CAPITULO 66

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Johann apoyó sus manos sobre el escritorio de Ancel, el alfa comenzó a desvestirlo segundos después de que entrará al despacho, no sabía lo que le ocurría, pero parecía muy enfadado, su piel estaba completaba erizada al sentir la respiración de Ancel sobre su cuello, el alfa lamió su marca varias veces haciendo que está comenzará a ponerse roja y a picarle.

Ancel coloco sus manos sobre el pecho de Johann, mientras lo obligaba a acercarse cada vez más y más a él. Golpeaba el trasero del omega con su pene, pero sin llegar a penetrarlo, Johann sentía como le caían gotas de sudor frio sobre la espalda. Ancel había empezado a envolver su cuerpo con sus feromonas, haciendo que su cuerpo se volviera más sensible.

-¿También piensas que estoy haciendo las cosas mal? Johann – pellizco uno de sus pezones haciendo que el omega temblará – Creo que debería dejarle este puesto a Walter, a él se le da mejor mandar.

-Capitán... - Johann debía permanecer con las manos pegadas al escritorio, para que no cayera el agua de los vasos – Usted, es un buen capitán.

Ancel sonrió y comenzó a bajar sus manos hasta llegar cerca del ombligo, Johann contuvo el aliento cuando comenzó a masajearle aquella parte, los vasos se movían peligrosamente sobre sus manos. El capitán beso su mejilla y luego suspiro cerca de su oído.

-Un omega, debe ser sincero con su alfa, Johann – no le respondió - ¿Crees que soy un buen alfa? – Johann sonrió, pero siguió sin responderle, estaba demasiado pendiente de las manos provocativas de Ancel – Dime ¿Soy mejor que mis hermanos?

-No he tenido la oportunidad de hablar con la señora Hoffman, así que no puedo opinar sobre ella, capitán...- Ancel acarició la espalda de Johann siguiendo su columna hasta llegar al final – El segundo Hoffman, no sé parece mucho a usted, su personalidad es un poco más relajada y menos gruñona.

El capitán introdujo el dedo en el interior de Johann haciendo que este se callará, uno de los vasos cayó sobre la alfombra mientras el otro se mantuvo sobre su mano izquierda un poco más. Ancel comenzó a introducir sus dedos poco a poco hasta que Johann perdió.

-Hiciste trampa, capitán...- el alfa rio, Johann se quedó de rodillas en el suelo mientras él lo observaba – No voy a hacerlo, mi cadera sigue resentida de la última vez, usted, hizo trampa para que yo perdiera.

-No debías tirar los vasos, Johann – el omega lo ignoro – Lo estabas haciendo muy bien, deje pasar que cayera uno para que no te enfadarás, ahora debes hacer lo que yo te diga.

-Tramposo – se dio la vuelta de rodillas, Ancel se había sentado en su sillón, para esperarlo – Solo lo vamos a hacer una vez, debo volver pronto a la habitación, Greta ha tenido una mala experiencia.

-No hablas de ella cuando estemos los dos solo, Johann...- el omega le gruño – Te dije que serías libre, si aguantabas los vasos sobre tus manos, no lo has conseguido ¿Debería hacer que entrenases un poco más?

Johann gateo hasta el sillón, Ancel ya se había bajado la cremallera para adelantar el trabajo, el omega se quedó mirando unos segundos hasta que él le hablo. El capitán no quería que hablara de Greta en sus reuniones, la última vez que lo hizo, termino sin sentir su parte baje durante un día entero, a Johann siempre se le olvidaba.

-Johann...- el omega levanto la cabeza despacio -¿Tu qué harías en mi situación? ¿A quién ayudarías? ¿Seguirías buscando al mayor?

-Johnson lo secuestro delante nuestro, no sabemos nada sobre el mayor Hoffman desde hace tiempo, ni tampoco sabemos sobre su tío – Ancel asintió – Yo seguiría buscando al mayor y a su tío, hasta el final, no sabemos lo que quiere hacer ese hombre con ellos.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora