Capítulo 77.

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"La línea es tan delgada entre justicia y venganza, que hay héroes y villanos en ambos lados"~Luis Gabriel Carrillo Navas

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"La línea es tan delgada entre justicia y venganza, que hay héroes y villanos en ambos lados"~Luis Gabriel Carrillo Navas

La fuerza del ejército.

19 de julio. 09 hrs.


A veces la vida nos pone barreras, que por más gimnastas que seamos, nos toma por sorpresa y nos estrellamos de lleno con una gran valla, todos nuestros planes son frustrados y aquellas ilusiones que teníamos para nuestro futuro se ven colapsadas de la manera más cruel y triste posible, no somos capaces de tomar las riendas de ese caballo desbocado, así que tomamos la dirección que nos lleva y en el proceso perdemos a quienes más amamos.

Cuando era un niño, mi madre me abandonó en búsqueda de uno de sus tantos novios, me dejó solo con mi abuela en una hermosa casa de Londres Inglaterra y aunque la había odiado al punto de no querer volver a saber de ella, le había agradecido por haberme abandonado en ese lugar, pues ahí había conocido a mi mejor amigo, el chico que había estado en mi primer borrachera y que estaba en el momento que sentía que mi vida se había acabado.

Siempre había odiado a William Shakespeare, odiaba su forma de romantizar un amorío de dos adolescentes que había jodido toda la construcción social de Venecia por el simple hecho de querer estar juntos, no entendían la estupidez que debía de tener en su cerebro como para pensar una historia, en la que dos chicos por su rebeldía terminaban con alianzas de cientos de años. Jamás lo había entendido o siquiera internar entenderlo, pero en el momento que vi que la base donde se suponía estaba Key era cenizas, entendí el sentimiento de Romeo al beber el veneno creyendo que así podría estar por siempre con su amada.

Los finales felices siempre me parecieron completamente absurdos, no era posible que después de un sí, acepto frente al altar, todo mágicamente se resolviera y los problemas que iban acompañado a los protagonistas a lo largo de la historia dejaran de existir tras el beso de medianoche, definitivamente eso no pasaba en la vida real, la vida real es cruel y despiadada, no le importa quitarte a quienes más amas con tal de cumplir su capricho.

Hasta ese momento, nunca había deseado estar más equivocado, deseaba que los cuentos estúpidos con finales felices se cumplieran y en realidad despertáramos como lo habíamos hecho esa mañana. Quería abrir los ojos y encontrar los profundos, y tiernos ojos de nuestra pequeña muñequita, esa muñequita que nos hacía delirar.

Nuestra Key era fuerte, valiente y estábamos seguros de que no se rendiría ante nada. Sin embargo, también conocíamos al hijo de puta de Magnus Schiavone, conocíamos su manera sádica de conseguir las cosas y su maldita sed de venganza, odiábamos el momento en que había puesto los ojos en nuestra Keyli.

A pesar de la insistencia del general, de los ministros o de cualquier otra persona, Conall y yo no habíamos descansado en más de 24 horas, no podíamos perder el tiempo durmiendo cuando nuestra pequeña estaba corriendo tras un reloj de cuenta regresiva, Magnus era el peor monstruo que había pisado la Tierra y estábamos seguros de que no dudaría en hacerle daño a Key. Nuestro plan era simple pero certero, ubicarlos, rescatarla y asesinar al hijo de puta que se había atrevido a alejarla de nuestro lado.

Sólo tú. Mi dulce tentación. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora