No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león. - Alejandro Magno.
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Keylani Kim, la perfecta combinación entre tenacidad y sacrificio, la coronel más respetada de toda l...
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Sorpresa de cumpleaños.
"Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero más de lo que se cree."~ Colette
La vida siempre es difícil, son contados los momentos en que podemos sonreír sin sentir que en cualquier momento todo se derrumbará y perderemos las esperanzas, así como llegan los momentos de felicidad se ven arrebatados por tristezas que destruyen el alma desde lo más profundo, momentos que ponen a prueba todo lo que tenemos en nuestras vidas y que nos hacen sentir totalmente perdidos en ese camino llamado destino.
Pero eso es algo normal en la vida, todo ser humano pasa por momentos difíciles y momentos tan hermosos que se convierten en recuerdos inolvidables, solo es cuestión de que veamos el lado bueno de las cosas y que de cierta manera aprendamos a sobrellevar todo lo que puede ocurrir en nuestras vidas, por más cruel que parezca, no siempre podemos tener el control en nuestras manos y quizás lo mejor es adaptarnos a ello.
Cuando era pequeña, mis cumpleaños eran lo más hermoso, no era por las grandes y excéntricas fiestas que mis padres organizaban o los regalos realmente caros que ambos me daban, era porque podía tener a toda mi familia unida, mis tíos y primos viajaban desde los lugares donde residían a pasar un fin de semana con nosotros, mis padres olvidaban todas las obligaciones como ministros de la IISMF y se tomaban días libres para estar con nosotros y sobre todo, podía compartir el día tan especial con mis hermanos.
Siempre amé mi cumpleaños y amaba celebrarlo, me encantaba tener los recuerdos de cada cumpleaños enmarcados en hermosas fotografías que conservaba en la biblioteca de mi departamento, me encantaba sacar fotografías de mis cumpleaños y de esa manera inmortalizar los buenos momentos en algo más que mi memoria fotográfica.
Cuando cumplimos los diez años, nuestros padres en lugar de organizar fiestas infantiles comenzaron con la tradición "un fin de semana de viaje con los Kim", Viajamos a lugares hermosos, desde un pueblo mágico en México, las hermosas playas del Caribe o las heladas montañas de la Patagonia o el norte de Canadá, pero lo hacíamos en familia. Teníamos las aventuras más emocionantes y los momentos más perfectos en compañía de las personas que amaba.
Amaba poder disfrutar de la compañía de todos en un día tan importante para mí y para mis hermanos, los tres disfrutábamos poder estar rodeados de nuestros seres amados y de poder conocer hermosos lugares que estaba segura parecían sacados de cuentos de hadas. Y aunque esa hermosa tradición terminó a los 21 años, siempre tratábamos de celebrarlo antes o despues de la fecha, así no lo dejábamos pasar y seguía como un hermoso recuerdo.
Sabía que ese cumpleaños sería especial y realmente inolvidable, podría pasar el día entero con los hombres que mi corazón amaba pero que extrañamente, no me había atrevido a decirles dos simples palabras que significaban todo. Pero quería hacerlo, quería poder decirles lo que sentía sin el miedo de hacerlo y quería gritar al mundo lo que sentía por esos dos hombres, no me importaba que me vieran como un bicho raro, lo haría.
