"Descubrieron algo inesperado pero infinitamente deseable. No estaban seguros el uno del otro, pero querían estarlo". ~ Cassandra Clare.
Lo que no sabes.
Cuando la vida nos da una segunda oportunidad de vivir debemos aprovecharla a lo grande, pues a pesar de lo caprichosa que puede llegar a ser, nos ha dado la vitalidad para ver un nuevo amanecer y permanecer al lado de las personas que amamos.
El fresco aire de los primeros meses de año golpeaba mi rostro con delicadeza, moviendo los pequeños cabellos rebeldes que habían salido de mi moño alto y sentía mis mejillas ruborizadas por el frio que tocaba mis mejillas.
Mi corazón se sentía feliz de poder volver a pisar el suelo de la Gran Ciudad, después de creer que moriría sin volver a mi hogar, estar ahí debía ser considerado una bendición del todopoderoso.
Suspiré tratando de mantener el equilibrio sobre el suelo según lo que me habia indicado mi entrenador personal. Mis caderas dolían por el mínimo esfuerzo que realizaba, después de estar dos meses en una sola posición era un martirio tener que ponerme de pie sin ayuda de nadie.
—Sólo un par de minutos más.
Asentí tratando de concentrar mi mente en mantenerme fija en ese lugar y olvidar por un momento el dolor en cada una de mis extremidades. Era doloroso tener que colocarme en un pie para sostener todo mi peso, pero era necesario para fortalecer mis articulaciones y en algún momento lograr volver a mis actividades cotidianas.
El entrenador sonrió al ver que rompía mi propio récord y con un pequeño grito de alegría me indico volver a colocarme en mis dos pies.
Lo hice con lentitud, cerrando mis ojos para calmar el punzante dolor sobre mis caderas y el pequeño calambre sobre mi espalda. El entrenador me ayudo a mantener el equilibrio y sonrió satisfecho al darse cuenta de que mi avance habia mejorado notablemente en mi primera semana de rehabilitación.
—Si sigue de esta manera, podrá reintegrarse a su puesto dentro de una semana. ¿Eso no es maravilloso?
—Es perfecto—murmuré aguantando las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos. —¿De verdad podré volver?
—Si, me sorprende su recuperación, la herida que sufrió a muchos les habría arrebatado la carrera, pero por lo que veo usted es más fuerte que el acero.
—Claro que es más fuerte que el acero—aseguró mi padre acercándose a nosotros con una pequeña sonrisa. —¿Cómo va con su entrenamiento?
—Lleva un progreso excepcional, si continua de esa forma la daré de alta la siguiente semana, claro después de la evaluación del General Rossi.
—Perfecto—aseguró mi padre con una pequeña sonrisa —¿Emocionada?
—¡Si! Estuve dos meses en cama y ya necesito volver a ser yo—murmuré con una pequeña sonrisa.
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Sólo tú. Mi dulce tentación. ©
ActionNo tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león. - Alejandro Magno. . . . Keylani Kim, la perfecta combinación entre tenacidad y sacrificio, la coronel más respetada de toda l...