"Ella no te necesita. Tiene tu recuerdo, que vale más que tú."~ Alejandro Casona.
La luce del mio inferno.
La vida a veces nos pone a la persona correcta en el momento indicado, a esa persona que sabemos desde el primer momento que es nuestra luz y salvación, esa persona que con simples palabras nos saca de los pozos más profundos de nuestra mente.
Esa persona que por más rota que este por dentro, está dispuesta a compartir sus heridas y permitir que le ayuden a sanarlas. Una persona fuerte y llena de valentía que no puede describirse de otra manera.
Suspiré viendo esa hermosa mujer que se encontraba con la piel pálida como la nieve y sus hermosos ojitos cerrados totalmente, tenía miedo de perder su luz cuando apenas habia comenzado a iluminar mi vida con esa perfecta sonrisa y esos ojos verdes como las esmeraldas.
—Los pronósticos son buenos, quizás despierte hoy mismo—aseguró el hombre de barba—. Key nos ha demostrado que es la mujer más fuerte del ejército, nunca habia sido testigo de alguien que sobreviviera a la misma situación.
—Mi Keyli es muy fuerte—afirmó la ministra acariciando la mejilla de su hija —. Si no despierta hoy, nos gustaría ver la manera de que la trasladen a la gran ciudad, Hunter inauguró el hospital militar hace un par de días y nos hemos encargado de abastecerlo con lo mejor,
—Sólo ustedes son capaces de abrir un hospital militar en menos de dos meses—se burló el hombre revisando los signos vitales de Key.
—Nuestra pequeña merece lo mejor de lo mejor—aseguró la ministra con una tierna sonrisa —. No queremos que siga estando lejos de casa, sabes el miedo que ella siente...
—Lo sé—aseguró —. Tengamos la fe de que hoy despertara, en caso de que no lo haga te prometo que moveré todos mis contactos para trasladarla a la gran ciudad ¿De acuerdo?
—Gracias, Char...—aseguró la ministra.
—Eres mi hermana y ella es mi sobrina, haría todo por protegerlas—aseguró con una sonrisa. — ¿Por qué no van a comer algo, muchachos? se la han pasado sentados como robots durante toda la mañana, hasta miedo me dan.
—Estan esperando que vengan Gian y Hunt, no quieren comer solos—aseguró la ministra soltando una risa.
—No quiero enfrentar a sus hijos, con todo respeto, señora ministra—aseguró Archie soltando una carcajada —. La última vez que se nos ocurrió comer sin ellos fue un infierno.
—Mis hijos pueden llegar a ser muy...especiales—murmuró risueña —. Capitán Smirnov, ¿Podría ir a la cafetería por un café?
—Por supuesto, ministra.
Archie se puso de pie como un rayo, el hombre de barba sonrió despidiéndose con la mano de su hermana y con un pequeño asentimiento de cabeza conmigo. Correspondí tratando de espabilar mi mente sin sentirme sofocado con los pensamientos que me atacaban regularmente.
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Sólo tú. Mi dulce tentación. ©
ActionNo tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león. - Alejandro Magno. . . . Keylani Kim, la perfecta combinación entre tenacidad y sacrificio, la coronel más respetada de toda l...