5- Pervertido (KTH)

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Me adentré a mi hotel luego de despedirme de mis compañeros, extrañamente la pasé bien luego de haber regresado con estos.

La noche estaba cálida a pesar de todo y no me sentía cómodo aún en ir a mi cuarto, así que decidí ir a la terraza del último piso.

Apenas abrí la puerta llevé un cigarrillo a mis labios y lo encendí para aspirar el humo.

-¿Me estás siguiendo?¿eres un pervertido?

-Podría decir lo mismo, este es mi hotel- di otra calada y me acerqué unos pasos más hasta tenerla aún más cerca.

-¿Tuyo?

-Aquí me hospedo- aclaré -¿No puedes dormir?- di otra calada y al verla arrugar el ceño lo lancé al suelo y apagué.

-Discutí con mi hermana

-Viven juntas

-Nos quedamos juntas por unos meses- suspiró -¿eres hijo único? Pareces uno

-¿Como es eso?

-Con aires de superioridad y eso- reí

-Tengo dos hermanos, tú radar para detectar hijos únicos se averió- bromeé

-Esa cosa se echó a perder.- la vi reír.

-No pareces militar, es decir. Tu postura es algo irregular.

-Me pasó el día con cara de idiota y erguida como si tuviera un palo metido, en las noches debería ser otra. Tu por el contrario eres el mismo, relaja los hombros hombre, no te vas a morir por eso.

-La costumbre

-Aún así, cuando tomas alcohol te sueltas un poco- la vi reír burlesca.

-Pasan las dos, ¿no tienes servicio mañana?

-¿Eh?

-Trabajo, entras a las 6 ¿no?

-Ahh, si- guardó silencio -No tengo sueño. ¿Quieres jugar monopolio?

-¿Tienes monopolio?

-Si, pero está en mi cuarto y no iré allá. ¿Y otro juego de mesa?¿no tienes?

-Uno

-Vamos

-¿Acabas de auto invitarte a mi cuarto?

-¿Ahora te resistes a mi?¿es porque no llevo el vestido de hacer rato?, lastima planeaba dejarte conocer lo que ocultaba.

-Piso 3- ignoré lo anterior, señalé con la cabeza para que me siguiera y comenzamos a caminar.

Llegamos prácticamente de inmediato, está me seguía desde atrás y cuando adentré mi llave a la puerta la dejé pasar primero.

-Busca las cartas- reí

-No tengo tiempo para fingir que vinimos a jugar, puedes ir quitándote la ropa.- la vi reír, luego mordió su labio.

-Aún no estoy muy convencida, ¿qué tal si te la quitas tu primero?, si me gusta lo que veo me uno a ti a la cama. ¿Que dices?

-Me parece justo.- Me deshice de mi camisa, zapatos y pantalón, dejé solo mis bóxers sobre mi cadera.

-¿Te avergüenzas?- inquirió de manera burlesca. Deslicé la última prenda

-¿Debería?- pregunté con fingida inocencia. -Creo que cabe en esa bocota que tienes.

-Siéntate- dijo y deslizó su prenda superior por sobre su cabeza, luego sus pantalones de pijama. -Siempre deseé uno así de grande, deberíamos jugar Uno toda la noche. Condon

Señalé con la cabeza y esta camino hasta la cómoda, -¿Con uno te basta?- tenia una ceja alzada mientras preguntaba.

-No, pero a ti si- la vi deslizar su ropa interior por sus piernas hasta quedar desnuda frente a mi. Tomó dos, veremos cuanto aguantas. -Usa la boca- demandé, para este punto estaba más que duro.

Tenerla en frente jugando conmigo me tenía al límite, estaba desnuda frente a mi y no hacía más que jugar.

Colocó el condon sobre mi miembro y se inclinó hasta acercar su boca -Uno- dijo apenas antes de abarcarme haciendo que sus labios deslicen y acomoden el condon.

De mis labios salió una exhalación por lo bien que se sentía, su cabello ahora suelto me impedía la tarea de verla engullirme, así que lo retiré de su rostro.

Esos pomposos y rosados labios eran una maravilla, la alejé de mí y la hice erguirse hasta sentarse a horcadas sobre mi.

Su frente estaba pegada a la mía mientras se frotaba contra mi, quería besarla, morder sus labios con morbo, dejarlos rojos y doloridos para que acabe recordándome durante horas.

Nuestras bocas se abrieron en un gemido ahogado al esta comenzar a                  auto-penetrarse.

Bajaba con lentitud y me acogía de maravilla. Tomé sus muslos y la hice caer sentada, el grito de salió de su boca me maravilló, acabé mordiendo su hombro mientras me movía en su interior.

-Sin marcas- salió de ella entre jadeos.

Su piel era tan blanca y limpia que me encantaría marcarla hasta más no poder, morderla, apretarla.

Me puse de pie con ella sobre mí y me dirigí a la pared, acabé recargándola contra esta. -Bésame- demandé y negó

-No beso fumadores

-¿No lo harás?- reí -Mal por los vecinos.

El primer empuje dio lugar en su interior, luego salí de ella de manera rápida y volví a entrar con más rapidez e intensidad.

-¡Ahh mierda mierda!- reí.

-Shh, calla esa boca sucia- sus uñas me arañaban mientras sus piernas trataban de envolverme, no lo lograba. Temblaban, toda ella lo hacía. -¿Dos condones?- golpeé otra vez en su interior con aún más rudeza, -¿Aún crees que lo aguantas?- negó frenéticamente. 

Volví a ella y esta volvió a gritar, apenas podía sostenerse de mis hombros cuando taladraba dentro de ella. La vi morder sus labios y me acerqué a su boca para pasear mi lengua por ella.

Me devolvió el beso al instante, fue automática la manera en la que se apegó más a mi, chupó mis labios y luego los mordió para aliviar el orgasmo que había atravesado su cuerpo mientras me movía en su interior.

Retrocedí mis pasos y la tumbé sobre la cama.

Sostuve su pierna para darme más profundidad y esta la colocó por sobre su cabeza. -Balet- respondió sin siquiera dejarme preguntar.

Me encantan flexibles.

Salí de su interior no aguantándolo más y giré su cuerpo hasta hacerla tumbarse sobre su abdomen, presioné su espalda y esta levantó su trasero, entré en ella nuevamente.

En esa posición me sentí más apretado por ella, más profundo. Algunos embistes fueron suficientes para hacerla estremecer bajo mi cuerpo.

Llevé mi mano a su clitoris y la toqué hasta que la sentí a precionarme nuevamente, entonces me dejé ir con ella.

Llevé mis dedos a mi boca sin poder evitarlo y los chupé, moría por probarla.

-Pervertido






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