CAPITULO 131

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Ancel sudaba frio mientras veía a Johann sufrir, el omega lo abrazaba con fuerza cada vez que le venía una contracción, según Anja, su hijo lo estaba haciendo bastante bien, en pocas horas, había dilatado casi cinco centímetros. Los pequeños paseos y masajes que le daba Ancel habían servido para que se calmarse. Johann no sentía tanto miedo como al principio, el dolor era menos del que imaginaba, aunque casa vez que tenía una contracción lloraba.

-Mi amor, lo estás haciendo muy bien... - Ancel limpiaba su frente con cuidado, mientras Johann descansaba, el omega le sonreía cada vez que le hablara – No tengas miedo.

-Parece que tu estés sufriendo más que yo – se burló, Ancel tenía el rostro desencajado, no había escuchado a Johann gritar así nunca - ¿También te duele? – el alfa rio – Soldadito número uno empuja con mucha fuerza – se quejó – Creo que soldadito número dos tiene prisa en salir – Johann se acarició su vientre – Los siento aquí, una presión constante, es como... - el omega apretó sus ojos, para aguantar el dolor – Sé que están bien.

Ancel miraba a su marido con pena, en esos momentos desharía estar en la posición de Johann. El omega se rio cuando le confeso que él estaría dispuesto a pasar por el proceso del parto para que él no tuviera que sentir dolor, después casi se desmayó cuando Johann apretó su mano para que sintiera lo mismo que él estaba sintiendo en ese momento. Ancel termino diciendo que no sería capaz de soportarlo y luego acarició el cabello de Johann.

Evie cambio las sabanas de las cunas de los mellizos, Anja le había dicho que sería mejor que hubieran unas más gruesas, ya que estaba haciendo bastante frio. Elke les avisó de que el doctor Meyer estaba ocupado con otro parto en el hospital y no sabía cuándo podría ir a Econa. Ancel maldijo al doctor por dejar que Johann sufriera así.

-Estamos preparando la ropa de los mellizos... - Greta les hablaba desde fuera, Anja no quería que viera el parto – Papá ¿Estás bien? – el omega le dijo que si – La tía Evie dice que las feromonas del capitán gruñón están funcionado bastante bien.

-Estoy intentando que seas lo menos agresivas posibles... - Johann rio, las feromonas de Ancel le estaban haciendo cosquillas en la nariz – Los soldaditos deben reconocer mis feromonas cuando nazcan.

Johann decidió dormir un poco para que el proceso fuera más rápido, Ancel estuvo pendiente de él durante ese tiempo, acariciaba la barriga del omega para que el dolor fuera menor e intentaba impregnar su olor en los bebés.

-Soldaditos, lo estáis haciendo muy bien... - les animo, creía que los bebés lo escuchaban – Papá es más fuerte que yo.

Ancel asomaba su cabeza para comprobar la dilatación de Johann y le explicaba cómo se encontraba, aún no podía ver del todo la cabeza del primer bebé, tan solo le decía que estaba muy rojo, sin dar más detalles. Johann se reía al ver el rostro de Ancel, era divertido como cambiaba su expresión, el alfa le enseñaba con gestos como se veía y luego palidecía.

-Esto lo hacen todos omegas... - Johann negó con la cabeza – Gian también tuvo un parto natural ¿no?

-Algunos omegas prefieren las cesarías, es más rápido... - Ancel acarició el vientre de Johann – Está será la última vez que los sienta aquí, pronto los tendremos en los brazos.

-Te amo, Johann... - el acarició la mejilla del omega con el dedo - ¿Estás bien?

-Pensé que sería más a principio, estoy bien, Ancel...

Anja entraba en la habitación cada media hora, para ver el estado de su hijo. El doctor Meyer seguía atendiendo otro parto y cada vez estaban más seguras de que no iría a casa, Elke se ofreció a ir al hospital para buscar algún doctor que pudiera ayudarlo, pero Johann dijo que estaba bien con la ayuda de su madre.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora