"El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente."~ Alonso de Ercilla.
Valentía.
La vida siempre lleva un curso, y por más situaciones fáticas que ocurran esta no se detiene ni un solo segundo, el tiempo sigue transcurriendo por más dolor que se sienta, mi madre siempre me lo había dicho.
No podía dejar de pensar en el maldito de Stefan, habia pasado una semana desde su aparición y habíamos comenzado con una investigación clandestina, pero por más esfuerzos que hiciéramos era como la primera vez, ese hombre era un fantasma, había desaparecido de la faz de la tierra solo dejándome con el terror de que regresaría y volvería a causarme el mismo temor del que habia huido.
Conall, se encargaba de cuidarme todas las noches, estaba siendo realmente un gran apoyo para mí, a pesar de no tener idea de lo que me ocurría, no hacia preguntas, simplemente se quedaba a mi lado tratando de que las pesadillas que habían regresado no me atormentaran al punto de paralizarme.
No era débil, no me dejaba rendir por cualquier cosa, pero ver a mi violador habia causado que cada barrera que habia construido durante seis malditos años se derrumbara en un segundo, me sentía tan vulnerable, al grado de que nisiquiera queria salir de la base. Él era un psicópata, seguramente me estaría esperando en mi hogar o en el hogar de Conall.
Mi miedo aumentaba, sabiendo que él conocía mi punto más débil, Stefan no era ningún tonto y sabia que si dañaba a las personas que yo amaba saldría corriendo para protegerlas, queria seguir ocultando lo que ocurría, pero sabía que tarde o temprano las mentiras se caerían dejando al descubierto la verdad ante mis padres y eso solo provocaría mayores problemas.
—¿Crees que deba decirlo a mis padres? — interrogué abrazándome a su fuerte pecho.
—¿Qué cosa? — interrogó levantando la mirada de la tableta.
—Lo que ocurre.
—Si me lo preguntas como amiga, te diría que es lo mejor, ellos pueden protegerte mejor que cualquiera de nosotros, incluso ser exiliada seria tu mejor opción, cambiarias completamente de quien eres y él jamás podría encontrarte. Pero si me lo preguntas, como tu compañero y Amante...—guardó silencio, me ayudo a reincorporarme en la cama para que lo mirara a los ojos.
—¿Si lo dices como mi compañero y amante...?
—Te diría que no...No por el hecho de que soy lo suficientemente egoísta como para no quererte lejos porque eres mi adicción... sino porque eres una mujer fuerte que le pateo el trasero a hombres con el doble de su peso y más altos que yo. Estoy seguro, de que esta persona que te hizo caer tan profundo no es rival para la chica que yo conozco, no es rival para la mujer que tuvo el coraje de operar a un hombre sin certificado médico ni para la coronel que arriesgo su vida por salvar a inocentes.
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Sólo tú. Mi dulce tentación. ©
AcciónNo tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león. - Alejandro Magno. . . . Keylani Kim, la perfecta combinación entre tenacidad y sacrificio, la coronel más respetada de toda l...