Me sentía incómoda y con las piernas hinchadas, mientras escribía aquellas dos historias que últimamente consumían mi tiempo: aquella tercera parte y aquella que no sabía que haría con ella.
Sé que debo levantarme, ducharme y vestirme para la sesión de fotos que tendría en unas horas, pero solo de pensar en el esfuerzo que tendría que hacer por levantarme me quitaban todas las ganas. Pero tenía que empezar a prepararme pronto porque Jake llegaría en cualquier momento y si quería que me acompañara para después aprovechar y hacernos algunas a nosotros, tenía que pillarme como si fuera a irme.
Subí el capítulo que me quedaba y suspiré. Hora de comenzar a prepararme y de la función.
Cuando me estaba maquillando, después de haber escogido un sujetador negro y unas mallas del mismo color para la sesión. En ese momento, Jake entró.
— ¿A dónde vas?
—Sab y yo vamos a hacernos unas fotos juntas.
— ¿Y qué hago yo mientras tanto?
Terminé de aplicarme el brillo labial.
—Pues... podrías acompañarme.
Frunce el ceño.
— ¿Y quedarme ahí durante horas?
Pongo los ojos en blanco.
—Derek vendrá... os podéis hacer compañía...
Jake sigue sin estar convencido. Tengo que buscar el plan b.
—Me podrás ver en ropa interior...
—Espera, ¿Derek te verá en ropa interior?
Bingo.
—Bueno... en sujetador. Pero es lo mismo que si estuviera en bikini.
—No quiero que te vean.
—El fotógrafo lo hará.
— ¿Seguro que es un fotógrafo y no un psicópata que se hace pasar por fotógrafo?
—Es un fotógrafo pero puedes venir a comprobarlo...
Parece que se lo piensa durante unos segundos y espero que funcione porque no tengo plan c.
—De acuerdo... pero lo hago porque tengo que confirmar que es quien dice ser.
Levanto la ceja pero sonrío, los hombres pueden llegar a ser muy predecibles.
Llegamos al estudio y Derek tiene cara de aburrido mientras que Jake ha pedido no sé qué papeles para comprobar que el fotógrafo es quién dice ser.
— ¿Está, cómo decirlo, sobre protector? —Me susurra Sabrina.
—Yo que sé, se puso así cuando le dije que estaría en ropa interior.
—Solo es en sujetador.
—Pero eso él no lo sabrá hasta que sea tarde y no podamos hacer otra cosa que las fotos.
—Eres perversa.
—Me lo has pegado tú.
Nos quitamos las partes de arriba y nos quedamos en sujetador. Nos miramos en el espejo y definitivamente tengo cinco meses y parece que voy a dar a luz el mes que viene.
—Estamos enormes.
—No sé qué pensar al respecto, me queda demasiado aún.
—Señoritas, ¿se ponen aquí? —Pregunta el fotógrafo.
—Son señoras, están casadas. —Dice Jake con el ceño fruncido.
—Jake, relájate.
—Estoy relajado.
Mentira. No se lo cree ni él que está moviendo el pie a cada nada.
—Colóquense una frente a la otra, que sus barrigas se toquen y pongan sus manos en el vientre de la otra.
Lo hacemos y es inevitable no sonreír.
—Amber está de cinco meses y parece que tiene el mismo tiempo que Sab. —Comenta Derek que parecía estar en el limbo.
Lo miro mal, su mujer lo mira mal y Jake parece que lo quiere asesinar.
—Tío, ¿qué te pasa hoy?
—Sab me mandó a dormir en el sofá y he dormido una mierda. —Se toca el pelo—. Lo siento, Amber.
— ¿Por qué lo mandaste al sofá?
—No tenía espacio suficiente. —Se encoge de hombros.
Cambiamos de postura siguiendo las indicaciones del fotógrafo hasta que por fin terminamos.
— ¿Queréis algunas con los padres?
Automáticamente los miramos sonrientes y ellos pusieron cara de susto.
—Derek, ven.
Yo me voy acercando a Jake para colocarme a su lado, ya que primero serían los otros dos.
—Esto lo teníais planeado. —Me acusa.
El fotógrafo obliga a Derek a quitarse la camiseta y a ponerse detrás de Sabrina.
—Puede ser...
— ¿Yo también tengo que hacer eso?
—Sí. Ya estás aquí.
Los otros seguían con las fotos.
—Mierda tengo hambre.
— ¿Quieres que vaya a por algo?
Niego con la cabeza.
—Seguro que te escaqueas y no apareces más.
—Eres mala. —Arqueo la ceja—. Y me conoces demasiado bien.
Después de esperar un buen rato porque Sabrina no estaba del todo convencida, nos tocó a nosotros. Jake se quitó la camiseta como había hecho su amigo y se colocó detrás de mí poniendo las manos en mi vientre. Nos hicimos un par de fotos en esa postura mirando a la cámara y otras mirándonos a nosotros. Y después probamos otras posturas.
Finalmente acabamos.
—Podríais venir otro día cuando el embarazo esté más avanzado. —Nos planteó el fotógrafo.
Miré a Jake esperando su respuesta, a mí me gustaría pero a la vez no quiero obligarlo a algo que no quiera.
—De acuerdo...—Respondió poco convencido.
Cogimos cita y le planté un beso en la mejilla.
—Eres el mejor.
—Lo sé.
—Se me olvidaba tu enorme ego.
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Entre nosotros
RomanceAmber siempre ha tenido muy claro lo que quiere hacer: escribir. Pero cómo es tan dificil cuando acabe la carrera será profesora. Jake es un futbolista profesional que acaba de empezar. Una noche ambos se encuentran y comienzan una relación, pero la...