26- Dolía (KTH)

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Tercer capítulo del día 👀

Estos días sin ella y peor aún encerrado en estas 4 paredes lograrán enloquecerme.

No pude irme, a pesar de tener el tiempo y la necesidad, no pude hacerlo. Sentía que si dejaba este hotel perdería la última conexión que tenía con ella.

Olvidaría los momentos que vivimos en este cuarto, las risas, los abrazos, besos, los toques.

Había salido únicamente para comprar un nuevo teléfono, recuperé todos mis contactos y cuando me disponía a borrar el suyo no pude hacerlo.

Demasiadas cosas no he podido hacer últimamente, como discúlparme con ella por lo frías de mis palabras, o rogar de rodillas para que me deje al menos abrazarla.

¿Orgullo?

Mi orgullo murió el día en que desperté buscándola en mi cama, el día en que la llamé por su nombre pensando que estaba en el baño y no siendo esto más que un reflejo por todas las noches que pasamos juntos en esta misma cama, en este mismo cuarto.

La había perdonado sin siquiera escuchar sus explicaciones y ahora no la buscaba por sentirme humillado por la forma en la que la traté, yo también le había mentido, me repetía una y otra vez.

La justificaba

Era de noche, parecían ser más de las 10 pero eran apenas las 7, me levanté de la cama y decidí comer en algún lugar fuera.

Mientras bajaba en el ascensor recordé las veces que salimos, o cuando solo compartíamos en mi cuarto, cuando al fin me invitó al suyo.

Me acerqué a mi vehículo y encendí el motor, apenas comenzaba a dar marcha atrás cuando fui impactado.

¡Genial!, ahora debía resolver otro problema.

Cuando mi boca fue abierta para exigirle una explicación a quien sea que me había golpeado la vi a ella.

Tenía unas ojeras enormes, estaba algo más delgada e iba tapada hasta las orejas, temblaba, parecía verdaderamente nerviosa.

Cuando me vio una lágrima se deslizó por su mejilla. -¡Lo siento mucho!, yo lo pagaré pero justo ahora debo irme.

Esta giró sobre sus talones, temblaba.

-¡Kim!- la llamé, no parecía apta para conducir, no lo estaba -¡Kim maldición! ¿Que mierda pasa contigo? No puedes conducir así.

Me había colado y había quitado la llave del contacto para apagar el motor de su camioneta. Continuaba llorando, -¿Que pasa?- negó -¿Pasó algo con tu hermana?- volvió a negar -¿Tu papá empeoró?- esta vez la respuesta fue afirmativa. -Yo te llevaré.- no esperé a que respondiera, abrí su puerta y la guíe hasta mi vehículo.

La ayude a subir y luego hice lo mismo.

Esta me había hablado sobre su papá, tenía cancer terminal y la enfermedad y algunos genes propensos habían adelantado su deterioro en demencia.

Debía estar en el hospital pero aún así no era fácil para ella y su hermana. Siempre que hablaba de él lloraba así que no siempre era tema de conversación, debía ser muy duro. Su madre murió cuando ella era muy pequeña, según me dijo era militar también.

Murió de parto luego de una encomienda y su padre odia la milicia. La odia con su vida y sumándole eso a su estado mental y físico el desgaste en la joven a mi lado tiene mucho sentido.

Por un momento pensé que si podría extrañarme, pero veo que no es así. Solo son sus problemas familiares.

-Gracias- dijo por lo bajo cuando aparqué el vehículo.

-Quédate el tiempo necesario, te esperaré- negó

-Puedo ir en taxi

-No así cómo estás- le regalé una sonrisa. -Aquí estaré cuando salgas.

Recibí una llamada a los pocos minutos de estar aquí, era mi hermano.

-Si- no hablábamos desde lo pasado y ahora nuestra relación era aún más extraña, hacía una semana desde todo esto.

Una semana donde supongo él la enfrentó, yo muy por el contrario la alejé.

-Quiero que hablemos

-Habla

-Qué nos veamos más bien

-Ahora no puedo, estoy algo ocupado si soy sincero. El teléfono nos servirá.

-No me haré a un lado- dijo sin más -Lucharé por ella y espero que hagas lo mismo. La decisión será suya.

-¿La enfrentaste es eso?

-No, pero tampoco soy capaz de dejarla, al final la decisión será suya, yo no desistiré y espero que tú tampoco lo hagas.

-¿Porque pedirme que no renuncie a ella cuando debería ser lo contrario?- dije con incredulidad

-Porque no quiero que se me dé nada, a mi por el contrario de ti me gusta ganarme las cosas.

-Ese fue un golpe muy bajo hyung, pero respecto a lo importante, descuida. Me hice a un lado, toda tuya. Puedes dañarla todo lo que quieras, pero cuando te canses de ella espero que entiendas que yo si la amaba.

-No harás que desista diciendo eso, no puedes asumir que quiero jugar con ella, la amo.

-Al final será mi cuñada ¿no?, felicidades. Lamento no estar para la boda, estaré algo ocupado.

-Puedes ser todo lo cobarde que desees.

-Vive con la incertidumbre sobre el saber a cual de los dos amaba en verdad- dije eso último con toda la intención de herirlo.

Dolía

Dolía demasiado

Recosté mi cabeza contra el volante y me mantuve más de media hora en la misma posición, tratando de dispersar mi mente, cosa que no pasó.

Cuando me erguí nuevamente la vi caminando hacia en vehículo.

-¿Como esta?- se veía tan rota que quería dejar mi orgullo y abrazarla justo ahora.

-No le queda mucho- dijo y noté las lágrimas correr por sus mejillas.

Me acerqué a ella como pude y la envolví en un abrazo, uno que me durara toda la vida.

Uno que me recordara a mi primer amor como algo lindo y no con el dolor que siento justo ahora.


Me voy a llorar, al rato regreso

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Solo Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora