Capítulo 2

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— ¡Amber! ¡Amber! ¡Despierta! —La voz de Alexia me despertó.

Estaba enseñándome la pantalla de su teléfono móvil. Mientras seguía gritándome.

—Shh. Alexia, estaba durmiendo.

Me estiré.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Claire.

—Chicas, me habéis despertado. —Añadió Cara.

Mi mejor amiga me tendía la pantalla y solté un grito. No me dio tiempo si quiera a leer bien lo que ponía. Solo podía ver la foto. Porque ahí estaba yo, con Jake. Apenas se podían ver mis rasgos gracias a la perspectiva y a la oscuridad. Pero nosotras sabíamos perfectamente que era yo.

Mi hermana entró cansada. Había pasado la noche trabajando en el hospital y mi grito la había despertado.

— ¿Qué pasa?

—Amber es famosa. —Respondió Cara como si nada.

— ¿Qué? —Preguntó mi hermana.

—Eso no es cierto. —Respondí ante su acusación.

— "¿Quién la joven a la que la joven promesa del fútbol Jake Kilian acompañó a su casa? ¿Es su nueva conquista?" —Lee en voz alta Alexia con voz de periodista del corazón.

—Por Dios, lo que la gente se inventa. —Mascullo.

— ¿Sabías quién era? —Quiere saber Claire.

— ¡Qué va!

Cojo el móvil y leo la noticia. Todo lo que dicen son básicamente exageraciones y suposiciones que no pueden estar más alejadas de la realidad: que si salimos a cenar, que si se rumorea que llevamos poco tiempo conociéndonos, que si conoce a mi familia...

—La gente está fatal. Todo esto es falso.

—Aquí dice que te acompañó a casa como todo un caballero. —Dice Claire por encima de hombro leyendo.

—Vale, una cosa que es cierta.

Fui al baño a tomarme una ducha. No podía ser cierto. Por eso me miró sorprendido cuándo le pregunté cómo se llamaba, por eso las chicas no paraban de sacar el móvil, por eso midió tan bien las palabras cuando me dijo a qué se dedicaba. Me sentía ¿engañada? Aunque tampoco es que pudiera sentirme así del todo. Solo habíamos hablado unos minutos, o quizás una hora, no lo sé. No me debía nada. Quizás solo quería sentirse como una persona anónima cuando conoce a otra persona anónima. No podía echarle eso en cara. Aunque no sé, al final de la noche podía haberme avisado, algo tipo: "por cierto Amber, soy futbolista, bastante conocido por lo que si mañana encuentras alguna foto nuestra en un tabloide que no te extrañe".

Me vestí rápidamente y fui a la cocina donde las chicas estaban. Incluso mi hermana se les había unido. Era como si me estuvieran esperando.

— ¡Por fin! —Exclamó Claire.

Pues va a ser que sí, que efectivamente me estaban esperando.

—Cuenta, cuenta. —Sumó Alexia.

—Es que tampoco hablamos tanto, se presentó, me presenté, me preguntó por qué no iba con vosotras, yo le pregunté por qué no hacía lo mismo con sus amigos...

— ¿No te dio ninguna indicación de quién era él? —Quiere saber mi hermana.

—Para nada. Es cierto que cuando le pregunté por su nombre me miró sorprendido y que cuando le pregunté por qué había tenido un día duro... cómo que se pensó bien en las palabras para usar. Pero ya está.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora