CAPITULO 47

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Con un simple chasquido de los dedos de Johnson, todos los hombres que había llevado el capitán consigo fueron cayendo uno por uno, algunos convulsionaban hasta morir, otros simplemente cerraban sus ojos para siempre, caían sin cesar, con solo un movimiento del alfa.

Walter también cayó al suelo, sintiendo una gran aprensión en su pecho, se estaba ahogando poco a poco, cada suspiro que daba se acercaba cada vez más a su final. El alfa miro con rabia a Johnson, que se mofaba de la escena.

Tanto Johann como Carsten, comenzaron a toser, hasta que sus ojos se llenaron de lágrimas, Wagner perdió el equilibrio y cayéndose de rodillas detrás de Lenny, el beta también se burlaba de la situación, pero a diferencia de Johnson él sí que estaba siendo afectado por aquellos polvos.

Ancel tosía subiéndose la camisa hasta la nariz y sujetando con la otra mano el arma. Johnson lo miro con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Quieres salvarlos? - Ancel achino sus ojos, ante la pregunta del tercero – Algunos están muertos, llevan tiempo inhalando mi nueva creación, otros intentan sobrevivir.

-¿Qué quieres? – Johnson sonrió – Ya hemos traído a tu secuas ¿Qué más quieres?

-No es que le necesite mucho, pequeño Hoffman – Lenny se volvió completamente pálido – Si hubiese muerto, no sería una gran pérdida, tengo a otros que pueden hacer el trabajo mejor que él – el beta comenzó a temblar, de impotencia – No lo busco a él.

Se mantuvo unos minutos en silencio, mientras Lenny lo observaba, su supuesto compañero lo miraba con miedo. Johnson tan solo tuvo que cambiar la expresión de su rostro, para saber lo que iba a ocurrir.

-Tan solo necesito ver a mi querido amigo, Karl...- ambos hermanos bufaron a la vez, al escuchar el nombre de su abuelo – Debemos solucionar algunos problemas del pasado, tu hermano, te los puede contar, si es que consigue sobrevivir, por su rostro, no le deben quedar más de unas horas para morir.

-El mayor no te debe nada, Johnson.

-En eso te equivocas, pequeño Hoffman – Walter miraba a su hermano con miedo, se estaba quedando sin fuerzas – Tu abuelo me debe demasiadas cosas, sería realmente malo para vuestra familia, si todo lo que hizo, saliera a la luz.

-¿A qué te refieres?

Johnson se agacho y paso uno de sus manos, por el rostro de Walter, el alfa intento morderlo, para escapar, pero este le golpeo con fuerza. Por unos segundos perdió el sentido de la vista, hasta el punto de marearse.

-Tu abuelo fue el primero en crear una de las granjas, más famosas...

-Él no haría algo así, el mayor, siempre ha luchado por la libertad de su gente y...- Johnson le corto con una risa escandalosa – Creo Ylesa, para proteger a...

-Creo Ylesa, para borrar los errores que había cometido años atrás, Oitburgh no fue mi creación, él me obligo a permanecer allí, los niños Cohem... - lamió sus labios - ¿Por qué solo eran alfas? Te has preguntado alguna vez eso, pequeño Hoffman, según la jerarquía en la que nos movemos, los alfas son los más fuertes, pero eso no es del todo cierto.

-Solo existen tres sub-géneros, Johnson, los alfas están en las cima, seguidos de los betas y omegas – Johnson negó con la cabeza – Los omegas, no pueden...

-Hablas igual que tu abuelo, soltando idioteces por tu estúpida boca, se nota que tan solo te ha criado él, hizo bien en librarse de Helmut... - suspiro cansado – Él no le hubiese dejado hacer ni la mitad de todas aquellas cosas.

Walter se levantó con dificultad, del suelo, quería callar a Johnson, el alfa no sé movió ni un solo centímetro cuando se acercó a él. No tenía la fuerza suficiente como para hacerle un gran daño, así que no le importaba demasiado que le desafíe un poco, eso le divertía.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora