CAPITULO 46

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Una mujer con cuerpo escuálido y débil, apareció en la entrada del hospital. En su rostro se podía ver el horror que estaba sintiendo en aquel momento, no sabía cómo había llegado hasta allí, alguien la puso en aquel lugar cuando despertó. No entendía nada, temblaba de miedo escuchando el tictac del reloj que llevaba colgado en el pecho.

-Ayudadme...- levanto las manos cuando vio que había hombres armados apuntándola – No sé cómo he llegado aquí – un mechón de su cabello cayó sobre su mejilla – Ayuda, por favor.

Sus piernas perdieron fuerza y cayó de rodillas al suelo, sus labios temblaron cuando volvió a pedir ayuda, todas las personas que se encontraban allí la miraban con temor.

-¿Quién es usted? – ante la pregunta de Editha, aquella mujer negó con la cabeza - ¿Cómo ha llegado aquí?

-Sadie, me llamo Sadie...- el reloj contaba los segundos que pasaban con lentitud, cada tictac, era más fuerte que el anterior, su cabeza amplificaba aquel sonido – No sé cómo he llegado aquí...

La frecuencia de la bomba que llevaba en su pecho incremento la velocidad, aquella mujer grito al darse cuenta, tenía miedo de mover un solo musculo de su cuerpo, miraba a Editha para que la ayudará, pero la alfa no sabía qué hacer.

-¿Alguien tiene idea de cómo desactivar lo que lleva en el pecho? – miro a los hombres que había detrás de ella, ninguno le contesto – Os estoy haciendo una pregunta, necesito que me contestéis ¿alguien sabe cómo hacerlo?

-Señora Hoffman...- uno de los alfas que la acompañaban, se acercó a ella – Tenemos otro problema ¿has visto a esa niña? – señalo a la pequeña que se encontraba a unos metros de Sadie - ¿Está viva? Lleva lo mismo que ella, pero no sé mueve.

-Traer refuerzos. – No se movieron del lugar – No me habéis oído, os he dicho que traigas refuerzo.

-No podemos llamar a nadie, las comunicaciones llevan cortadas desde hace unas horas – Editha grito, asustando a todos – Señora, no debería hacer eso, puede ser peligroso.

-Busca a alguien que sepa desactivar las bombas, sin hacerle daño a las betas, creo que habrá tendremos al menos a uno de vosotros que tenga un minimo de inteligencia.

-Señora, su hermano ha pedido que no hagamos nada, antes de que las comunicaciones cayeran... - los ojos de la alfa cambiaron a un rojo intenso – No podemos ayudarlas.

-Vais a hacer lo que yo os pido, les quitaremos esa bomba... - el alfa negó con la cabeza - ¡Osas desafiarme!

Editha comenzó a caminar, hacía Sadie, para comprobar el tiempo que les quedaba, aunque la beta le pedía que no lo hiciera. Había visto antes ese tipo de bomba, cuando ocurrió lo de Oitburgh aparecieron algunas por Nadina, tuvieron que pedir a algunos a los ciudadanos que vivía allí, que se mantuvieran alejados de donde estaban las bombas. Lograron desactivar algunas, otras comenzaron a explotar una a una, en una reacción en cadena. En esa época no utilizaron a ninguna persona para amenazarlos.

-Sadie, debo pedirle que mantenga la calma, pronto llegará alguien para quitártela, se lo aseguro, tanto tú como la niña que hay detrás de ti vais a sobrevivir...

-¿Niña? – asintió – Una niña ¿Está segura?

-Sí, parece estar dormida, aún no la hemos visto moverse ¿Sabe usted quién es? – Sadie giro un poco la cabeza y la miro de reojo - ¿La ha visto antes?

-Sí – solo dijo eso.

-Me podría decir su nombre, por favor, sería de gran ayuda, tal vez así conseguimos despertarla.

-No va a servir, ella está muerta...- Editha la miro de nuevo – Él la mató, ayúdame a mí, está muerta, la mataron, al igual que los demás.

-¿Conoces a alguien más? – negó con la cabeza – Acaba de decir que habían más personas con usted, sabe quién es la niña, pero no lo quiere decir, necesitamos que nos lo digas.

-¡Quitadme esto! – suplico – Él me matará si no lo hacéis, la niña está muerta, yo vi como la mataban, ella está muerta.

Editha le indico a uno de los soldados que se acercará a la pequeña, para comprobar su estado. Sadie comenzó a gritar de nuevo, diciendo una y otra vez que la pequeña estaba muerta.

-Señora Hoffman, la pequeña aún respira...- le comunicaron – Muy débilmente, pero está respirando, sigue con vida.

-Ella está muerta – grito – Muerta, él dijo que la mato por portarme mal, ese era mi castigo, pero yo... - empezó a hiperventilar mientras hablaba – Yo me porte muy mal, él la mató, y ahora quiere que yo también – sus ojos se volvieron completamente blancos – Todos estamos muertos, él no quiere a nadie vivo, está muerta, no respira, están mintiendo.

-Calmase, la ayudaremos, pero necesitamos que nos digas de quien estás hablado.

Sadie fue cayendo poco a poco hacia abajo, como si cabeza le pesara demasiado para seguir sosteniéndola, Editha intento detenerle, pero le daba miedo accionar accidentalmente la bomba. La mujer se quedó en una postura extraña, mientras su cabeza estaba pegada en el suelo, su torso seguía levantando, como si estuviera de rodillas. Miro a Editha por última vez antes de comenzar a gritar.

Editha no podía escuchar ni sus propias palabras, le pedía que se detuviese, pero ella seguía gritando cada vez más y más fuerza. Tardo en darse cuenta, que de la cabeza de la mujer estaba saliendo un extraño líquido verde.

-¡Sadie! – la mujer dejo de gritar, pero siguió en la misma posición - ¿Qué ocurre? ¿De qué hombre hablas?

-Morte – dijo antes de fallecer.

Wagner entre en la habitación donde se encontraban, acompañado de Lenny, el beta caminaba con dificultad, sujetándose la herida que tenía en su vientre.

-Suelte al señor Hoffman, ahora -lo amenazo, sin apartar su arma del beta – Johnson, está completamente rodeado, aunque quisiera no podría escapar de este lugar.

-¿Rodeado? – sonrió – Aún sigues usando las palabras que te enseño Karl.

-Sus hombres están muertos, nadie podrá ayudarlo, Johnson, será mejor que suelte a mi compañero.

-¿Quién me va a matar? – comenzó a reírse – También fuiste el juguete de los Hoffman, ellos te salvaron ¿no?

Ancel empujo la pistola sobre la cabeza de Johnson para que dejase de hablar, el alfa se estaba comenzado a cansar de la situación, quería saber lo que estaba ocurriendo.

-¿Quién de vosotros podría llamar a Karl? – tiro a Walter al suelo, de la misma manera que hizo anteriormente con Johann.

-¿Qué quiere del mayor?

-Tener una reunión de viejos amigos. 

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Johnson quiere jugar con la paciencia de los Hoffman. 

Espero que os haya gustado, siento que el capitulo de hoy sea más corto de lo normal, no tenía mucho tiempo para escribir, lo siento. 

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Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora