🔹La capital del país de fuego🔹

1.3K 81 4
                                    

34
«=»
-------------------------

NARUTO: - Hidan, ¿quieres callarte por unos malditos segundos? -; dijo entre dientes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NARUTO: - Hidan, ¿quieres callarte por unos malditos segundos? -; dijo entre dientes.

HIDAN: - Oh, vamos. ¿No te parece ir hablando? ¡Podemos conseguir chicas! O acaso... - Entrecerró sus ojos viendo al Uzumaki. - ¿¡No te gustan!? – se exaltó ente su propio comentario.

NARUTO: - Lo que a mí me gusta no te incumbe. – Respondió entre dientes. – Además, ¿por qué tanto te interesa? – frunció su ceño con molestia hacia su acompañante.

HIDAN: - No más decía. – Murmuró.

Naruto solo asintió, esta vez disfrutando del pequeño silencio que se había formado. A veces tenía las ganas de amarrar al peli-plata y callarlo de un vez, que dejara de decir sus estupideces por una vez.

Se preguntaba si la misión no tendría complicaciones, bueno, esperaba que no. Pero conociendo que los rumores y las noticias volaban rápido, no se sorprendería de que llegarán a buscarlos.

Después de todo se encontraría en la capital del país de fuego, Orochimaru había sido un integrante de la organización, sin embargo, había desertado de ella y con el se había llevado un anillo muy importante para ellos. Suspiro sintiendo el aire golpear su rostro.

HIDAN: - ¿Crees que lo encontremos? – Naruto gruño al escuchar como la voz interrumpía su agradable silencio. – Nosotros podemos derrotarlo. – Lo único que podía era asentir ante las palabras.

No tendría caso hablar cuando sería interrumpido, así que, se resigno a que su silencio se acabó. Había tantas cosas que quería hacer y que quizás nunca podría. Tendría suerte si cumpliera alguna.

De lo contrario estaría hundido en esa oscuridad.

HIDAN: - ¿Alguna pista de donde esté? – Vaya, al parecer hasta ahora soltaba algo bueno.

NARUTO: - Bueno... - Carraspeo mientras fruncía su ceño. – Según algunos informantes dicen que está planeando algo contra Konoha, así que se supone que este a los alrededores de esta, seguro que lo encontremos en la capital. – Levanto sus hombros restándole importancia.

HIDAN: - No sientes algo al saber que podrán enviar ninjas a capturar te. – Inquirió mirando con duda al oji-azul.

NARUTO: - Lo que pase con ella me tiene sin cuidado, no es como si no supiera defenderme. – Sus ojos se tornaron oscuros, pero brillosos. - ¿No te parece algo de diversión? – pregunto con maldad.

HIDAN: - Claro, ¿por qué no? – una misma sonrisa sádica fue devuelta al rubio de mechas blancas.

Ambos siguieron caminando entre el pequeño sendero que había, decidieron que entre menos fueran vistos, serían menos las opciones de ser atrapados. Bueno, Naruto había obligado al oji-violeta a guardar silencio.

NARUTO: - Bien, supongo que podremos tener más libertad ahora. – Murmuró mirando la entrada a la capital. – Venimos por el anillo así que no te distraigas. – Declaró.

HIDAN: - Claro, claro. – Lo despidió mirando más allá el hombro del menor. – Bueno, a menos que alguien se me atraviese. – Dijo con simpleza.

Naruto negó al oír las palabras del hombre, seguro que ahora tendría que tener más cuidado. Acomodo su sombrero, a modo que solo sus ojos azules a penas se podían ver.

Entrecerró sus ojos al ver a los guardias, seguro reconocerían a Hidan, así que sin que se dieran cuenta mando un Genjutsu para pasar desapercibido, sin tener que pasar por la revisión de ellos.

HIDAN: - ¿No hicieron nada? – frunció su ceño mientras pasaba las grandes puertas.

NARUTO: - Están en un Genjutsu, eso ayudará para que no nos reconozcas. – Informo  con una pequeña sonrisa. – Avancemos, debemos encontrar una posada, a menos que quieras dormir afuera. – Inquirió con una pequeña chispa de maldad.

HIDAN: - Como si quisiera. La cama es mejor para este hermoso cuerpo. – Su capa cayó sobre uno de sus antebrazos a modo que se viera su hombro al descubierto.

El oji-azul no dijo nada, en cambio se concentró en caminar y estar al pendiente de sus alrededores. Podría decir que no le importaba estar en Konoha, pero no sabía si enviarían a alguien para capturarlo.

Es más, podrían mandar un gran número de ninjas y todo, con tal de capturarlo, no obstante, no lo permitiría.

(...)

Sus ojos azules se detuvieron en el cielo estrellado, era una suerte que ese día habían pasado desapercibidos. Sin embargo, no podía confiarse, no todo saldría bien.

Se acomoda mejor, su cabeza quedó recargada en el marco de la ventana y siguió apreciando la vista.

Seguro que todos lo querían devuelta en la aldea, pero su corazón dictaba otra cosa y contradecía todo.

Suspiro pasando sus manos en su cara, en el proceso realizando una mueca al no acordarse de sus moretones, se río internamente al comprender que siempre tendría que ser así.

HIDAN: - Han pasado horas desde que estás ahí y no te has movido, ¿seguro que estás bien? Se que puedo parecer muy ruidoso, pero puedes confiar conmigo. – Frunció su ceño cuando obtuvo la mirada penetrante que le daba el más joven.

NARUTO: - Supongo que gracias por preocuparte, pero no le veo el caso. – Levanto sus hombros restándole importancia a las palabras. – Pensé que ya estabas dormido. – Comento.

HIDAN: - Lo haría si no tuviera a un mocoso pegado a la ventana. – Se río entre dientes. – Dejando eso de lado, deberías dormir, estuvimos caminando durante horas y creo que debes descansar. – Inquirió con seriedad.

NARUTO: - No puedo... - Murmuró poco audible para el oji-violeta. – Deja eso de lado, estoy bien. – Levanto sus hombros nuevamente restándole importancia.

HIDAN: - Claro. – Gruño al ver las pequeñas ojeras en los ojos del rubio. – Trata de descansar, no me are responsable si te pasa algo por no descansar. – Murmuró  acomodándose para volver a dormir.

NARUTO: - Jum. – Quizás el otro tenía razón y debería dormí un poco, lo trataría.

(...)

Sus ojos miraron el sol asomarse por la ventana, después de haberme intentado dormir había conseguido tener pesadillas, agradecía internamente que Hidan tuviera el sueño pesado. Cada vez que se observaba en el espejo se mirada tan diferente, esperando a ser salvado. Antes de ser consumido por la oscuridad y sus propios pensamientos.

No sabía que hubiera sido mejor: estar en Konoha, seguir bajo aquella mentira creada por sus padres o estar en Akatsuki; esperando a que su ayuda pudiera ser algo bueno, pero entonces, no esperaba ser alabado, solo.... Que lo dejarán en paz.

[✓]


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Namikaze-Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora