CAPITULO 76

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Antes de que Johann pudiera enviar la carta, Ancel ordeno a su brigada a tomarse una foto de grupo, con el pretexto de que debían enviársela a su hermana, a Walter le pareció extraño que Editha les pidiera una foto de grupo, normalmente solo se tomaban una a principio de año y aún quedaba bastante para que eso ocurriera.

-Incluso debemos ponernos la placa con nuestro nombre – se quejó el alfa – Creo que Editha ya nos conoce, Ancel ¿ha pedido la foto?

-Sí, dice que quiere ver como es la nueva brigada, no sé acuerda de Rolan – mintió con descaro, mientras se arreglaba el cabello – Tenemos que enviarle la foto, no querrás que se enfade, Walter, estamos haciendo bastantes cosas a sus espaldas.

-Edita ¿ha pedido una foto? – repitió, el capitán asintió – De solo nuestra brigada ¿Estás seguro?

-Walter, ya sabes que nuestra hermana es un poco especial, no podemos llevarle la contraria, es capaz de plantarse en la base para que lo hagamos.

-Me sigue pareciendo extraño, Ancel ¿Estás seguro? – el alfa ya no le respondió – No tendrá que ver con lo que le pediste a Simons ¿verdad? Es muy extraño que de un día para otro.

-Tanto te molesta tomarte una foto – casi le grito – Si no quieres aparecer, puedes ir con el pequeño cocinero.

Walter se cruzó de brazos, intentado averiguar donde se encontraba su hermano, podía escuchar sus pasos de un lado a otro de la habitación y también podía oler un extraño perfume que se había puesto. Ancel nunca se arreglaba para tomarse fotos, siempre huía cuando había una cámara cerca, pero ahora era el primero en pedir que la hicieran.

-Hermanito ¿Qué ocurre? – Ancel sonrió con disimulo – Incluso llamaste a un fotógrafo, siempre nos tomamos las fotos en el despacho, pero hoy no.

-Walter, hace un día estupendo, la imagen saldrá perfecta, a veces está bien cambian de escenarios, todas las fotos del despacho son demasiado oscuras.

Ancel se fue al baño, su cabello no estaba quedando como quería y se estaba molestado, quería cortar un poco su flequillo para que todo quede perfecto. Wagner entro mientras se preparaba, el vice-capitán no se acordaba de nada de lo que había pasado con Rolan, solo sabía que había terminado en la enfermería.

-Todos están preparados, el camarógrafo, también – Walter asintió - ¿Qué es este olor?

-Mi hermano, hoy se ha despertado extremadamente feliz... - el vice-capitán no lo comprendía – Piensas que fue Editha quien pidió que lo hiciera, sé que a veces hablan por el ordenador, pero nunca he escuchado a mi hermana pedirle algo así.

-Los chicos dicen que Simons parece algo molesto – le confirmo una de sus sospechas – El capitán le pidió que esperara unos días, no sé porque, pero parece que no le hace mucha gracia.

Ancel salió del baño con una gran sonrisa y saludo a Wagner, el beta se quedó mirando a Walter, el cual negó con la cabeza, no entendían nada, ninguno de los dos. El capitán se sentó en su escritorio y comenzó a teclear algo, sin decir nada.

-El fotógrafo nos espera fuera, capitán – este asintió y siguió mirando la pantalla – Los hombres también están fuera, los estamos esperando a ustedes dos.

-Walter, ve con él, ahora iré yo...- Ancel hablo con tranquilidad, seguía tecleando sin decir nada – No os quedéis ahí parados, quiero... digo, mi hermana quiere que también os toméis fotos por pareja – Walter carraspeo su garganta – El pequeño cocinero puede tomarse fotos si quieres, hermano, para que se las enseñéis a mi sobrino.

-Ancel ¿Qué significa todo esto? – el alfa se encogió de hombros – No tiene que ver con la carta que le tiene que enviar Simons a sus madres ¿verdad? – negó con la cabeza – No puedo verte, contéstame.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora