No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león. - Alejandro Magno.
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Keylani Kim, la perfecta combinación entre tenacidad y sacrificio, la coronel más respetada de toda l...
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"Estás dispuesto a dejar atrás las cosas y darles a las personas segundas oportunidades. Pero la cosa es, Rose, que algunas personas no las merecen". Rebecca Serle.
Segunda oportunidad a quien la merece.
Las segundas oportunidades siempre deben aprovecharse no solo para poder vivir y hacer lo que no hicimos por miedo o falta de valor, sino deben aprovecharse para que seamos una mejor versión de nosotros mismos.
Siempre he creído que se deben de dar las segundas oportunidades solo a las personas que realmente quieren mejorar y superarse, a esas personas no tienen miedo a aceptar su pasado y sus errores, pero que sobre todo que tienen el valor de levantarse con la frente en alto para construir su nuevo futuro y aprovechar al máximo la segunda oportunidad que la vida les brindo.
Mi cabeza era un completo lio y manojo de nervios ¿Por qué estaba comenzando a sentir tantas cosas por Conall? ¿Por qué mi corazón no paraba de latir frenéticamente cuando el aparecía en mi campo de visión? Y lo más importante ¿Por qué carajos habia aceptado el "Dejemos que fluya"? ¿A caso estaba enamorada?
Traté de no pensar eso durante mi camino hacia el campo de recreación, un hermoso jardín con flores y bancas bajo una hermosa palapa, no queria tratarlas como criminales, por lo que había optado por entrevistarlas fuera de la sala de interrogatorios. América se había ofrecido a ser la psicóloga del caso pues la respuesta emocional era algo importante.
—Las chicas estan en camino—aseguró mi amiga dejándose caer sobre una de las bancas de metal —, este es mi lugar favorito.
—El mío también—aseguré con una pequeña sonrisa —, tiene algo...Mágico...
—¿Mágico? Una de dos, te pico una hada del campo o estas enamorada. La gran coronel Keylani Kim ¿Creyendo en la magia? Eso si no te lo creo. Tú siempre buscas una explicación.
—Sólo me parece lindo—murmuré soltando una pequeña risa—. El color rubio me afectó.
—Si, claro. ¿Quién es?
—¿Quién es quién? — pregunté enarcando una ceja.
—¿Es John, estas feliz por su regreso?
—Más bien molesta por su regreso—aseguré riendo.
—Te conozco y soy psicóloga, tienes cambios muy extraños. ¿El general te atrae?
—¡¿Qué?! Es como mi padre—chillé soltando una fuerte carcajada.
—Entonces... ¿El capitán Smirnov?
—¡No! Dios, no hay nadie...—solté una carcajada nerviosa.
—¿Es Harrison?
—¿No? —respondí dudosa.
—¡Es Harrison! ¡Joder! —chilló emocionada —. Tus ojos se iluminaron con sólo escuchar su apellido ¡Dios! Sabía que tu horóscopo no se equivocaba.
