¿Que mierda hago aquí?Debería irme
Debería puto irme, pero no puedo.
No después de que vi cada una de sus interacciones, de sus coqueteos, de sus miradas, de las miradas lascivas que este le regalaba y que la muy maldita le devolvía.
No luego de hacer doler mi mandíbula por encontrarme apretándola demasiado tiempo.
Así que en este momento cuando se dieron los recesos para el almuerzo el cual sería algo ligero y rápido para continuar los entrenamientos, estaba en uno de los laberintos que recrearon para las prácticas de estos días.
Esta pasaría por ahí para ir por su almuerzo, y como noté a su amiguito salir antes sabía que solo restaba ella.
No tenía muy claro lo que haría, no le preguntaría sobre el, claro que no, eso sería muy estupido porque creería que me afecta, pero si debía hacerle saber que aún me desea, a mi.
Y así es aunque finja que no.
Que se que ese teatrito de coquetear con él es solo con el único propósito de hacerme sentir celos, no lo lograría porque no tenemos nada, pero no es más lista que yo.
Le demostraré que no soy ningún puto medio polvo.
-¡Mierda!- gritó y se llevó una mano al pecho -Me asustó- se quejó por lo bajo recuperando su aliento. -Comisionado- saludó para entonces continuar con su camino.
-¿Amiguito nuevo?- okey, eso no fue nada inteligente.
-Veremos- dijo dándome la espalda. -Debería buscar una, anda prestando atención a lo que no debe.
-¿Que te hice?- logré su atención -¿Porqué mierda te crees con el derecho de hablarme como a un igual cuando soy tu superior?
-Yo no comienzo con las conversaciones extrañas, lo hace usted comisionado.
-¿Extrañas?- suspiró
-Creí que había quedado claro que no espero nada suyo.
-¿Estas dolida por lo de la comandante?- quería humillarla, igual que lo hacía yo conmigo mismo, porque soy consiente de que eso hago cada vez que abro la boca frente a ella.
-¿Que quiere escuchar comisionado?
-La verdad
-Bien- dió dos pasos hacia mi. -"Crea fama y échate a dormir", lo dicen mucho en la tierra de mi madre, ¿sabe que significa?- negué -Que usted comisionado con todo el respeto que merece, es un puto. En todo el sentido de la palabra, un verga fácil para que me entienda mejor, así que cuando lo vi y a sabiendas de su reputación sabía a lo que atenerme si me abría de piernas, y no me molestaba porque no es mi problema. Yo quería diversión y eso obtuve, yo quería tirarme al buenorro comisionado Kim y eso hice, no lo busqué más porque por si no lo sabe a eso se le llama sexo casual, así que no se porque anda buscándome conversación para luego decir que no soy respetuosa, solo me dirijo a usted para cosas meramente de trabajo porque a menos que esté dispuesto a darme otro orgasmo no lo quiero para nada más.
La miré, evalué sus palabras pero lo único que podía ver eran esos regordetes labios moverse deliciosamente, a su lengua asomarse cuando pronunciaba alguna letra, a mis dedos tentados a tocarla.
-Ahora si me disc....- no se como mierda me había acercado tan rápido a ella pero lo cierto era que estaba perfecto justo donde estaba.
Con mi boca sobre la suya, con mi cuerpo enseñoreándose sobre el suyo y aprestándola contra la pared de madera improvisada para hacerla parecer un laberinto.
Mi mano había tomado su nuca para evitar que se zafara, y la otra calzaba su trasero con posesión.
-¿Que hace?- separó su boca de la mía pero mis manos bajaron a su pantalón para desabrochar su cinturón, desde que la vi con ese arnés y ropa totalmente negra no pensé en nada más que en ese majestuoso cuerpo.
-Shh- mordí su oreja y continué con mi acción.
-Sin marcas- adentré mi mano por entre su pantalón y comprobé con mi toque lo que su sonrojado rostro me decía.
Estaba empapada y lista para mi. Separé mi rostro de ella lo suficiente como para verla rogar por más con su mirada.
Mis dedos la tocaban con rapidez mientras la veía morderse el labio para no gemir, no muy lejos de nosotros estaban los demás reclutas y eso no hacía más que hacerme desear que lo notaran.
Que notarán como la tenía con solo dos de mis dedos, nada más.
Con solo dos dedos la tenia roja, húmeda y caliente, palpitante al alrededor de estos, con solo dos dedos la hice venir y me tragué su gemido porque entendí quede era mío, ella me lo había dado, no merecía escucharlo nadie más.
Estoy perdido, porque al verla con las pupilas dilatadas, la frente sudorosa y los labios rojos, su cara llena de placer no hice más que desearla solo para mi.
Saqué mis dedos y los llevé a mi boca, -Quiero comerte- salió de mi boca y me regañé a mi mismo por decidirlo, pero ya era tarde. Pero mi sentir era que debía enterar mi cara ahí o no dormiría tranquilo.
Voces se escucharon en las aproximaciones -Debe irse- No respondió, más bien me ignoró, bien. Esa era mi señal, que se joda.
Salí del laberinto y cuando noté a su amiguito regresar con una sonrisa en el rostro desee golpearlo, estaba enojado y él parecía ser el culpable del mal que me aquejaba. Por eso quería irme, pero no podía.
Peor aún, debía permanecer en mi lugar porque era mi trabajo supervisar sus entrenamientos, verificar que ninguno hiciera algo indebido o que golpearan al compañero con el arma directamente cuando fueran al cuerpo a cuerpo.
Luego de media hora se formó un revuelo que hizo a más de un instructor acercarse, me tensé completo cuando vi a uno de los reclutas cargar a la teniente Kim desmayada.
Mi cuerpo se movió solo hasta que me vi tomándola en mis brazos para ser yo quien la socorriera.
Que rico huele, el caballo de Troya fue entregado, que arda 🔥
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Solo Mía
Hayran KurguUno ha cedido toda su vida, por sus amigos, por su familia, ante sus hermanos, ante los deseos de su padre, pero ya no más. Harto de ceder, harto de no tener a alguien que vele por él como él lo hace por los demás decidió enfrentarse a su hermano po...