Estaba durmiendo tan tranquila cuando a mi querido marido le da por darme los golpecitos en la barriga que le preguntó a la ginecóloga si podía dar. Como no había horas en el día, tenía que hacerlo estando yo dormida.
—Jake, para.
Pero no paraba, y seguía.
—Jake, te he dicho que pares.
Le di un manotazo. Pero seguía.
— ¡Jake!
—Amber —me respondió soñoliento—, no soy yo.
Abro lo ojos y me miro el estómago. No veo nada, pero no hay nada que me esté tocando. Pero siento que algo se mueve.
— ¿Se están moviendo? —Pregunto más para mí que para Jake.
Me siento y coloco la mano en el lado derecho, que es donde siento las patadas.
—Se están moviendo.
Jake vuelve a estar en shock, blanco.
Cojo su mano y me la pongo en el sitio, pero en ese momento paran.
—Vaya, acaban de parar.
La aparto y después de unos minutos, vuelven a la carga. Así que vuelvo a colocar la mano de Jake, que sigue sin estar presente, pero paran.
—Parece que no quieren que les pilles. —Intento animarlo.
Vuelve en sí.
— ¿En serio paran cuando he puesto la mano encima?
Asiento.
—Quizás es que les relajas porque se sienten protegidos.
—Intenta arreglarlo. —Se levanta decepcionado—. Si vuelven a hacerlo, avísame. Voy a preparar el desayuno.
Me da pena que no haya podido notar las patadas. No entiendo por qué en el momento en el que ponía su mano, los bebés dejaban de moverse... Ojalá cambien, y le dejen sentirlo.
Intento dormir de nuevo pero no puedo. Así que cojo el móvil, y me meto en redes sociales para desear las felices fiestas a los seguidores. Veo que Jake me ha etiquetado en dos fotos, en la primera, es con el premio. Una de nosotros juntos. Y en la segunda es de ayer, de los dos, con mi pegatina en la tripa. El que esté pendiente de sus seguidores, hace que me sienta mal por los míos. Porque no les he actualizado la novela que estaba subiendo y ni siquiera he hecho más directos. Y lo peor, es que ni siquiera les avisé.
Comparto las dos fotos que compartió Jake, y en las historias me disculpo por estar desaparecida. También les digo que a la vuelta de las vacaciones subiré todos los capítulos pendientes y que haremos los directos que prometí. Automáticamente recibo comentarios diciéndome que lo entienden y que no me preocupe. Hay alguno malo, pero realmente no me importa demasiado.
Decido bajar y ya está todo el mundo listo para abrir los regalos. Aunque a mí ya me han dado el más importante. Mis hijos y sus patadas. No me hace falta nada más. Bueno, mentira, Jake también. Y Finn.
Mi perro salta para saludarme y lo acaricio. Me coloco en el suelo donde está todo el mundo. Jake está detrás de mí y me abraza. Quizás con la esperanza de que los bebés vuelvan a moverse, pero no sucede y él tampoco parece mostrar ninguna clase de decepción.
Comenzamos a abrir los regalos y no me sorprenden cuando la mayoría de los que van dirigidos a nosotros, son más para los bebés que para nosotros. Mi hermana y Andy nos da dos peluches, dos peleles, Callie y Matt, me regala un bolso enorme para guardar las cosas de los bebés y Jacob, nos regala la manta que tejió la madre de Jacob cuando era bebé.
ESTÁS LEYENDO
Entre nosotros
RomanceAmber siempre ha tenido muy claro lo que quiere hacer: escribir. Pero cómo es tan dificil cuando acabe la carrera será profesora. Jake es un futbolista profesional que acaba de empezar. Una noche ambos se encuentran y comienzan una relación, pero la...