CAPITULO 113

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A Greta le costaba despertarse por las mañanas, antes en Ylesa, podía despertarse a la hora que quisiera, siempre era unas horas más tarde que Johann y los chicos, ella ocupaba toda la cama del omega si no había tenido una pesadilla, aunque a veces, se escapaba a la habitación de Gian para dormir junto a él.

-Llegaremos tarde, Greta... - le gritaba Robert desde la entrada de la casa, había adelantado expresamente a su madre para poder ir a despertar a Greta – La abuelita Norma, no llevará a clase, deprisa Greta, deprisa.

Greta se escondió entre los brazos de Johann, si no se movía de ahí tardarían en encontrarla y podría dormir durante más tiempo, ninguna de sus abuelitas despertaba a Johann nunca, así que él era su escondite secreto. Cubrió sus orejas con las manos para dejar de escuchar a Robert.

-Greta... - cada vez estaba más cerca, estaba segura de que no buscaría en la habitación, no podían entrar cuando Johann estaba descansado – Greta – Robert asomo la cabeza por la muerta, llevaba el gorrito de clase y su mochila, estaba impaciente por llegar a clase, ese día tendrían una excursión – Greta – susurro.

Robert dio un pequeño paso para poder entrar en la habitación, apenas podía ver sus pies, estaba todo completamente a oscuras, el tío Johann dormía así, siempre, no le gustaba que la luz estuviera encendida. La abuelita Anja le había explicado que le daba miedo, algo que él no entendía, a Robert le daba miedo dormir con la luz apegada, por eso su padre le había regalo una pequeña luz. Pero a Johann le daba miedo dormir con la luz encendida, el pequeño alfa pensaba que era extraño.

Camino en dirección a la cama de Greta, había estado en la habitación de día y jugo varias veces con ella, su cama estaba cerca de la puerta. Cuando toco la almohada no había nada, pero no veía a la beta por ningún lado.

El pequeño alfa salió triste de la habitación, su misión de encontrar a Greta había sido un completo fracaso y ahora, definitivamente llegarían tarde a clase, él quería ir a la excursión.

-¿Qué pasa? Cielo – Robert miro con tristeza a Norma - ¿Te duele algo? Acaso tiene hambre mi príncipe – negó con la cabeza - ¿Por qué estás triste?

-Greta no está en la habitación... - Norma sonrió y abrazo al pequeño, que estaba a punto de llorar – La busque, pero no está.

-¿Has mirado si estaba con el tío Johann? – negó con la cabeza, su madre le decía que no debía molestar a su tío si dormía – La has llamado muchas veces, la abuelita te ha escuchado – el pequeño asintió con tristeza - ¿Quieres buscarla conmigo? – finalmente sonrió – Debemos despertar al tío Johann, debe tomarse su medicina.

Robert abrió mucho la boca, estaba completamente prohibido hacer eso. Su madre le castigaría si se enteraba, y ya no podría jugar con sus primos al volver de clase, así que negó con demasiado nerviosismo cuando Norma le dijo de ir de nuevo a la habitación. Norma se acercaba peligrosamente a la puerta, su madre estaba cerca, si se encontraba que él estaba dentro de la habitación, sería su fin. Así que decidió esconderse debajo de la mesa de la cocina, sin que la alfa se diera cuenta.

-Johann... - el omega se quejó – Ya son casi las ocho, debes tomar tu medicina – este asintió – Robert ha venido a buscar a Greta ¿Sabes dónde está? – la pequeña se escondió aún más – Mi rey, despierta, ya he preparado el desayuno, no puedes tomar la medicina con la barriga vacía, vamos...

Norma podía ver como Greta se movía entre las sabanas, mientras escapaba de ella, la pequeña abrazaba con fuerza a su hijo para que no los separaran. Johann se había dormido de nuevo, una de las pastillas que tomaba lo dejaba totalmente sin fuerza y le costaba despertarse.

-También he preparado el desayuno para ti, princesa... - eso no le importaba – Robert te está esperando, hoy todo el colegio va de excursión al rio, vamos arriba.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora