Capítulo 28

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El resto del fin de semana lo pasamos tranquilos, los paparazzis sorprendentemente habían cumplido su palabra y nos habían molestado. Y tan rápido pasaron los días que ahora me encuentro en el ginecólogo con Sabrina.

Pensaba que después de su cita, a la tarde, tendría que acercarme para recoger el sobre con el sexo pero como Derek no había podido venir por una revisión médica, mi amiga me pidió acompañarla. Así que aquí nos encontrábamos. Ella en la camilla y yo sentada en la silla mirando una pantalla.

La barriga de mi amiga ha crecido bastante. Aunque sabía que tendría que crecer aún más todavía me parecía surrealista.

Le echaron aquella especie de crema en el estómago y ambas miramos la pantalla. No era la primera vez que estaba en una ecografía, acompañé a Lara en unas cuantas cuando estuvo embarazada de Eric, pero era inevitable no emocionarse un poco.

Escuchamos su corazón y la ginecóloga le dio a mi amiga ciertas indicaciones.

—Aunque todo está bien, controla el azúcar porque estás muy en el límite.

Terminada la cita, Sabrina salió y la doctora me entregó los resultados. Lo miré y sonreí. En verdad hubiera sido un sexo u otro, habría sonreído igual. Era un bebé muy afortunado de tener a unos padres tan maravillosos.

Salí y guardé el sobre en el bolso. Cuando llegara a casa llamaría a la pastelería para que lo tuvieran todo para el día siguiente.

Nos metimos en el coche con Charles conduciendo.

— ¿Lo has visto?

—Obviamente.

— ¿Crees que me alegraré?

Miré a mi amiga extrañada.

—Sabes que cualquier resultado te gustaría.

Sabrina asintió sonriente.

—Tienes razón. ¿Cuándo lo sabremos?

—Pues lo tengo todo preparado pero supongo que entre mañana y pasado.

—No me convence.

—Lo siento pero no lo siento. Ya lo verás todo.

La dejamos en su casa y por fin llegué a la mía. Todavía no me había acostumbrado a eso. A mi casa. Concretamente a mi casa y a la de Jake. Y la de Finn, no podía olvidarme de él.

Mientras abría la puerta del apartamento colgué mi llamada con la pastelería. La dependienta me dijo que lo tendrían todo para la hora de merendar de mañana. Así que contacté con la empresa que decoraría el jardín de mis dos amigos para que lo prepararan todo para esa hora. Le escribí un mensaje a Derek para que sacara a Sabrina durante todo el día y que le dijera a seguridad que yo iría a su casa para supervisarlo todo. Cuando todo estuviera listo, lo avisaría para que pudieran venir y que fuera una sorpresa. Mandé los mensajes correspondientes a los invitados y justo cuando me despegué del móvil, me di cuenta del silencio que había en casa.

Se suponía que Jake debería estar aquí pero no parecía haber nada. Además, Finn no había venido a saludarme.

Me dirigí hacia nuestro dormitorio porque quería cambiarme y ponerme cómoda cuando lo vi. Tumbado, o quizás más bien dormido en la cama. Con Finn dormido también en mi lado. Después se quejaba de que yo era la que lo sustituía por el perro cuando él había hecho exactamente lo mismo.

Me quité los zapatos e intentando hacer el mínimo ruido posible me subí a la cama y me coloqué encima de su espalda desnuda. Comencé a darle besos por el cuello y por la parte de los hombros. Me puse frente a su cara que estaba con los ojos cerrados y le di un beso en la nariz. Cuando intenté incorporarme para cambiarme por fin de ropa, Jake me sujetó por la cintura.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora