Capítulo 34.

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"La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a esa artificio, logramos sobrellevar el pasado

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"La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a esa artificio, logramos sobrellevar el pasado." ~ Gabriel García Márquez

Olvido.

Muchos dicen que cuando olvidas algo es porque tu corazón quiere evitar seguir siendo herido, la mente y el corazón trabajan de formas tan extrañas, que nisiquiera la ciencia, la historia o la filosofía son capaces de explicar.

Muchas veces el corazón encuentra refugio en la perdida de la memoria, haciéndote olvidar una parte de tu pasado, puedes ser un traición, un trauma o un gran dolor, o por lo menos eso era lo que se empeñaba en decir mi terapeuta, sentía que habia un vació en mi vida.

—¡Bienvenida a casa!

Todas las tropas se encontraban formadas frente a mí con una gran sonrisa, oficialmente me habían dado el alta y podía reintegrarme a la base, sentí una gran alegría al ver al ejército por el que había luchado toda mi vida.

—Quisimos comprarle estas hermosa flores, a nuestra hermosa coronel.

Me mordí el labio inferior al ver al apuesto hombre que me había acompañado durante todo mi proceso de recuperación, sus perfectos ojos azules brillaban bajo la luz del sol y no podía sentirme más afortunada. En sus manos tenía un enorme ramo de peonias y el papel que las adornaba tenía el logo de la IISMF por todas partes.

—Es hermoso—murmuré con una pequeña sonrisa. —Gracias por esto.

—Solo fue algo que planeo su mejor amiga—aseguró Mar abrazándome.

—Gracias, pero todos vuelvan a sus puestos, tenemos mucho trabajo que hacer.

—¡Si, Coronel!

Las tropas rompieron filas, todos corrieron a realizar sus asuntos, algunos a entrenar u otros a ponerse al día con las misiones que teníamos programadas. Le sonreí a Arniel y él me regreso una tierna sonrisa que hacía que mi corazón latiese desbocadamente.

—Bienvenida a bordo, Coronel.

—General—saludé formalmente —. No esperaba verlo en mi bienvenida, me dijeron que estaría ocupado.

—Me hice un espació, de hecho estábamos esperándola para comenzar con nuestra reunión semanal, solo falta usted y los capitanes.

—O sea, ¿Todos? — pregunté soltando una pequeña risa.

—¿Por qué me dejan lo más difícil? — gruñó apuntando con un dedo a mis amigos—. El coronel Harrison ya se encuentra en la reunión, bueno eso si egocéntrico trasero se despego de las sábanas—aseguró.

—Oh, lo recuerdo, mis padres me hablaron de él en mi estancia en corea... Siento un Deja vú.

—Es normal—aseguró Jerry acercándose a mí —. Vamos, Coronel.

Sólo tú. Mi dulce tentación. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora