Bajo la oscuridad, caminaba entre ella, sumergiéndose más hasta tocar fondo. Ella se había vuelto una parte de el, sabía que era peligrosa y siguió con ella si con ello conseguía mantener a salvó lo que amaba y que quería proteger. Habían sacrificio...
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Tsunade se paralizó en su lugar, tratando de procesar aquellas palabras, su hijo se había sacrificado y nunca más lo volvería a ver. Su bebe, aquel inocente niño ya no lo volvería a ver. ¿Era eso posible? No volvería a ver esos azules ojos que había amado desde la primera vez que lo había visto. Naruto no volvería a sus brazos. Se había ido.
Itachi se asombró de aquello, primero Shisui y ahora Naruto. Sentía como todo iba lento, quizás su Sharingan se había activado por la noticia que había dado Jiraiya, es decir, no todos los días le decían que por segunda vez había perdido a un amigo y que su muerte estaba relacionada con la aldea y que todo había sido un sacrificio por Konoha.
JIRAIYA: - Llego y le ordeno a mis invocaciones que me sacaran, en su mirada se veía... El. - Su voz se cortó, no encontrando la fuerza para seguir hablando.
Minato observó con tristeza a su sensei, sentía que él tenía la culpa. Si no hubiera dejado que Naruto se sintiera solo y buscará ese camino, nada de eso habría sucedido. Él sería un ninja de Konoha. Uno donde lucharía desde siempre en las filas de la aldea y no muriendo por protegerla siendo un renegado. Estaba claro que todo había partido por haberle negado su cariño y no protegerlo y amarlo como lo había prometido. ¿Qué había hecho? Seguro que su mas grande error fue alejar a Naruto de su protección. Abandonarlo cuando había prometido no hacerlo.
JIRAIYA: - ¡¿Qué está pasando Minato?! - Cuestiono enojado, no comprendía porque su hijo siendo el ninja renegado que todos veían lo había salvado y le había dicho que llevará la información a Konoha. - Si es un ninja renegado, ¿por qué diablos me pidió que te trajera la información? Dio su vida, ¡su maldita vida por que viniera a la aldea! Todo esto es muy raro, habla ya. ¿Qué escondes? - Su mirada se posó en la sorprendida figura de su alumno.
MINATO: - No lo sé, no lo sé, sensei. Yo también estoy tan confundido y sorprendido del actuar de Naruto. Es mi hijo el que te salvó. - Dijo, trato de mantenerme calmado.
JIRAIYA: - Te equivocas, Naruto es mi hijo; mi sangre. - Sus ojos se afilaron al escuchar aquellas palabras. - El que lo hayas tenido durante varios años no te hizo su padre, no estuviste lo suficiente en su vida y aun sin saberlo estaba más involucrado yo que tu. - Sus ojos llenos de ira y tristeza pasaron entre Minato y Tsunade.
SHIKAKU: - Debemos calmarnos para planear algo en contra de Akatsuki y en caso de que viniera a Konoha. - Mustio casi arrastrando sus palabras.
El comandante Anbu suspiró silenciosamente ante la discusión que se estaba dando, él no había querido estar en eso, pero realmente veía que era mejor estar ahí y no ser informado cuanto antes. Pero todavía le sorprendía la noticia de Namikaze Naruto, era obvio que desde un principio había algo raro con todo. ¿No esperaban que alguien que no era perteneciente al clan Uchiha los masacrara? Todos sabían que Naruto mantenía una relación estrecha con la familia principal y cuando la bomba explotó y todos supieron que Naruto había realizado aquella matanza, todo había sido un revuelo. El también tuvo sus sospechas y solo cuando el Sandaime Hokage le había entregado aquel documento sellado para que lo mantuviera a salvo se había enterado de toda la verdad. Pero no era algo de lo que pudiera decir, no cuando había hecho un juramento de sangre para no decir nada.
ITACHI: - Tenemos que informar a todos los líderes... - Musito todavía aturdido.
JIRAIYA: - Aquí está sellado el cuerpo, pueden llevarlo para examinarlo. - Murmuró sentándose.
TSUNADE: - Déjame ayudarte. - Susurro aun con la voz quebrada.
Minato suspiró frustrado, pasó sus manos por su cabello. - Haremos una reunión y daremos aviso para que en cualquier momento todos estén listos para ir al refugio, aumentaremos la seguridad y coordinaremos patrullajes alrededor de la aldea. Jiraiya-sensei en la reunión puede contarnos de las habilidades de los otros caminos para que todos estén preparados por si les toca pelear con alguno. - Ordenó mirando seriamente a todos. - Comandante Anbu, ten listo a los escuadrones para los patrullajes. Shikaku, por favor, coordínate con el comandante Anbu y manden parejas al patrullaje, por lo menos uno de corto alcance y uno de largo. - Camino entre la habitación mientras pensaba en cada detalle. - Tsunade-sama, encárgate con Shizune te suficientes suministros. Itachi, habla con tu padre y dile que quiero reunirme con él. - Masajeo sus hombros sintiendo un peso extra, como si algo se le fuera puesto y le dijera que era momento de actuar.
: - Hai. - Todos dijeron.
Minato observó a la aldea desde su ventana, ¿el dolor de pecho que sentía era por la muerte de Naruto o la culpa de nunca haberlo cuidado como era debido? No se tomó la libertad de saber sus gustos, sus aficiones o disgustos; solo había estado con él cuando le había convenido porque de lo contrario lo habría hecho a un lado. No tendría como pudo haber hecho eso al que también había llegado a considerar un hijo, a aquel niño que le enseñó cómo ser padre. Naruto no habría sido hijo de sangre, pero era su hijo después de todo. La ley lo confirmaba.
JIRAIYA: - Quiero que investigues qué hay detrás de todo... - Musito. - ¿Sabes? Debes de buscar en los registros de Hiruzen-sensei, él tuvo más contacto con Naruto y él pudo haber descubierto algo. Hazlo. Hazlo por Naruto. Y si se descubre que todo tenía un por qué de ser un ninja renegado, hazlo saber; después de todo Naruto quizás pudo haber sido un héroe anónimo y merece que su nombre sea limpiado. - Pidió frunciendo el ceño levemente por el dolor que le causaba la herida.
MINATO: - Lo are, eso tenlo por seguro. - Afirmó. - Esta bien, todos a sus tareas. - Los apuro.
Entonces cada uno empezó a salir y a cumplir lo requerido, Shikaku sabia que debía mandar a llamar al consejo que se conformaba en la aldea.
(...)
: - Así que Namikaze Naruto está muerto, mira; quién diría que su final llegaría. - La fuerte carcajada sonó en la habitación. Su informante les había mandado aquel dato y no cabía de la sorpresa. El bisnieto de una leyenda había muerto.
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¿Alguien esta listo para decirle adiós a la historia?
Estoy alegre :) Es agradable ver sus estrellitas o sus comentarios positivos, un apapacho a todos.
