Bajo la oscuridad, caminaba entre ella, sumergiéndose más hasta tocar fondo. Ella se había vuelto una parte de el, sabía que era peligrosa y siguió con ella si con ello conseguía mantener a salvó lo que amaba y que quería proteger. Habían sacrificio...
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Entonces se arrodilló aun cuando todavía no estaban ni siquiera muy cerca de él, todos lo vieron con sorpresa. Miedo fue lo que observó en los ojos de la rubia Senju, pero él estaba decidido a hacer aquello.
A unos metros alejados de todos, estaba su hermano junto a su equipo, incluso estaban algunos otros ninjas más. Pero ahora ellos no les importaban.
NARUTO: - Puedes sellar mi chakra, todo como lo quieras hacer. - Musito lo suficientemente fuerte para que lo oyeran. - Estoy dispuesto a pagar por mis crímenes, como lo veas conveniente. Si es la muerte lo que recibiré, lo aceptaré. - Sus brazos se mantuvieron a sus costados, sin hacer ningún movimiento.
MINATO: - Naruto... - Susurro al ver como su propio hijo caminaba directo a su sentencia.
Si lo juzgaban, ya no sería un Akatsuki, no un renegado, no un ninja, simplemente dejaría de ser todo y solo sería un simple humano. Dispuesto a que lo juzgaran por sus crímenes.
KISAME: - No dejaremos que te lleven. - Dijo con una pose seria.
Hidan estaba a su lado y juntos estaban delante del rubio de mechas blancas, Naruto soltó una risita ronca. ¿Merecía que lo protegieran? Por mucho que ellos quisieran hacerlo, él era el que estaba dispuesto a entregarse.
NARUTO: - Hidan, Kisame. - Los llamó suavemente. - No es necesario, de algún modo todo esto es necesario. - Confesó, cuando ellos lo vieron él les aseguro que estaría bien con una sonrisa tranquila. - Ambos tienen parte de mis sellos, tomen a Fu y Utakata; protejanlos de quienes todavía están en contra de ellos y no los dejen solos. - Ordeno.
Ambos lo observaron todavía con duda, no iban a negar que le habían agarrado cariño al menor; pero simplemente no podían dejarlo solo.
FU: - ¡Naruto! - Ella exclamó al verlo de rodillas, con Kisame y Hidan cubriéndolo de aquellas personas que estaban a nada de juzgarlo. - ¡No se lo lleven! Él es bueno, me salvó; nos salvó. - Dijo con enojo mientras al igual que aquellos dos ex Akatsuki lo cubrían. - No hizo nada malo, solo nos mantuvo a salvo. ¡Utakata, diles! ¡Diles que él es bueno! - Pidió observando al otro Jinchūriki.
Naruto negó al ver directo a los ojos del chico, al principio se rió cuando lo había conocido. Tenía un leve parecido con Sasuke.
NARUTO: - Fu, oye. - Agarró suavemente sus manos y la hizo agacharse. - No tienes porque interceder por mi, ¿de acuerdo? Cometí muchos errores y tengo que pagarlos, ellos no harán nada que no sea realmente necesario. - Abrazo a la chica, tranquilizando cuando vio sus primeras lágrimas. - Necesito hacer esto, debo hacerlo. - Musito con suavidad.
