CAPITULO 49

34 8 0
                                    

Ancel se quedó mirando fijamente a Johann, el omega parecía demasiado ocupado jugando con la pequeña que se encontraba a su lado. Greta se escondió tras él, cuando el capitán comenzó a mirarla, pero pocos minutos después, volvió a estar junto a su amigo.

-Estás herido, el doctor Groth dijo que no podías moverte a causa de eso, Johann...- el omega lo ignoró – Hazme caso cuando le hablo, no puede jugar en estos momentos, con esa niña, se está curando.

-Acaso ¿Está celoso? – el capitán le aparto la mirada – Greta solo quiere jugar conmigo, no puedo negarme y para su información, ya me encuentro mejor, apenas me duelen las heridas.

-El veneno te afecto mucho más a ti, el doctor...- Greta comenzó a reír al ganar a Johann en las cartas – No puedes estar con ella, tu cuerpo está demasiado débil.

-Me encuentro bien, capitán...- el alfa gruño al ver la pequeña sonrisita del omega – Incluso he ido al baño solo y después, Greta y yo hemos ido a dar un pequeño paseo por el hospital.

-¿Te estás encariñando de la niña? – Johann se encogió de hombros – Tu trabajo, no es cuidarla, mi hermana mando a un cuidador para se encargará de ella.

Greta le saco la lengua ofendida, ella se había encargado de asustar a su cuidador, para que no la apartará de Johann. El omega no puso ningún impedimento, se quedó con ella todo el tiempo, para cuidarla, de vez en cuando también iban sus compañeros – aunque era algo de lo que no estaba enterado el capitán -, ella pasaba gran parte del tiempo pegada a Johann.

-Capitán, el doctor Groth, me pregunto si podía quedarme con ella, ya que conseguí que contará algunas cosas sobre su pasado – a Ancel no le importaba eso, estaba siendo atacado por una niña pequeña – Descubrí su nombre y edad, Greta se porta muy bien – asintió con una gran sonrisa – Y no soy el único que cuida de ella.

-Tu celo está a punto de llegar, Johann...- el omega cubrió los oídos de Greta – Debido a que inhalaste bastante veneno, puede que este sea.

-¿Podemos hablar de esto más tarde? – Ancel negó con la cabeza – Hay una niña pequeña delante.

-Tu mismo dijiste que no sé separa de ti, ni un solo momento...- le provoco – Si ella quiere seguir aquí, tendrá que escucharlo, es algo natural.

-Capitán...- Johann se ruborizo – Puedes esperar unos minutos, a que vengan mis compañeros, por favor.

Johann tuvo que explicarle a Greta, que debía salir a jugar al pequeño jardín, con Shilo y Jire, pero ella no quería. Finalmente, tuvo que inventarse que debían hacerle unas pruebas y era muy peligroso para ella, Shilo lo ayudo, atrayéndola hacia él con una piruleta. Greta salió de la habitación sin problemas.

Cuando todos estuvieron de espalda, Ancel saco la lengua a Greta, había conseguido lo que quería. Quedarse con Johann, ahora era todo para él. El omega se sentó con cuidado en la camilla, mirando al capitán con curiosidad. El alfa se reía en silencio, mientras la pequeña desaparecía por el pasillo.

-Mi celo, no está pronto a llegar...- le reprocho, con algo de vergüenza – Lo hubiese notado, deje de tomar mi medicina, cuando un alfa me marco, creo que usted lo conoce ¿no?

-Somos pareja, Johann – le recordó, con cierta picardía – Yo también inhale un poco de ese veneno y mis niveles están muy extraños, tuvo que realizarme una prueba de sangre – el omega entrecerró los ojos, confundido – Los resultado fueron bastante irregulares.

-¿Dónde quieres llegar con esto? Capitán – Ancel sonrió y suspiro con algo de cansancio – Le dije que no íbamos a tener más...

-No creo que pueda resistirme cuando llegue mi Rut, Johann – el omega se apartó un poco de su lado – Siento que estoy un poco más celoso de lo normal, y tus feromonas están más dulces, me estoy resistiendo en estos momentos, me está costando mucho.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora