Capítulo 67.

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Lugar seguro

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Lugar seguro.

"Aquellos con mayor conciencia tienen las mayores pesadillas".~ Mahatma Gandhi.

La vida muchas veces nos pone trabas para que logremos darnos cuenta de lo que tenemos delante, nos hace girar por un par de segundos a nuestro pasado y darnos cuenta de lo fuertes que hemos sido al superar cada reto que el mismo destino se ha encargado de poner frente a nuestros ojos.

Lo que me habia dicho Jin Hee no me habia afectado en el momento, quizás debido a la adrenalina de querer salir con vida de ese lugar, sin embargo, en el momento que me sentí a salvo al caer a la nieve, sus palabras tuvieron un fuerte impacto en mí, de repente sentí que todo lo que había construido se había derrumbado dramáticamente y las barreras se habían quebrado para dar paso a la inseguridad que Stefan me provocaba.

Dejé de ser la coronel Kim, esa mujer con medallas honorificas, lazos que me brindaban orgullo y títulos académicos-militares. La mujer valiente que estaba dispuesta a saltar de un avión o de asesinar a criminales, pareció irse de vacaciones a la Patagonia y dejó en su lugar a una pequeña niña temblorosa.

Volví a ser esa pequeña niña que se sumergía en su propio dolor, esa niña desnutrida que había visto como violaban a las chicas que acompañaban su tortura; mi valor se esfumo y me sentí una nulidad, no importaba si tenía todo un ejército para protegerme, Stefan me encontraría.

No era consciente del poder que tenía Stefan, siempre lo había subestimado creyendo que era un fanático más como todos los que había enfrentado en mi vida, pero sabía que eso no era así y aunque me negaba a aceptarlo, debía encontrar la forma de acabar con él antes de que él lo hiciera conmigo y toda mi familia.

Pero no solo me preocupaba él, que Jin Hee supiera mi secreto solo significaba que más y más asesinos estaban detrás de mí, tarde o temprano, alguno me encontraría y lograría el objetivo que tenían en común. Quizás estaba sobre pensando las posibilidades, pero que el secreto que me había encargado de ocultar estuviera a la luz, solo significaba que los problemas apenas comenzaban.

No quería ser una niña llorona, alguien que se derrumbaba por todo, sin embargo era claro que las cosas me habían sobrepasado y por más que hubiese deseado controlar el ataque de pánico, estar en una situación con tanto estrés me había roto.

Pero agradecía algo, Arniel y Conall no me habían dejado caer en ese profundo pozo en el que mis inseguridades y pensamientos dominaban, me había sostenido como los dos caballeros que me habían prometido ser y eso de cierta forma me llenaba de tranquilidad. Saber que sin importar los retos que podía ponerme el destino, ellos estarían a mi lado para salvarme y tomar mi mano con fuerza para guiarme en el camino lleno de baches.

Aunque al principio había entrado en pánico al ver a Ramier ser testigo del amor que ellos me brindaban, él nos había dado nuestro espacio y ambos hombres se encargaron de explicarme que él piloto sabía sobre nuestra relación.

Sólo tú. Mi dulce tentación. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora