Capítulo 86.

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"Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral

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"Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral." ~ Dan Brown.

Los perdí.

30 de Julio.

La vida a veces nos convierte en monstruos, nos vuelve maquinas sin sentimientos que solo tienen una única meta: Venganza, ese sentimiento es incluso más poderoso que todo en el mundo, incluso más fuerte que el maldito amor y cuando pierdes lo único que amas y es tu pilar en la vida, todo se va a la mierda.

Mi padre siempre me dijo que algunos piensan que el amor es la fuerza más poderosa del mundo, otros aseguran que la venganza es lo más enérgico que puede existir, sin embargo, por experiencia propia, él había comprobado que una venganza por amor es lo que puede culminar con el mundo, una venganza por amor es la fuerza que contiene el poder de dos grandes sentimientos que poseen la capacidad de opacar la luz de la vida humana.

Siempre crecí con la idea de mi padre, que como en los cuentos de hadas, en la vida solo existían dos bandos, los héroes y los villanos, pero al sufrir la muerte de quienes más amaba en el mundo, creé un tercero, el villano que se disfraza de héroe, ese que se crea tras la perdida de la única persona que llego a amar, ese que se vuelve una bestia y que estaría dispuesto a sacrificar todo el mundo por su amor. Algunos lo llamaran egoísta, otros valiente pero sinceramente, creo que ninguna es asertiva.

—Señorita... no tengo palabras... anoche...

—Estoy bien—corté a Lara.

Di una calada al cigarrillo en mi mano, jamás en mi vida me habia atrevido a fumar un solo cigarrillo, pero después de recordar que a veces el cerebro es capaz de superar una adicción con otra, el cigarrillo me sonó lo menos nocivo para mi salud, ya no queria morir, queria vivir tanto tiempo me fuera posible para matar con mis propias manos al bastardo que se habia atrevido a dañar a mi familia, según lo que tenía entendido, ellos se habían quedado un par de horas dentro del hospital y el bastardo de Alexei lo habia volado en mil pedazos.

—¿Qué color desea para sus uñas? —murmuró la mujer que se encargaba de arreglarme para mi supuesta boda.

—Rojo.

<<Así no se notará la sangre cuando le arranque los ojos a los guardias>>

—¿Las quiere pequeñas o...?

—¿Cuáles son las más largas?

—Las del número ocho.

—De ese tamaño y en forma de almendra—murmuré —. Quiero dejar marcas en la espalda de mi esposo cuando me follé esta noche—dije con descaro.

<<Y para cortarle las bolas de paso>>

—Claro—susurró la chica con las mejillas ruborizadas.

Sólo tú. Mi dulce tentación. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora