CAPITULO 87

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Johann tan solo podía sentir frio en ese momento, sabía que había alguien más en la habitación, pero no sabía quién era. Le volvieron a cubrir los ojos cuando salió de la habitación de Johnson, el omega sabía que se había desmayado en una ocasión, debido al dolor. Tenía el presentimiento de que Johnson le había hecho algo en su cuerpo lo sentía extraño.

-Pequeño omega...- Johann se sobresaltó cuando escucho aquella voz – No te preocupes, ya no hay nadie aquí.

-¿Quién eres? – el omega sentía su garganta seca, así que empezó a toser - ¿Dónde estoy?

-Soy Karl Hoffman, estás en una de las habitaciones de Johnson... - Johann tembló al escuchar ese nombre – Creo que ya nos conocemos, pequeño omega.

-¿Estás vivo?

-Para mí desgracia si, pequeño omega... - no le respondió – Llevas aquí varios días, Johnson quiere que sigas dormido, no podemos hablar, pequeño omega.

Karl se acercó a Johann con cuidado, no quería pisar ninguno de los cables, tenía miedo de hacerle más daño del que estaba recibiendo. El alfa cubrió la cintura de Johann, le avergonzaba estar viendo al omega de su nieto desnudo.

-Usted ¿Sabe porque me quiere Johnson? – el alfa trago saliva – Siento algo extraño por todo mi cuerpo, señor Hoffman.

-Pequeño omega, siento que estés pasando todo esto por mi culpa – Johann no le entendía – Lo siento tanto, debes sentirte muy mal, esos hombres...- gruño – No sé qué hacer para ayudarte, no hay nada que pueda darte, ellos te hacen daño todo el tiempo.

-¿Qué me han hecho? – pregunto con miedo - ¿Por qué se está disculpando? No hizo nada malo, señor Hoffman.

-Soy demasiado débil para protegerte, pequeño omega...

Johann sintió como alguien tocaba su mejilla, Karl levanto un poco la venda que llevaba en los ojos para que pudiera verlo. La última vez que había visto al mayor, al omega le pareció un hombre bastante joven para su edad, pero ahora, estaba más delgado y pálido. No reconocía al hombre que tenía delante.

-Pequeño omega, lo siento...- Johann negó con la cabeza – Seguro que me estarás odiando en este momento, al igual que mi nieto, yo fui un cobarde, un completo idiota, pequeño omega, Simons.

-Usted no tiene la culpa, fue Johnson quien me secuestro, usted ya estaba aquí, no sabía nada – Johann pudo escuchar un pequeño lamento de parte del alfa – Señor Hoffman...

-Todo esto es por mi culpa, pequeño Simons, por mi culpa, debí darme cuenta antes, yo os puse a todos en peligro – Johann sonrió con tristeza – No debí haber hecho eso.

La puerta se abrió de golpe, Johann pudo ver como el rostro del mayor cambiaba completamente, pudo notar un leve temblor en su labio. Al levantar la vista, Johann pudo distinguir a uno de los hombres que habían entrado.

-Cuanto tiempo sin vernos, Johann... - Lenny sonrió y cruzó sus brazos - ¿Cómo te encuentras? – el omega pensaba que estaba soñando - ¿Has visto un fantasma?

-Tú... - el beta comenzó a reírse de manera frenética, Johann intento moverse pero no tenía fuerzas en los brazos - ¿Qué me habéis hecho?

-Cohem, saca la sangre que necesita el señor Helmut hoy...

Karl grito para que no sé acercarán a él y se lanzó al alfa que caminaba hacia Johann, no quería que le siguieran haciendo daño al omega. El mayor fue empujado al suelo con suma facilidad, Johann empezó a respirar con dificultad al ver la escena. Adam estaba delante de él, había visto como lo mataron, era un fantasma que venía a atormentarlo, por haberlo dejado morir.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora