Capítulo 10

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Las empujé y salí de allí con la intención de pedir un taxi y largarme a casa. Sí, tendría que hablar con Jake, pero después de lo que aquellas víboras habían dicho de mí, necesitaba pensar con claridad y en ese ambiente no lo estaba consiguiendo. Más bien todo lo contrario. Podía ver cómo Jake me buscaba con la mirada pero cada paso que daba era interceptado por alguien para darle la enhorabuena. Decidí que ya hablaríamos y me dirigí a la puerta.

Mientras buscaba el bolso que parecía que estaba escondido en una de las habitaciones, Sabrina me encontró.

—Te estaba buscando.

—Ah, sí. Es que Caroline y Danielle estuvieron entreteniéndome.

—Amber, espero que no les hagas caso.

Intentó colocarme la mano en el hombro pero me separé. Encontré mi bolso y lo cogí.

—Tú lo sabías, ¿no?

Asintió con la cabeza.

—Le dijimos que te ibas a enterar si te traía y que debía decírtelo antes.

—Por eso Derek estaba discutiendo antes con él.

Asintió de nuevo.

—Perfecto, como siempre soy la última en enterarme de todo.

Salí por la puerta sin mirarla pero aún así Sabrina me siguió.

—Amber...

Me giré.

—Mira, Sab, me caes muy bien y quiero que sigamos siendo amigas y manteniendo el contacto pero ahora mismo quiero estar sola y salir de aquí.

—No sé qué te han dicho pero no las creas.

—Han sido las únicas sinceras. Y lo peor es que creo que parte de todo lo que han dicho es verdad.

Me giré y salí de la casa. Cogí mi móvil y comencé a buscar el teléfono para un taxi.

—Te estaba buscando. —Dijo Jake de repente.

—Jake, ahora mismo no quiero hablar. Solo quiero irme a casa.

—Amber...

—Quiero irme a casa.

Asintió derrotado.

—Yo te llevo.

—No hace falta, la fiesta es para ti.

—Si tú no estás me da igual.

Al final acepté irme con él a casa pero no hablamos en todo el camino. Yo solo sabía repetirme una y otra vez lo que me habían dicho y en la verdad de todo aquello. ¿Cómo podía confiar lo suficiente en él cuándo ni siquiera se había atrevido a contarme que se iba del país? ¿Qué ya había aceptado un contrato? ¿Pensaba que no me alegraría? No lo entendía. Y todo lo que habían dicho... era tan cierto como el agua es transparente. No podía seguirle el ritmo, al menos no en ese momento. No iba a dejar mi carrera por él. Después de ver lo mal que lo pasó mi madre tras la marcha de mi padre, aprendí que no puedo depender de nadie y menos de forma económica. Y sin estudios es mucho más difícil. Y no sabía cuánto duraría mi relación con Jake. Según lo que me habían dicho y lo que me estaba creyendo tenía los días contados... y no iba a desperdiciar mi futuro por algo momentáneo.

Jake aparcó el coche en un hueco al lado de mi casa. Suspiró y se giró en mi dirección. Había permanecido callado todo el viaje al igual que yo. El silencio se hacía pesado con todas las palabras que no habían sido dichas.

—Te lo quería haber contado.

—Pues se ve que no. Y por lo que me he enterado ha sido esta madrugada. Has tenido toda la mañana para decírmelo porque te recuerdo que me desperté en tu cama.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora