🔹Enfrentamiento con un Sannin🔹

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NARUTO: - "Sai." – Sus ojos siguieron la figura del peli-negro, tenia varios meses sin verlo, no había podido comunicarse con él.

HIDAN: - Ya estoy aquí. – Aviso aterrizando justo a un lado del rubio.

NARUTO: - Bien, si alguien llega a verte sabes que hacer, pero trata de que no lo hagan. – Informo sin quitar la vista de donde se había ido el menor. – Vendré luego y partiremos al punto donde se supone que esta Orochimaru. – Acomodo su ropa totalmente nueva a como había llegado, incluso sus marcas fueron tapadas y de no ser por su cabello pasaría por otra persona.

Se alejo de su compañero y rápidamente empezó a caminar en dirección por donde se había perdido Sai, quería verlo.

NARUTO: - Mgh. – Se detuvo en seco al sentir la opresión que su cuerpo sentía, había olvidado que no podía ir a otro lado sin que su cuerpo se opusiera, nuevamente recordaba sobre el control que tenían sobre él. "Kurama, si me escuchas, ayúdame. Por favor." – Pidió cerrando sus ojos, hizo un esfuerzo al tratar de caminar y refugiarse en un callejón y dejar que el control se fuera, sabía que llevaría parte de su chakra, pero necesitaba verlo.

Sentía como una espada de doble filo en lo profundo de su ser, era doloroso y hasta cierto punto, tenia miedo de morir.

(...)

SAI: - Gracias a los pergaminos que me dejaste pude entrenar mucho, de hecho, mi agilidad y fuerza están aumentando. – Sai miro el cielo, encendido en un tinte naranja.

Naruto estaba tranquilo a su lado, disfrutando del leve momento, pero entonces tuvo que voltear a verlo.

NARUTO: - Sai. – Lo llamo, viendo aquellos ojos negros que todavía contenían un rastro de brillo. – Es momento que vuelvas a Konoha y vivas en ella, podrás tener un hogar y mejorar, ¿de acuerdo? Si sigues fuera de alguna aldea y solo, podrás ser el blanco de muchos teniendo en cuenta los Jutsus y Taijutsu que te he dado, al menos si vas a Konoha, tienes un respaldo. Sabes que todo lo que te he conseguido para tu entrenamiento son objetos no precisamente regalados o tomados prestados. – Dijo, lo que hizo que él menor riera. - ¡No te rías! – Suspiro escuchando las risas de Sai, entonces también fue contagiado y una pequeña sonrisa ilumino su rostro. – Tengo que irme, ¿promete que iras? – Se quedo de rodillas y enfrento a Sai con una mirada seria.

SAI: - Solo si prometes cuidarte. – Condiciono, mirando como Naruto fruncía el ceño. – Y no intentes excusarte, estuviste en Raíz y se que eres capaz de matar a todo aquel que se te cruce, solo – Suspiro haciendo una mueca. – no quiero que pongas en peligro tu vida. – Murmuro.

NARUTO: - Sabes que no es fácil. – Dijo con calma.

SAI: - Si, lo se. Siempre lo dices y eso me molesta, intentas salvar a todos, pero te olvidas de ti. Recuerda que no eres inmortal y puedes morir. – Su voz se elevo e hizo que Naruto finalmente se parara.

NARUTO: - No prometo nada, pero lo intentare. – Musito antes de desaparecer en un Shunshin.

Sai suspiro derrotado, solo trataba de hacer que Naruto recapacitara, era ágil, habilidoso, inteligente y fuerte, pero era un humano. No quería que la próxima vez que lo viera fuera tendido en su propia sangre, arriesgando su vida. Creía que Naruto ya había hecho mucho para la aldea. Merecía ser libre.

(...)

Su espada fue levantada justo a tiempo, Hidan se encontraba atrás suya defendiéndose de otros ninjas. Su pierna fue levantada y lanzada al hombre, giro arriba del peli-plata que se había agachado y le incrusto un kunai en la garganta a otro hombre.

Los dos Akatsuki peleaban codo a codo.

NARUTO: - Hidan, ¿puedes con varios a la vez? – Pregunto lanzando un kunai y esquivando otro, pero manteniendo protegida la espalda de su compañero.

HIDAN: - ¡Un gran banquete para Jashin-sama! – Exclamo mientras su sonrisa se ensanchaba, Naruto solo negó con un suspiro silencioso. - ¿Qué vas a hacer? – Pregunto ahora.

Naruto esquivo un espada, levanto su codo y lo dejo caer en la espalda del ninja, sin prisa mando un kunai directo a la frente de otro.

NARUTO: - A por el anillo, no tenemos que perder mucho tiempo. – Murmuro acercándose a él, sin embargo, esquivo una espada. – No tardare mucho, estaré pronto y nos iremos. No queremos que mas ninjas vengan y levante mas la voz de que nos tienen en la mira. – Dijo acomodando su sombrero, quería pasar desapercibido, como si fuera cualquier otro integrante de la organización.

HIDAN: - No tardes. –

NARUTO: - Es lo que he dicho. – Desapareció en un Shunshin, dejando finalmente a su compañero solo.

(...)

¿Hace cuanto había sido herido? ¿Cuándo se había emocionado por una batalla? Habían pasado varios años antes de tener otra pelea emocionante. Conseguir el anillo había empezado como una tarea difícil, sin embargo, no entraba una queja o un fracaso para la misión, era, si o si, llevar el anillo hasta el líder.

Murmurando un par de cosas, nuevamente se levanto del duro suelo, combatir con un Sannin era en sí, un gran reto y eso, teniendo en cuenta que lo estaba llevando bien y Orochimaru no lo había matado como a otros. El sobrero había desaparecido y estaba por no decirlo, hecho trizas. Por sus agiles movimientos se había salvado varias veces, incluso no contando las veces que la gran serpiente se le abalanzaba para devorarlo.

OROCHIMARU: - Naruto-kun, veo que te has vuelto fuerte. – Murmuro relamiendo sus labios.

El rubio frunció sus labios mirando aquella desagradable acción, miro detenidamente al hombre, sus movimientos podrían pasar desapercibidos y aquello lo molestaba, tenía que mantenerse aún más alerta.

NARUTO: - Si nos dieras el anillo todo esto no estaría pasando y aunque ahora parece que no puedo igualarte, en algún momento lo are y no tendré compasión por acabar con tu patética vida. – Acordó mientras tronaba sus brazos, acomodándose para otra ronda.

OROCHIMARU: - Si, aun eres muy joven. – Murmuro con una sonrisa malvada. – Pero como lo has dicho, - Lentamente saco su espada y la tomo como si no fuera nada. – ahora no puedes. – Siseo a espaldas del menor.

El Uzumaki abrió con sorpresa sus ojos, tratando de darse la vuelta para defenderse hizo un movimiento brusco. Sin embargo, aquel movimiento no le ayudo en nada. Orochimaru aprovecho el momento e inserto con brusquedad y profundidad su espada envuelta en veneno. Naruto se alejo con varios saltos, agarrándose su abdomen y conteniendo el sangrado. 

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Namikaze-Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora