Segunda Temporada (SeokJin)

152 40 36
                                    


Abrí los ojos con pesar, sentía que no había descansado como debía a pesar de haberme dormido temprano.

Hoy me correspondía ir al campamento luego de mis días por luto y debía si o si enfrentar todo.

Sofía se había marchado la noche anterior, según se no se arreglaron las cosas con el idiota.

¡Que le mintió dijo!, ¡como si él no le hubiese mentido con su nombre también!

No justifico a mi hermana pero aún así él no la merece, que se joda. Que se jodan todos los Kim.

Estos días hablé con mi hermana sobre los sucesos y sobre el embarazo, al final acabé por decidir que naciera. Aún no era seguro si lo daría en adopción o me lo quedaría pero debía pensarlo con la cabeza fría y no con las hormonas de embarazada.

Me levanté de la cama y lo primero que hice fue dirigirme al baño, luego de orinar coloqué la pasta sobre el cepillo y la primera arcada llegó.

¿Que si es incómodo vomitar a primera hora de la mañana?

Bastante, no tiene más en el estómago que jugos gástricos y su sabor no es nada agradable, y resulta ser que el sabor u olor a menta me hace vomitar.

Vaya sorpresa que es el sabor de la pasta dental.

Me prepare mientras pensaba en lo que sería al fin enfrentarlo, tenía casi una semana evitándolo cuando venía a verme, solo salía mi hermana y le daba razón y se marchaba.

Al menos respetaba mi espacio, bueno.. fingía respetarlo porque en más de una ocasión noté un vehículo militar estacionado al final de la calle.

También se le avisaba si salíamos del hotel, lo noté. Me tenía vigilada como a los delincuentes.

Maldito imbecil controlador.

Sexy imbecil controlador que no le gusta usar condón.

Luego de vestirme me dirigí al campamento, había ido al médico y me había sacado nuevos exámenes, también una ecografía.

Llevaba todos esos documentos mientras me dirigía a la oficina de mi superior.

Bien, esto será difícil.

-Puede pasar- me indicó su secretaria.

Toqué antes de girar el pomo de la puerta encontrando al comisionado con el comandante Park en su oficina.

Era tarde para girarme e irme así que me armé de valor, de todos modos se enteraría.

Saludé cómo era debido y noté al intruso ponerse de pie, pensé que se marcharía pero contrario a eso solo me cedía su silla, tomé asiento aún con la garganta cerrada al no saber cómo comenzar.

-Viene por lo de su baja- dijo quien ahora estaba recargado sobre mi silla.

Maldito confianzudo, ¡ahora habla por mi!

Le tendí los documentos y este lo recibió.

-Tendrá una baja de un año, ya avisé a su pelotón y cuando sea tiempo y si desea tiene su lugar como instructora aquí- dijo este

-Señor yo..- no sabía que decir, a decir verdad esperaba que me echaran como a un perro.

-No te preocupes, pasa mucho si te soy sincero. La milicia no se permitirá perder a un buen elemento, la veo en un año, espero.- estrechó mi mano. -Kim, iré a verte en un mes- el otro hizo lo mismo, parecían compartir chiste.

-Te espero, Gracias por todo- se despidió y me guió fuera de la oficina, bien. Debíamos hablar. -¿Desayunaste?- negué.

Mis náuseas matutinas no me permitían probar bocado tan temprano. -Vamos para que recojas lo que tengas aquí.

Solo asentí, quería insultarlo por todo esto. Pero entendía que no solo era su culpa, tampoco mía, más bien del estupido implante que no hizo su trabajo.

Recuerdo cuando fui a retirarlo, ahí estaba el maldito y yo con 5 semanas de embarazo en ese entonces.

Tomé lo poco que tenía en mi locker y lo llevé a mi camioneta, solo eran unos cuantos libros y una muda de ropa.

-Iremos al restaurante al lado de tu hotel- dijo este llegando a mi lado -Te sigo- realizó un gesto con la mano para hacerme caminar y no esperé más, me subí a mi camioneta y emprendí camino.

Me extrañó el hecho de que no tuviera puesto su uniforme cuando estaba en servicio pero no le di muchas vueltas.

Luego recordé lo que dijo mi superior, si le avisaba que iría a verlo es porque es porque se irá de aquí.

No debería sentirme mal, al contrario. Eso me daría libertad de decidir lo mejor para mí y para el bebé que crece en mi vientre.

Es decir, no esperé que me propusiera casarnos aquel día, cuando me negué se molestó y actuó como él troglodita que es diciéndome y cito "Ningún hombre criará a mi hijo"

Es un bruto

Acabé sacándolo del cuarto de hotel apenas noté que me lanzaría sobre él para golpearlo en cualquier momento, luego se adentró mi hermana y fue todo un cuento.

Sofía es una llorona, siempre lo fue. Desde pequeña era la que más apego emocional desarrollaba hacia los demás, si alguien no le prestaba la atención que pedía hacía berrinche y al final todos acababan cediendo.

Ya luego de adulta sus relaciones no llegaban a mucho por sólo relacionarse con idiotas que no la toman como si prioridad, y cualquier diría que es una consentida. Y en efecto lo es, pero ella merece ser lo primero en la vida de quien ama y no debería conformarse con menos.

Al final acabó enamorada de un imbecil, de uno que acabó marchándose a pesar de descubrirse todo el embrollo.

Enflaqueció, lloró y a pesar de todo se mostró dispuesta a ayudarme con Cosa.

Dijo que si decidía quedármelo lo haríamos entre ambas, que lo tomaría como su responsabilidad también.

Cosa irónica cuando al día siguiente dijo que se iría por un tiempo porque no soportaba no verlo.

Solo dijo que necesitaba tiempo para recuperarse pero nos manteníamos en contacto mediante llamadas.







.

Solo Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora