CAPITULO 116

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Jire no se recuperó de aquel ataque, la mitad de su cuerpo se quedó atrapado entre los escombros, si lograba salvarse, no podría volver a hacer nada por sí mismo. Así se lo anunciaron a Ancel cuando llego a Pora, acompañado de Wagner, ambos estaban destrozados después de intentar salvar a los civiles que se había quedado en Drasalla. Muchos de sus compañeros habían muerto, Johnson quiso terminar con todos en un solo golpe.

-Lo mejor será desconectarlo... - dijo Nils con el corazón en un puño, Ancel aún se estaba limpiando la sangre de sus manos cuando escucho aquellas palabras – Si lo dejamos vivir sufrirá.

-Debe haber otra manera, Nils, piensa... - el doctor negó con la cabeza – Tenemos que salvar a Klein, él es uno de los nuestros, Nils, sálvalo – le suplico – Nils...

-No sabemos ni siquiera si despertará, Ancel... - Wagner sujeto al alfa antes de que se cayera – Su cuerpo está...

-Tengo que salvarlo, Nils... - grito – Por favor, sálvalo, él no puedo morir, hemos perdido a muchos – el doctor no respondió – Marx murió, debes salvarlo, él murió por salvarlo, debe vivir, por favor.

-Ancel, si vive será un infierno para él... - el capitán negó con la cabeza – Si lo desconectamos ahora, tendrá una muerte pacífica y sin dolor.

-Nils... - Ancel no quería perder la compostura – No podemos salvarlo, vamos di que puedes hacer algo por él.

El capitán miró a Jire, el alfa se encontraba en la camilla, perdió su pierna derecha y la mitad de su brazo izquierdo, no sé podía diferenciar bien su rostro. Nils aún no les había hablado de las heridas internas que había sufrido. Jire está respirando gracias a una máquina, no duraría mucho si se la quitaban y no podían asegurar que pudiera tener una buena vida.

-Yo cuidaré de él, Nils... - Wagner lo abrazo con fuerza, él no podía ver a Jire, mejor dicho no quería verlo – Cuidaré de Klein, para que pueda vivir, le daré lo que necesite.

-No puedes hacer nada por él, Ancel... - el alfa grito, el vice-capitán nunca lo había escuchado tan desesperado – Puedo dejar que os despidáis de él, será lo mejor para todos.

-¿Cómo puede ser lo mejor para todos? – pregunto con ironía – No puedo Nils, él es...

-Ancel, no puede vivir, por más que quieras, Jire Klein no podrá vivir ¿no entiendes mis palabras? – el capitán grito – Es imposible que viva, Ancel, no lo estoy diciendo para hacerte daño, debes dejarlo ir, al igual que al señor Frey.

Wagner se separó de su lado, Ancel vio cómo se desvanecía poco a poco delante de él. El beta le sonreía desde lejos. Nils se mantenía a una distancia prudencial de él, habían dado al capitán por muerto hacía muchos meses, ya que desapareció después del ataque.

-Ancel, despierta, por favor... - el cuerpo del alfa empezó a temblar – Ya estás a salvo, no te harán daño.

-Sálvalos, Nils, por favor... -el doctor se agacho a su altura y lo abrazó, al igual que hizo Wagner hace unos momentos – Nils...

-Ya ha terminado, Ancel, puedes descansar – el alfa negó con la cabeza, no entendía lo que estaba pasado – Está muerto, Johnson está muerto, ya ha terminado todo, deja de luchar.

-Mis hombres, tienes que salvarlos, Nils... - el doctor negó con la cabeza – Wagner, debes ayudar a Wagner, es mi hermano, mi hermano, debes ayudarlo, él está herido.

-Wagner murió hace mucho tiempo, Ancel... - el alfa dejo de respirar por unos segundos – Saliste corriendo a buscar a Johnson, cuando encontraste el cuerpo de Wagner. Mataste a Johnson y salvaste a Editha, ahora puedes descansar.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora