CAPITULO 71

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Johann le pidió a Greta que llamará a Ancel, ella sabía dónde estaba el despacho del alfa, había ido en más de una ocasión acompañada del omega, para pedirle hojas para dibujar al capitán, pero ahora era la primera vez que iba a verlo sola, estaba un poco nerviosa.

Carsten ayudo a Johann a cargar a Gian para llevarlo al hospital, el omega al principio no quería que el alfa se acercará a él, incluso retrocedió cuando lo vio entrar en la habitación. Pero su dolor se iba intensificando a medida que pasaba el tiempo. Los soldados se alejaron poco a poco de ellos, ya que Gian estaba expulsando muchas feromonas, los alfas tuvieron que bajar al primer piso para no atacarlo, Carsten estaba luchando para no morderlo.

-Cuando entremos en la enfermería, ve a ducharte, si te quedas con sus feromonas mucho tiempo, llegará tu Rut – el alfa asintió sin decir nada – Yo me quedaré con la señorita Naomi.

-¿Estás seguro? También puede hacer que llegue tu celo...- Johann negó con la cabeza – No es seguro para ninguno de los dos.

-Tome un inhibidor está mañana, no me pasará nada, tu ve a ducharte, no te acerques a Shilo y Jire, hasta que estés completamente limpio, toma un inhibidor si lo necesitas.

Gian comenzó a temblar en la camilla, cuando Johann lo acostó allí, Naomi cerró la puerta para que no pudiera entrar ningún alfa. No era muy común, durante el embarazado, pero Gian había entrado en celo, al exponerse a las feromonas de Walter. Su cuerpo no aguanto la excitación cuando abrazó la sabana.

-El bebé le está haciendo presión, por eso le duele, debemos calmarle – Gian no quería que la omega se acercará a él en esos momentos – Si sigues así, puedes sufrir un aborto, Gian, por favor, deja que te ayude.

-No puede tomar inhibidores, señorita Naomi... - Johann comenzó a pasar un paño frio por la frente del omega – Puede perder el bebé, si lo hace, no podemos darle eso.

-Entonces ¿Qué hacemos? No puede estar así.

Johann volvió a tocar el vientre del omega, Gian sintió una descarga cuando paso la mano por donde estaba el bebé, se acurruco en la camilla intentando calmar el dolor y empezó a bufar cuando se intentaban acercar a él.

-Hay otra manera, pero... -Naomi se mordió el labio nerviosa – Walter podría ayudarnos, sus feromonas podrían calmarlo, él está marcado, pero ahora...

-Está en la tercera planta, tiene prohibido bajar, aún no se sabe si está infectado, no podemos hacerlo.

Gian comenzó a respirar con dificultad, se estaba quedando sin aire y su pecho le ardía demasiado, no podía escuchar la discusión de ambos omegas, sus orejas pitaban demasiado fuerte, se sentía mareado y caliente. El bebé le hacía presión así que no podía moverse. Necesita a Walter, lo llamaba sin parar, pero el alfa no lo escuchaba.

Greta grito al abrir la puerta del despacho, asustado a Ancel, el capitán seguía hablando con Walter, el alfa le pedía que le llevará otra cosa a Gian, antes de hablar con él.

-Greta, no puedes estar aquí ¿Dónde está Johann? Ahora, no puedo jugar contigo – la pequeña negó con la cabeza – Estoy hablando con mi hermano, no puedo jugar contigo.

-Gian y bebé ¡Ah! – imito lo que el omega hizo, al salir de la habitación – Duele, duele...

-¿Qué le ha pasado a Gian? – Walter se levantó de su camilla nervioso – Greta, dime ¿Qué le duele a Gian?

-El bebé, Gian se hizo pipi – se quedó pensado unos segundos antes de seguir – Bebé malo.

Ancel se fue a la enfermería, Walter le gritaba en la oreja, con el intercomunicador, el capitán se estaba quedado sordo. Iba lo más deprisa que podía, pero debía esquivar a los soldados que se encontraban en los pasillos, podía oler las feromonas de su hermano a medida que se acercaba a la enfermería.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora