Capítulo 3

116 36 30
                                    


Llegamos a un lujoso edificio, habían ido por nosotros y cuando nos trajeron y subieron nuestras maletas me sentí bastante incómoda.

Ahora me siento aún más fuera de lugar, es decir. Fui criada en clase media, teníamos lo necesario, no nos hacía falta nada, mi padre logró sacarnos adelante a mi y a mi hermana.

Y a pesar de que a mi no me tuvo que pagar carrera por dedicarme a esto si lo hizo con mi hermana cuando dijo que quería estudiar periodismo.

Ahora estaba en uno de esos departamentos de los que solo veías en fotos por lo caros que son, ascensor privado y portero elegante.

Amplitud exagerada y delicadeza en la decoración y organización. -Mandé a limpiar antes de nuestra llegada. Pasa- lo seguí no muy convencida. -Vendrá una señora 3 veces por semana, cocinará y solo debemos calentar, limpiará y hará las compras.

-¿Y yo?

-Tu..- dejó las maletas en el pasillo y volvió a donde estaba para hacerme sentar en uno de los sillones. -Vomitaras, comerás, iras al médico, veras televisión, atenderás mis llamados, harás un bebé. Ese tipo de cosas- bufé -¿Que?

-¿Como que "que"?, no puedo estar sin hacer nada, todos los días viendo paredes me volveré loca.- lleve mi vista hasta el -¿Consígame algo en alguna base cerca de aquí?

-¿Estas loca?

-No, pero si acabaré loca si me encierra aquí- suspiró

-Hagamos un trato- asentí, le encantan los tratos. -Conseguiré algo para ti dos días a la semana, nada físico- bufé -Pero te mantendrás ocupada, ¿bien?

-Bien

-Harás algo a cambio- alcé una ceja -Cenaremos fuera en esos días y pasearemos un rato.

-¿Citas? ¿Me pide citas? Ya le..- me hizo callar.

-No son citas. Es por el bebé, el bebé necesita comer, pasear y esas cosas- idiota, se cree que nací ayer.

-Espero que el trabajo que consiga para mí sea bueno.

-Lo será

-Bien, pero nada de controlar lo que como- bufó -Lo conozco y ni crea que lo perdonaré solo porque quiera portarse romántico, odio el romanticismo- no lo odio pero es mejor que eso crea.

-¡¿Y que hice?!

-¿Le parece poco pelearse con su hermano y hacerle de idiota haciéndome una escena? Además del hecho de seguir conmigo aún sabiendo o más bien creyéndome con el

-En mi defensa mi hermano es un idiota, yo me fije en la Kim original y el en la copia.

-Ya que son tan compartidos debieron compartir notas, no se. Tipo: no acostarnos con la misma mujer

-Tenemos gustos similares- lo ví reír, se rió el idiota.

-Quiero dormir- se puso de pie y me guió a lo que supongo mi cuarto.

-¿Te gusta? Este será el cuarto del bebé.

-Debe decir "Posiblemente"- corregí, era amplio y lindo. Caro como todo aquí.

-No, estoy seguro de ello.- se acercó a mi -¿Crees que ese "enojo" tuyo durará mucho?- negó mientras me aprisionaba haciéndome pegar totalmente contra la pared. -Volveremos a estar juntos y nos casaremos. Antes o después de que nazca nuestro hijo pero lo haremos- dijo por último antes de unir nuestros labios.

Un beso duro y necesitado, hacían semanas no lo sentía, minutos antes de enterarnos de este embrollo, y ahora sentir sus manos tocar mi trasero como si fuese de su propiedad mientras su lengua se encargaba de unirnos fuí consiente de todo lo que lo extrañé.

Se separó de mis labios dejándome con ganas de más, con ganas de desnudarlo y envolver mis piernas en su cadera hasta caer desmayada.

-Te despertaré para la cena- dejó un corto beso sobre mis labios antes de alejarse. Y cuando se fue fui consiente de lo que había hecho.

Un beso

Con solo un beso me había amanzado como un amo a una gatita, maldito imbecil que besa como los mismos dioses y que coge aún mejor.

Maldito idiota calienta bragas que me dejó abochornada por solo un beso.

Me recosté en la cama como pude y por el cansancio del día caí rendida. Desperté luego de lo que creo fueron unas horas, me sentía más descansada así que me dirigí al baño, me despojé de mi ropa y me metí bajo la ducha.

El agua era cálida y rica.

Imbecil con ducha deliciosa.

-La cena está lista

-¡Pero que..

-Dejaste la puerta abierta

-La del baño, no de la habitación. Salga de aquí

-Como si no hubiese visto todo eso ya- dijo mientras se alejaba.

Sequé mi cuerpo y me coloqué un pijama de dos piezas para luego ir a la cocina, moría de hambre.

-Gracias- asintió -Yo no cocino- aclare por si esperaba encontrar la cena servida cuando llegara. Lo vi reír.

-Suerte para ti. Yo cocino delicioso- presumido -De hecho todo lo hago delicioso- tomó asiento entre risas, satisfecho con su chiste.

-¿Hay algo que necesites? Iré al supermercado más tarde.- no respondí -¿Dulces, almohadas, tampon?- reí y casi me ahogo con la pasta.

-¿Tampones? Enserio

Solo lo vi reír, que atractivo se ve con esa ropa. Llevaba una camiseta negra y un pantalón del mismo color, pies descalzos y cabello revuelto. Absorbía la pasta y se relamía gustoso.

-¿No te gustó?- señaló mi plato cual apenas había probado.

-Está bueno- solo me había embelesado con lo bueno que está quien lo preparó.

-Debes decirme cuales alimentos no toleras, por tus náuseas.

-Hasta ahora solo la menta, todo lo que sepa o huela a menta.

-¿Pasta dental?- dijo riendo.

-¿Crees que es gracioso?

-Cambia esa cara, mi hijo parecerá una pasa cuando nazca.- se acostumbra rápido el idiota.




.

Solo Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora