Capítulo 23

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-Suéltame

-No lo haré hasta que no te calmes- suspiré con cansancio. Me había pateado y luego había comenzado a llorar. -Bien, ella no se irá, si se mudan nos mudaremos al lado. ¿Si?

-¿Y mi trabajo?

-Conseguiré uno para ti y si no quieres trabajar voy a mantenerte- su llanto se calmó pero aún así me miraba mal. -Quita esa sabana de lo mío y bésame.- estaba sobre ella mientras tomaba sus manos para evitar que me golpeé, sentía sus piernas desnudas a cada lado de las mías y me había encendido. Mi miembro estaba duro.

-Debo ordeñarme antes- negué

Tomé en condon de la mesita y lo coloqué en mi cuerpo con rapidez. Giré ambos cuerpos luego de despojarla de su única prenda. -Montame- negó

-Voy a...

-Eso quiero, no sabes lo mucho que me pones- atraje su boca a la mía y mordí con ganas -Quiero que me llenes.- la ayudé a bajar sobre mi entrepierna y gimió gustosa. -Te ves increíble desde aquí.- tomé sus manos y las hice hacia atrás para que no obstaculizaran mi vista.

Esas hermosas tetas llenas quedaron sobre mí y sentí un calós frío recorrerme. Su cadera comenzó a moverse con ganas sobre mí y la tomé para restregarla aún mejor.

Sentí ese cálido líquido tocarme y abrí mis ojos buscando verlo. Caía con fuerza sobre mi pecho y cuando deseaba alejarse sostuve sus manos nuevamente. Sentí una corriente recorrerme en segundos.

-¿Taehyung?- estaba sofocado -Terminaste- dijo en modo de regaño, es que nunca había terminado tan rápido, nunca, ni siquiera cuando era un crío inexperto, y ni siquiera noté cuando comencé a liberarme dentro del condón. Pero lo había hecho, vaya que si.

-Shhh- salí de ella y luego de despojarme del condón tomé uno en mis manos y lo coloqué bajo las almohadas y volví a cernirme sobre ella. -Fue el mejor orgasmo de mi vida- dije picando sus labios.

Me deslicé por entre las sábanas y luego las alejé de ambos cuerpos, posé mi cara en su intimidad mientras mis manos abrían más y mejor sus piernas. Cuando su orgasmo estuvo en mi boca me dediqué a mirar su rostro sonrojado.

-¿Que haces?- había comenzado besando sus pechos y ahora los mordía.

-Te dije que te ayudaría- succioné y lo sentí a gloria.

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-¿Te duele mucho?- asintió y me miró mal. -En mi defensa yo no pedí el segundo por atrás.

-Eres un idiota- ambos caminábamos a la par llevando el coche de la bebe mientras paseábamos.

Luego de lo sucedido habíamos acabado ambos deseosos de más y creo que se nos fue la mano.

-Entremos ahí, quiero comprar una cadena para Tae- besé su frente. -Si quieres elige algo también. Te compensaré

-Un anillo deberías darme- dijo en modo de broma.

-Hola, ¿en que los ayudo?

-Quiero una cadena de oro para la bebe y un anillo de compromiso y boda para ambos- nos señalé, esta se retiró para comenzar a buscar mientras la mujer a mi lado me miraba con ojos brillosos. -No era así, se supone que sería durante una linda velada- negó

-Es Perfecto así.

-¿De verdad?

-Te amo

-Y yo a ti.

-Elegiré el más caro- asentí, la vi pensar -Nunca me diste un regalo por mi parto., quiero un auto.

-Te di un departamento

-Tu hermano me lo dio

-Con mi dinero

-Aún así no es lo mismo- puse los ojos en blanco, está muy caprichosa.

Y efectivamente había tomado uno de los más caros para el anillo de compromiso, era hermoso y se veía feliz, mucho. Luego de pasear regresamos al departamento y Tae cayó rendida apenas tocó la mullida cuna.

-Amor, ¿me das mis vitaminas?- pedia desde la sala

-Voy- busqué la caja, está estaba organizada con las demás pastillas en la casa y cuando la tomé algo llamó mi atención.

-Amor, ¿cuando se deben reponer las vitaminas?

-Cada día 30 se terminan, ¿porque?- estábamos a 25 y solo habían 4 pastillas.

Eran pequeñas y venían en un empaque plateado enorme, una pastilla por cada empaque y luego todas en una caja grande, luego noté la otra fuera de la caja y en efecto, era la que faltaba.

-Por nada- llevé esa para ella

-Amor, esa no es, esta es una pastilla de emergencia

-¿Um?

-La pastilla que te pedí comprar cuando regresamos- hice memoria -Compraste dos lo más seguro.- me la tendió en espera de la correcta.

No compré dos, compré una y la coloqué en el pastillero en la casa de Japón porque Sofia no estaba en casa en ese momento y cuando llegó la busqué para ella.

Lo recuerdo como si hubiese pasado ayer.

La compré, la guardé y luego fui por agua para dársela, la saqué del empaque y lo deseché, recuerdo haberla visto beberla.

Comparé los empaques, tenían diferencia, no mucha pero la tenían. ¡Mierda!

No compré dos, recuerdo haber pedido una pues esta me había dejado claro que debía usar condón pues esas pastillas le alocaban las hormonas. Solo sería una por haber terminado dentro de ella el día en que regresé.

La vi mejor, sus pechos seguían iguales y creo que no notaré la diferencia, aún amamanta. Su humor.

Esta más llorona, me mira mal de repente, va a matarme.

Debería dejar de salir sin ella, cuando regreso la embarazo. ¿Será que le digo?

Le tendí la pastilla que correspondía. -Voy al frente- salí del departamento y toqué la puerta de mi hermano. Su esposa fue quien abrió.

-En el gimnasio- dijo poniendo una mala cara, que carácter de mierda que tiene.

-¿Vienes a entrenar?- negué

-¿Como van esos planes de boda?

-Dijiste que te diera una semana.

-Vamos a adelantarlo, ya le di el anillo. Contrata una organizadora y que sea en este mes.

-¿Estas loco? Eso no se organiza tan rápido.- negué -El salón, los vestidos, son cosas que...

-No entiendes, la dejé embarazada- dije por lo bajo.

-Si ya nació y tiene 5 meses- negué -¡Otra vez!

-Shhh- lo callé -Va a matarme cuando lo sepa, así que necesito ya estar casado. Resuelve esto.

-¿Y yo porque?

-¡Eres mi Hyung!, debe ser antes de que lo note y ya comenzó con los cambios de humor.

-¿Está llorona?- asentí -Maldito suertudo, yo también quiero otro.

Y yo, solo que el nerviosismo de saber cómo reaccionará me carcome vivo.







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