CAPITULO 73

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Tras un mes de pruebas, finalmente Nils concluyo su investigación sobre Walter, el alfa había perdido la vista, como los demás soldados, pero no estaba infectado, ni tampoco podía infectar a nadie. El doctor no entendía porque había perdido la vista, llego a la conclusión de que el experimento de Johnson lo protegió, pero la sangre del alfa no tenía nada extraño.

-¿Puedo volver a estar con Gian? – el doctor asintió – No le haré nada malo ¿verdad? Puede que lo pueda infectar, no soportaría que él lo pase mal, además garbancito aún es muy pequeño.

-No tienes nada malo en tu cuerpo, no sé lo que paso en la vista, estoy intentando entender lo que te ha pasado, tu vista siempre ha sido buena, pero has perdido la vista de la nada – Walter se quedó quieto – No veo ninguna razón lógica por la que te tengas que quedar aquí.

-Nils, mi omega ¿Estará en peligro si me acerco a él? No voy a tentar a la suerte de esta manera.

Nils apoyo sus manos sobre las de Walter, el alfa se asustó cuando las noto no sabía que estaba tan cerca de él. El doctor suspiro, sabía que Walter podría ser testarudo, toda la familia Hoffman lo era, empezando por su abuelo y llegando incluso a los bisnietos. Walter quería quedarse ahí, hasta recuperar la vista o estar seguro de que no le pasaría nada a Gian, la explicación de Nils le parecía vacía y sin sentido.

-Has estado hablando con él por el intercomunicador, todo este tiempo, incluso le consiguieron un móvil para que pudiera verte, Gian mejoro tan solo con escuchar tu voz – Walter sonrió – El bebé está perfectamente, la señorita Naomi lo está cuidando muy bien, incluso creció, ahora se le puede notar más, Gian dice que es inquieto, incluso cuando está descansando.

-Garbancito será como Gian, él también es inquieto – Nils puso los ojos en blanco – Pero no puedo arriesgarme a ponerlos en peligro y si todos esos análisis están mal.

-Walter todos han dado el mismo resultado negativo, has estado con el señor Cohem mucho tiempo y aun así no te ha pasado nada, tu vista está mal, encontré una manera para ayudarte, pero no puedes quedarte aquí más tiempo.

-¿Por qué? Ningún hombre que ha subido aquí se le ha permitido salir, Nils ¿los resultados pueden estar mal? Y si infecto a alguien sin darme cuenta.

-Eres inmune, Walter – le grito enfadado – Lo que significa que no puedes infectarte, ni infectar a nadie, si te hacemos más pruebas, te quedarás sin sangre.

-Me da igual, si eso significa que estoy protegiendo a Gian.

Nils se levantó del asunto y camino por la sala por varios minutos, Walter lo ponía extremamente nervioso y no quería perder los papeles. El doctor pensó en Karl, hizo a todos sus nietos igual a él, los quería golpear hasta estar satisfecho o quedarse sin energía.

-Ya le he dicho a Ancel, que venga a por ti – Walter se tensó – Dentro de dos horas, abrirán la puerta principal para que puedas salir, él no puede entrar, pero tú sí que puedes salir, él te llevará a la enfermería para que recojas las medicinas que debes tomarte y después Gian irá a verte.

-No voy a ir...- el alfa gruño, Walter se mantenía serio en la camilla.

-¿Sabes cuánto tiempo queda para que nazca tu bebé? – Walter asintió - ¿Quieres que Gian lo haga todo solo? No puede llevar el intercomunicador al parto, no podrás escuchar nada y estoy seguro que quieres estar con él ese día.

-Mi hermoso Gian sabrá hacerlo, además tendrá ayuda y si necesita a alguien puede ir Ancel, él lo ayudará – Nils sujeto su cabeza y apoyo su frente en ella – No me voy a arriesgar.

-Gian rechazará las feromonas de tu hermano, eso puede alargarle el parto, el bebé podría morir – Walter intento apartar la cabeza, pero no le dejo – No vas a permitir eso ¿verdad? – asintió – Las medicinas te ayudaran a recuperar la vista a poco, tú no estás infectado, estar aquí también es peligroso para un cabezotas como lo son los Hoffman.

Amor en la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora