensando... supongo que deberíamos decírselo. Aunque Andy es el que me llevará al altar, y será un poco raro después de llamarte marido delante suya.

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