🔹Ultima charla🔹

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Había estado sintiendo varias miradas sobre él, había visto a todos lados y no había nadie e incluso no sintió a nadie

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Había estado sintiendo varias miradas sobre él, había visto a todos lados y no había nadie e incluso no sintió a nadie.

Hace unos días había enviado cartas para Kisame, Hidan, Fu y Utakata; explicándoles cuál había sido su sentencia. Estaba libre por todas las intervenciones hechas de Itachi, Minato, Kushina, Jiraiya y Tsunade. De lo contrario estaría en una celda. Había pedido perdón porque no estaría con ellos.

NARUTO: - Menma, - Lo llamó en un susurro.

MENMA: - ¿Qué pasa? - Preguntó con una ceja levantada.

NARUTO: - lo siento; creo que iré a descansar. Puedes venir otro día y seguir contándome tus historias. - Dijo.

Frunció su ceño al verlo desgastado. - ¿Te sientes bien? - Cuestiono con preocupación.

NARUTO: - Si, descuida; solo es cansancio. - Confesó con una pose avergonzada. - Ya sabes, no tener chakra cansa mas. - Intentó persuadirlo.

MENMA: - Está bien. - Confirmó rascando su nuca.

Naruto asintió y empezó a alejarse de él, caminó silenciosamente hasta su habitación. Jiraiya le había dicho que su habitación tenía sellos que impidieron que hiciera algo malo, le explico que había sido una idea del consejo y que ellos no pudieron hacer nada para evadirla. Entonces sin mucho animo se acomodo en aquel colchón, observando el techo pintado de color verde claro; no dormiría porque sabia que pasaría a la hora de cerrar los ojos.

Simplemente se quedó mirando el techo, sin muchas ganas de realizar otra actividad. Le había dicho una mentira a Menma para que lo dejara irse sin muchas preguntas, estuvo satisfecho cuando él había aceptado su vaga excusa; vamos, el no se cansaría de no tener chakra. Pero era mejor decir aquello a decir que quería estar solo, porque entonces todos buscarían la manera de estar siempre con él y no quería esto, no quería sentirse más agobiado de lo que ya estaba.

Buscaría paz de otra manera poco convencional.

(...)

Minato observó con cautela a Naruto, había llegado a la mansión Senju para hablar con su hijo; aquel niño al que había dejado desamparado. - Naruto... - Lo llamó suavemente, podía ver porque Tsunade había expuesto sus preocupaciones. El joven lleno de energía ahora aparece alguien desgastado, podía ver sus ojos cansados y sus ojeras; había solo un pequeño brillo.

NARUTO: - Dime. - Lo más que le sorprendió a Minato era la sonrisa sincera que siempre les daba.

MINATO: - ¿Te sientes bien? - Pregunto observando sus movimientos ansiosos.

Solo obtuvo un asentimiento desganado.

El Namikaze no evitó realizar una mueca, no le gustaba para nada aquello. - ¿Sabes? Lamento todo lo que te provoque, eras solo un niño que tuvo que aprender a cuidarse solo y aprender de la vida de un shinobi; no debimos dejarte abandonado y menos ocultado que no éramos tus verdaderos padres, pero era para mantenerte a salvo. - Había esperado una reacción brusca o molesta del menor, pero a penas si había obtenido un poco de su atención. - Cometimos errores contigo y con un simple perdón las cosas no se arreglaran, pero queremos estar en tu vida de ahora en adelante y ayudarte a superar todo. ¿Puedes dejarnos hacer eso? - Musito con esperanzas.

Naruto suspiro recostándose en aquella silla, dejó reposando su cabeza y observó el techo. ¿Ellos realmente lo merecían? No podía contarles que no podía dormir por las constantes pesadillas, los miedos que le traían los recuerdos de aquellos rostros. O en todo caso, ¿él podría dejar de sufrir?

NARUTO: - Suena más simple de lo que es, yo podría decirles que si a todos, pero quizás algún dia cambie ese si por un no y quiero que cuando eso suceda se alejen de mí y me olviden. - Confeso cerrando sus ojos, pero al instante los abrió.

MINATO: - Nosotros no queremos dejarte solo. - Declara con el ceño fruncido.

NARUTO: - Bien... - Se levantó de donde estaba y se dirigió hacia afuera, no quería saber que más le diría si en verdad obtuviera un no por respuesta.

MINATO: - ¡Naruto, espera! ¡Hijo! - Intentó detenerlo, pero aquello solo había causado que Naruto no siguiera hacia afuera y en cambio, caminara directo a su habitación.

Había comprobado lo que Tsunade y Jiraiya le decían, Naruto estaba mal y su actuar estaba siendo sospechoso. El consejo había declarado que lo mantendrán bajo vigilancia y si solo cometía un pequeño crimen lo encerrarían y no habría manera de sacarlo.

(...)

Naruto llegó a un lugar alto, miro el paisaje y trato de grabar la única escena que quería recordar donde estuviera; el cielo azul suave, las nubes pasando lentamente y suaves. Entonces empezó a retroceder dando la espalda hacia el vacío. Le había costado encontrar un lugar así en Konoha. Llevaba solo unos pantalones sencillos de color verde oscuro y una camisa manga larga de color negra. Suspiró profundamente antes de caminar lentamente hacia la punta. Miro el cielo con sus ojos brillantes, anhelantes de paz. Observó como el suave viento mecía los árboles, algunos pájaros volando libremente.

La vista era tranquila, llena de vida y naturaleza. Por un momento envidio aquello.

Suavemente se impulso, el aire mecía sus cabellos y sus brazos se extendieron. La caída lograría un impacto fuerte y quizás con eso, su vida llegaría a su fin. Obtendría paz.

Cerró los ojos sintiendo como su cuerpo era traspasado, el dolor hizo que abriera levemente sus ojos; observó como el gran trozo de madera sobresalía de su estómago. Aflojo su cuerpo, sintiendo como la sangre abandonaba lentamente su cuerpo. Sintió como un viento helado recorría su cuerpo. Podía escuchar todas aquellas voces festejando por su muerte, esperando ansiosamente para arrastrarlo hacia el infierno. Y él, simplemente la tomaría. Era lo que se merecía.

Su pecho ardió como una fiebre llena de dolor, pidiendo gritar, pero quedando atorado aquel grito. Sentía sus palpitaciones bajar, la sangre abandonarlo al igual que sus fuerzas.

Sentía aquella suave sensación embarcarlo y amándolo como si todo ese tiempo lo hubiera esperado.

Al menos con su muerte, el mundo estaría en paz y ese sería su castigo por arrebatar todas aquellas vidas que no eran necesarias y de las que lamentablemente no podía impedir. Sabía que no era su culpa, pero permanecía ese recuerdo tormentoso de la sangre en sus manos, sintiendo como en ellas estaban los fantasmas de cada víctima. Siguiéndolo todos los días, susurrando él porque les quitó la vida.

 Siguiéndolo todos los días, susurrando él porque les quitó la vida

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Namikaze-Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora