CAPITULO 11

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Johann pasó tres días en la enfermería, al cuidado de Naomi, cada noche, iban a visitarlos sus compañeros, para saber cómo estaban, él había logrado algo que Wagner llevaba una semana intentando sin éxito. Shilo y Carsten habían hecho las paces, aunque de vez en cuando aún se seguían echando pullas, por cualquier tontería, ese día, antes de ir a entrenar, supuestamente, uno de ellos, se había equivocado de ropa, estuvieron discutiendo unos segundos, hasta que llego Ancel, en ese momento, hubo silencio total.

-Puedes quedarte un día más, si necesitas más reposo...- Naomi ayudaba a Johann a vestirse, después de comprobar su herida – Puedo escribir un comunicado para que...

-Gracias, señorita Naomi, pero ya me encuentro bien...- le sonrió – Si me quedo un día más aquí, mis compañeros la volverán loca, sobretodo Peters, anoche casi rompe los frascos de esa estantería – se burló – Estará cansada de verme tantos días seguidos, la dejaré descansar.

-Recuerda, que tienes que pasar después de los entrenamientos, para ver cómo va la herida, señor Simons – cruzó los brazos – Si no viene aquí, iré yo personalmente a buscarlo.

-Debo tomarme eso como una amenaza, señorita... -hablo atándose las botas - ¿Qué ocurriría si no vengo?

-Ve aquella aguja...- señalo una de las estanterías que se encontraba delante de él- No tendré ningún tipo de remordimiento en ponerle, accidentalmente una inyección.

-¿Puede hacer eso? – ella asintió seria, mientras lo miraba – Accidentalmente me pondrá una inyección, señorita Naomi, vendré después de cenar.

-Si tienes algún problema, puede venir antes, si se encuentra mareado o tiene vértigo, no dude en visitarme.

Al salir, le estaba esperando Jaziel, el alfa le sonrió cuando lo vio, estaba ansioso de que fuera con él, parecía un poco nervioso, miraba de un lado a otro sin parar, a Johann le pareció extraño ese comportamiento.

-¿Ocurre algo? – negó con la cabeza y miro hacia delante - ¿Dónde debemos ir ahora?

-El capitán, quiere que vayamos a la sala de reuniones, para hablar sobre algo importante, Jire anoche dijo que sería sobre nuestra primera misión, como grupo – miró al suelo – Me parece muy pronto, no llevábamos mucho tiempo aquí. Pero todos parecían conformes con lo que decía.

-¿Una misión? – asintió - ¿Dónde?

-No lo sabemos, Jire dice que es una misión de iniciación, para saber cómo nos desenvolvemos como grupo, fuera de la base, ese tipo de misiones son muy difíciles, Johann – comenzó a juguetear con sus manos – Han estado haciendo informes sobre nuestros avances durante estos días, y en la misión, bueno...

-¿Qué va a ocurrir? No creo que nos hagan hacer nada extremadamente peligroso, no deberías preocuparte por eso.

-Normalmente, echan al soldado que peor haya estado durante la misión, es una especie de examen – sonrió – El que haya tenido menores resultados, será enviado a una base menor o expulsado.

-No te preocupes, todo va a salir bien...

-El señor Frey, ha estado examinándonos periódicamente a todos, y enviándole los resultados al capitán, para que los revisará, ahora, si lo de la misión es real – su voz iba menguando a medida que hablaba – El vice-capitán, se quedará en la base de Ylesa, para que el capitán nos haga el examen final, el definitivo, antes de poder salir con regularidad.

Llegaron a la sala, donde les esperaban sus superiores, los demás hombres, estaban esperando fuera, todos estaban extremadamente nerviosos, incluso el propio Jire, iba caminando de un lado a otro, esperando a que les llamaran a todos. Johann se sintió un poco mareado ante la situación, durante su estancia en la enfermería no le habían comentado nada, y la semana que estuvo separado de ellos, no tuvo comunicación de ningún tipo.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora