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-------------------------Se paralizó al hacer crujir una rama, alertando a esas fieras que le gruñeron en cuanto lo vieron.
NARUTO: - Shhh... - Sus ojos escanearon a todos, se dio cuenta que parecían hambrientos y el sería su siguiente presa. - Pequeños animales... Descuiden ya me voy. - Levanto sus manos y las movía lentamente para parecer un desdichado hombre.
Su ceño se frunció cuando tuvo que esquivar a un par de esos animales, de su boca salía una especie de espuma: tenían rabia.
NARUTO: - ¡Ah! - Le era vergonzoso a el, un ninja renegado de nivel Jōnin estar haciendo ese tipo de escenas para parecer que era un civil común y corriente. - Ojalá no estuvieran... - Murmuró entre dientes.
Ya se había imaginado varias formas de matar a esa manada sin problemas, lamentablemente no podía y aunque quisiera no saldría tan luego de eso.
NARUTO: - ¡ah! - Relajo su cuerpo al ver como esos depredadores caían muertos. - Ustedes los ninjas son algo magnífico caído del cielo, son guerreros sin temor. - Aplaudió como un niño pequeño al ver a los cinco hombres. - Me hubiera gustado tener lo que ustedes llaman chakra y hacer todas las cosas geniales que hacen... Ojalá. - Río con burla para sus adentros al ver como cuatro de ellos alzaban su pecho en orgullo.
-Si, es triste que los civiles no lo tengan. - Dijo mientras lo miraba altanero, su capitán les había dicho que tenían que seguirlo, pero solo miraba a un persona inferior a el.
NARUTO: - Bueno, deberías tener cuidado con tu egocentrismo. Un día puedes caer por ello. - Su sonrisa dirigida al hombre le hizo pasar un escalofrío. - En fin, gracias por salvarme. - Alzó su mano dándoles la espalda y empezó a salir lo más pronto posible.
-Sugiero que te quedes dónde estás. - Su voz calmada llegó a los oídos del peli-negro que habían seguido. - Necesitamos hacerte un par de preguntas. - Frunció su ceño cuando vio esa sonrisa poco perceptible que el otro tenía y que desapareció justo cuando terminaba de girar.
NARUTO: - ¡Oe! Me gustaría, pero debo apurarme. - Cerro sus ojos mientras se inclinaba hacia delante y sus manos se agitaban.
-¿Tu...? - Dio un paso al frente, esa acción le había recordado a una persona. - Quédate donde estas, o las consecuencias serán severas. - Miró detalladamente su entorno y dejó su mirada clavada en el otro.
NARUTO: - Ustedes los ninjas creen tener autoridad sobre nosotros los civiles, cuando no tienen idea. - Realizó un puchero, pero sus ojos habían pasado a oscurecerse. - Hagamos algo... Yo me iré y ustedes me dejaran ir, no tengo nada que hacer aquí y menos con ustedes. Entones no haré nada en contra de ustedes. - Les dio una sonrisa abierta mostrando sus dientes, sin embargo, sus ojos aún se mantenían oscuros.
-¿Cómo? Dices que no nos harás nada, eres patético... - Su risa hizo que todos le miran, algunos de sus compañeros lo acompañaron. - Déjame decirte que ahora eres inferior a nosotros, ni siquiera pudiste derrotar a una manada de animales salvajes y piensas que puedes acabarnos. - Dio varios pasos al frente, tratando de intimidar al otro.
NARUTO: - ¡Oe! Solo digo lo que puede pasar, nunca debes de subestimar a los demás. No todo lo que miras puede ser cierto. - Levanto sus manos al as de sus hombros. - Oye tu... - Sus ojos se dirigieron a uno en específico y una sonrisa zorruna se posó en sus labios, quería con ansias ver la reacción del peli-negro. - ...Itachi, diles que me dejen ir. - Su sonrisa creció aún más al ver su estupor, su pecho se llenó de orgullo al ver lo que había causado. - No estoy de humor, así que... - Lentamente avanzó al que lo había llamado debilucho, sus ojos captaron el leve movimiento de la mano de su ex amigo.
No le dio chance a ninguno de reaccionar cuando había aparecido agachado delante del que lo había tachado de patético, se impulsó con sus manos y con sus pies le dio en la mandíbula. Estando en el aire, apareció delante del hombre, sus ojos se conectaron con los del otro y hizo que viera como lentamente se hacían cada vez más fríos, más muertos.
NARUTO: - ¿Cómo está Konoha? - Susurro. - Konoha no extraña al hijo de su amado Yondaime, porque si es así puedo regresar. - Sus colmillos crecieron y lentamente dejó que su transformación se desvaneciera.
Había desaparecido prácticamente durante los últimos años para las aldeas, dejó que las aguas se calmaran, pero ya iba siendo hora de que apareciera.
ITACHI: - ¡Naruto! - No todas las veces se podía ver a un Uchiha Itachi sorprendido, pero está era una de esas veces.
Tenía tantas cosas que preguntar, quería golpearlo y sacarle toda la verdad. Eso nunca habían planeado que sucediera, había pasado y el no pudo decidir, su padre junto con el rubio habían tramado todo y el se había quedado fuera del juego. Su corazón guardo un resentimiento por no tomarlo en cuenta y dejar que Naruto tomara ese camino. Había decidió que no dejaría que el rubio sufriera más, lo haría como un buen hermano mayor asumiría las responsabilidades, pero no. No pudo cumplir nada.
NARUTO: - Itachi. - Dijo con una sonrisa zorruna de oreja a oreja, sus ojos brillaron con ansias de una pelea.
Quería saber cuánto había mejorado el Uchiha y el mismo, además, su cuerpo le pedía algo de movimiento.
ITACHI: - Tu y yo tenemos muchas cosas de que hablar. - Sus ojos se tornaron serios y su ceño se frunció viendo esa mirada desconocida del rubio.
Esa sonrisa no era la misma de hace años, esa sonrisa que tanto había querido proteger se había ido. Naruto ya no sonreía como en los viejos tiempos, y se maldijo internamente, Naruto nunca debió de tomar esa responsabilidad y que, a él le correspondía.
(...)
El aire hizo que su ropa Kage se levantará, de su pipa salía humo constante y el simplemente se quedó mirando la aldea.
Fue una sorpresa que su alumna Tsunade llegará hace unos días y preguntara por Naruto, en cualquier caso comprendería pues este era el hijo de una de sus alumnas. Pero el enterarse que este último era hijo no reconocido de la Senju y su alumno peli-blanco lo sorprendió de sobre manera. Ahora entendía porque visualizaba a sus maestros Senju en el menor.
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Namikaze-Uzumaki Naruto
FanfictionBajo la oscuridad, caminaba entre ella, sumergiéndose más hasta tocar fondo. Ella se había vuelto una parte de el, sabía que era peligrosa y siguió con ella si con ello conseguía mantener a salvó lo que amaba y que quería proteger. Habían sacrificio...