Capítulo 15

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-Ya llegue

-¿Ves por que me molesto?- tendí mi mano para que me entregara el pastel, hizo lo mismo con mi hermana.

-¿Sabes como me llaman en la pastelería?- no respondí, aún así se que lo dirá. -El papá del pastelito.

-Espero que no sea coqueteando que te quedas y por eso tardas tanto.

-Ohh ¿en la pastelería que está a las afueras y tengo que cruzar toda la ciudad porque solo quieres este pastel en específico ningún otro? No que va.

-Tu hijo lo quiere.

-Mi hijo no habla.

-Yo soy su portada voz, trae dos tenedores que estoy muy cómoda- y en efecto. Nos habíamos acomodado para quedar ambas sobre el sofá con los pies cerca de la cadera de la otra mientras los masajeábamos, no sabíamos cómo lograríamos levantarnos pero aquí estábamos.

Fue por los tenedores y luego lo vi dirigirse a la habitación para supongo darse un baño.

-Es lo más delicioso que he probado- halagué -Fue un regalo de los vecinos de en frente, se mudaron hace poco pero ya no los veo.- pronuncié con tristeza.

-¿Porque?- mi hermana se llevó un trozo de pastel a la boca luego de preguntar.

-La chica, Mera. Esta enferma, según la señora de la esquina es terminal. Él nunca viene desde que la internaron. Es muy joven.

-Qué triste.

-Lo es, ella es muy linda.- suspiré -Cambio de tema.

-Por lo que veo van bien ustedes dos.- asentí, de hecho mi hermana y yo apenas hablábamos, en los mensajes que nos mandábamos apenas era un corto cómo estás, eso durante meses.

-Tenia una secretaria, la odio. La perra se acostó con él y se cantoneaba como pavo real, hasta soñé cogiéndomelo frente a ella.- eso la hizo reír. -El punto es que la despidió o no se, ya no está con él y no pregunté, no quiero parecer interesada en esa peli teñida. La de ahora es respetuosa y linda. ¿Que pasabas los días haciendo?

-Trabajaba- dijo sin más.

-Aquí solo veo paredes y cuando me sofoco me lleva a su oficina, me sé todos los chismes pero no son tan jugosos si no conoces a las esposas que los coroneles o sargentos engañan con sus secretarias. También me entretengo con él en su oficina. Me dan muchas ganas ¿a ti también?- negó.

-Me da mucho sueño y frío

-Yo no duermo, con tres horas tengo. Me da mucha hambre y calor.

-No suelo comer tanto. ¿Que es lo más raro que has comido?

-Helado, con pizza. Le embarré el helado a la pizza, pero él no estaba. Pegaría el grito al cielo si ve lo que compro cuando no está. Los repartidores se llevan las cajas.

-¿Las compras con su tarjeta?- asentí. -Lo sabe.

-Bueno, que no se queje, me llenó el útero- le resté importancia -¿Y tu, que es lo más raro que comiste?

-Arroz licuado con chocolate amargo- qué asco. -Pero el embarazo ha sido tranquilo, se mueve mucho eso si- eso la hizo reír levemente.

-A este apenas lo siento, se mueve poquito. Si acerco la barriga al donador si se mueve, es un traicionero.

-¿Por que le dices donador?

-No lo se, es raro decirle comisionado cuando vivimos juntos.

-¿Y su nombre?

-Es aún más raro llamarle a tu superior por su nombre de pila.

-¡Y como donador o el que me llenó el útero no es raro!

-Seokjin- asintió -¿Seokjunie?- negué -No lo se. Tengo ganas de salir pero no me quiero cambiar.

-Y yo de dormir

-Me uno a dormir- levantó la mano el tercero en en departamento acercándose a nosotros, iba a responder pero un estruendo se escuchó.

Este se agachó y tomó un arma de debajo del sillón. -Al cuarto, ambas.

-¿Crees que podemos pararnos?- estábamos en una especie de enredo sobre el sofá, lo vi suspirar. Dejó el arma y me tomó en brazos para luego levantarme y dejarme en el suelo, lo mismo con mi hermana quien no parecía creer que hiciera algo así. Señaló la habitación y caminamos ambas al pasillo.

-¿Lo persiguen?

-Solo es dramático, eso no parecía ser más que un objeto caer.

-Pueden estar robando, se escuchó en frente- eso tenía sentido.

-Voy a ver

-No, no me vas a dejar aquí sola. ¿Y si vienen a robar aquí?

-Esa es la única puerta.

-¡Como si no hubiera escaleras contra incendios!

-Salgan- el otro regresó y apenas íbamos en el pasillo, no nos habíamos movido por estar discutiendo entre cuchicheos.

-¿Que era?

-Mudanza- señaló al frente.

-Pero se acaban de mudar hace menos de dos meses.

-Son del equipo de mudanza, la vecina que le gusta hablar sin que le pregunten.- la de la esquina -Dijo que la chica murió. Una pena.- no podía ser -Ohh mierda Kim, no llores- lleve mi mano a mis mejillas. Estaban empapadas, lloraba y ni siquiera lo había notado.

Llevé mi vista a mi hermana, también lo hacía.

-¡Deja de llorar, tu no la conoces!- le grité entre sollozos

-¡Es que no llores tú tampoco!

-Mierda, dejen de llorar ¿si?

Me dieron arcadas y vi a mi hermana cubrir su boca también.

-Baño baño baño- señalé la puerta y salí corriendo al siguiente baño para vomitar yo también, de algo sirvió un departamento de tres baños.

...

-¿Se sienten mejor?- asentí por ambas.

-No quiero más pastel- mi hermana tenía un puchero.

-Fue eso- de verlo me asqueaba. -Bótalo

-¿Como botarlo?, me lo puedo comer yo.

-¿Estas loco? Vas a oler a el- es un idiota, si no le explico las cosas no las comprende. -Hay que ir al funeral.- negó.

-Iré yo, ningunas de las panzonas lloronas va a ir, quizás sólo haya un baño cerca.

-No me mandas Kim

-Te encierro si te pones terca- me dieron ganas de golpearlo.




Si, la del Hoseok, pueden llorar ahora. 😬

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