Capítulo 57

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Me encuentro tumbada en el sofá. Hará como media hora que me he despertado de la siesta. Todos dicen que tengo que aprovechar el máximo tiempo posible para dormir porque después será mucho más complicado, pero es algo que ya lo estoy haciendo. Quiero decir, me encuentro cansada todo el tiempo y solo quiero dormir y comer. Estoy escribiendo pero siento que no me convence lo suficiente y encima estoy incómoda todo el tiempo. En parte me alegro de tener los capítulos que estoy subiendo ya escritos porque si no me vería en un gran problema.

Hablé con la editorial y quieren publicarme la trilogía que estoy escribiendo. Después de que Kevin lo viera, hemos decidido firmar pero con la condición de que deben esperar a que dé a luz y al tiempo de baja de lactancia. Después del éxito de las novelas, no tienen ningún problema así que estoy bastante tranquila al respecto.

Decido dejar el ordenador a un lado y comerme las palomitas que me hice mientras veo una película. Jake volverá dentro de nada, que está por terminar el entrenamiento.

Miro la televisión y antes de que pase la primera media hora ya me he comido todo el cuenco con las palomitas. No me gusta comérmelas tan pronto pero me es imposible. Siempre me pasa igual y no creo que vaya a cambiar. Ya es demasiado tarde para eso.

No sé en qué momento me quedo dormida porque abro los ojos y me encuentro a Jake mirándome.

— ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—El suficiente para ver como babeas.

Automáticamente llevo la mano a la boca y suelta una carcajada.

— ¡Oye, no mientas!

Le di en el brazo pero aún así se rió.

—Voy a la ducha.

Se levanta para irse y cuando se pierde por el pasillo vuelve.

— ¿No me vas a acompañar?

Niego con la cabeza.

—No tengo fuerzas.

Se ríe.

Vuelvo a la película aunque no sé qué es lo que ha pasado.

Jake vuelve con una toalla en la cintura y el cuerpo mojado. Me noto tan pesada que ni siquiera me apetece abalanzarme sobre él. ¿Qué me está pasando? Que estoy de casi ocho meses ya. Eso es lo que me está pasando.

—Por cierto, el equipo y yo hemos hecho una apuesta.

Arqueo una ceja porque puedo esperarme cualquier cosa de esta panda de paletos.

—Sorpréndeme.

—No vamos a afeitarnos hasta que nos descalifiquen o ganemos.

Me mira curioso. Jake lleva barba de días y me gusta. Ahora, la Liga dura un mes y algo. Por lo que si llegan al final, parecerá un vikingo.

—No.

— ¿No? —Pregunta divertido.

—Tus hijos no te van a conocer con esas pintas. Además que tú ya tienes barba.

—Pero no se acordarán.

—Pero yo lo haré. Y las fotos. Piensa en las fotos. Y cuando los mellizos vean las fotos. No quieres que te vean así.

—Verán que siempre cumplo mi palabra.

—No.

—Amber.

—No.

—No puedo hacer nada. Solo hay dos opciones: o perdemos y me la quito o ganamos y me conocerán así.

Entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora