Capítulo 10

113 39 13
                                    

4/7

Desperté en algún momento, ya estaba algo oscuro por lo que supongo comenzaba a anochecer, moría de hambre.

Busqué mi vestido por algún lado y luego recordé que había quedado en el pasillo, divisé mi ropa interior prácticamente bajo mi cuerpo y luego de colocármela tomé una camiseta, no quería salir desnuda al pasillo, a pesar de lo grande que es no lograba cubrirme siquiera la ropa interior, de no ser que el médico había asegurado que solo sería un bebé creería que son dos, ¿como es posible que se asome tanto mi barriga.

Puede que el hecho de que estoy comiendo de más influye.

Aunque solo es un poco más... bueno. Mucho más.

Me adentré a mí cuarto, necesitaba una ducha y divisé al hombre en mi closet, de no ser por esos anchos hombros desnudos pensaría que es algún ladrón.

-¿Que haces?

-Te mudo a nuestra habitación.

-¿Por?- lo vi girarse.

-Porque llamaré a la decoradora para que comience con lo planes para decorar esta habitación y por último pero aún más importante, tu lugar es a mi lado, cada noche.- besó mis labios, lenta y delicadamente dejándome con ganas de más.

Lo vi tomar asiento sobre la cama colocándome a mí entre sus piernas, quedando así mi barriga frente a su rostro.

-Te ves tierna vestida así- acarició la piel desnuda de mi barriga. -Será un muy lindo bebé

-¿Como puedes estar tan seguro? Puede parecerse a ti- lo sentí carcajearse y abrazarme aún más.

Remover sus manos sobre mi cadera de arriba a abajo, dejaba leves masajes que para él supongo eran algún tipo de cariño, a mi no hacían más que excitarme, hacerme desearlo dentro de mi nuevamente.

Tenía hambre también, recordé el trozo de pastel que había dejado a medio cortar en la cocina, me separé de él y fui directo a la cocina para tomarlo.

Si tardaba un minuto más a su lado podría haber acabado teniendo sexo otra vez y olvidando alimentarme nuevamente, comería algo y me daría un baño.

Recordé ese lindo pero a su vez no muy grande pastel, parecía ser de piña, estaba adornado de pequeños trozos de frutas y tenía un rico revestimiento de mermelada de la misma fruta.

Se me hacía agua la boca con solo imaginarlo en mi boca.

Cuando llegué a la cocina no lo vi donde lo había dejado, revisé en la nevera y nada, despensa, estantes. No parecía estar por algún lado, por mera curiosidad miré en el cesto de la basura y divisé el embalse de este vacío.

Lo tomé entre mis manos sin poder creérmelo, lo vi adentrarse a la cocina. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas en instantes sin poder evitarlo.

-Pensé que no querías- ¡que no quería!

Me vi lanzando el envase contra su rostro, estaba enojada, triste.

Salí de la cocina con rapidez y sin escuchar como me llamaba, preguntaba que me pasaba.

¡El idiota preguntaba que me pasaba!

Me encerré en el cuarto y las lágrimas no paraban de salir, lo escuché decir que lo solucionaría y al cabo de media hora dejé de escuchar sus súplicas.

...

Me había dormido, ahora me sentía absurda por haber llorado tanto por algo tan insignificante como un pastel, pero es que era mío.

Era mío y no me dejó siquiera probarlo.

Escuché como forzaba la puerta porque en efecto había vuelto a tocar y no le abría. No quería verlo siquiera, moría de hambre pero no quería verlo.

Lo vi asomarse por la puerta y entre sus manos un trozo del pastel, un vaso de leche también.

-Compré 3- se sentó a mi lado y tendió el trozo, no quería tomarlo pero se veía muy rico, también mi estómago hizo un extraño sonido.

Cosa es un traidor o traidora

-Lo siento, no lo volveré a hacer- lo tomé entre mis manos y llevé el primer bocado a mi boca, estaba delicioso, jugoso y esponjoso, sin siquiera notarlo ya lo hacía devorado, di un sorbo a la leche. -¿Quieres más?- asentí y le tendí el plato.

Poco después llegó con una porción del mismo tamaño y lo comí con las mismas ganas.

-Fuera de mi cuarto

-Es el cuarto del bebé, vamos al nuestro- negué -Vamos a cenar- propuso -Cámbiate y salgamos a un lindo lugar, la noche está fresca. Podemos pasear después. ¿Quieres?- volví a asentir. -Vamos a darnos un baño.

Lo vi despojarse de su camiseta para luego dejar todo en una mesita, tomó mi mano para guiarme a su cuarto y me ayudó a despojarme de su camiseta cual aún portaba, también de mis bragas y por último de su pantalón.

Nos adentró a ambos a la regadera, el agua caliente ayudó a relajar mi cuerpo pero no ayudaba con el calor que comenzaba a crecer en mi al encontrarse tras de mi restregando mi cuarto con jabón.

Sentí una puntada de placer cuando tocó mis pechos y no pude evitar dejar salir un gemido gustoso por lo bien que se sintió.

Guíe su mano hasta mi intimidad para que me tocara y dejara de jugar con el jabón cual cayó al suelo siendo lanzado por mi.

Sus ágiles dedos comenzaron su labor al instante restregándose con ganas en mi, su mano restante se encargaba de apretar mis pechos sensibles y estallé alrededor de nada con solo eso. Últimamente mi sensibilidad está al límite, llegue a tener orgasmos con solo rozarme mientras estaba sola y ahora teniéndolo a él, al dueño de cada pensamiento sucio que alimentaba mis deseos fue aún mejor.




Ayyy SeokJin, no pegas una 😬

.

Solo Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora