Capítulo 5

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Pov Sofía

Los Jeon se habían ido. Los Kim de en frente fueron a su departamento y yo me enterré con la bebe en mi cuarto.

Comenzó a halar mi blusa por algo de atención. -Eres una glotona Tae- reí enternecida. Era tan bonita.

Bajé el tirante de mi blusa y tomé asiento en la cama para alimentarla. Apenas la acerqué abrió la boca y comenzó con su succión.

Vi la puerta de mi cuarto abrirse de golpe -Necesitamos hablar- dijo sin más. Luego reparó en lo que hacía y se volteó con rapidez -Lo siento, debí haber tocado.

-Debiste, aún así. No es como si no los hubieses visto antes- o tocado, o puesto en tu boca. -¿Que necesitas?- supongo que al fin se dignaría a hablar conmigo.

Cuando nos reencontramos en medio de todo el secuestro y luego en el hospital, el nacimiento, la hospitalización y demás. No lo presioné para acercarse, para que preguntar por ella, o para no lo sé. Decirme algo a parte de ¿cómo estás?

Luego siempre parecía estar enojado. Atado, de incómodo conmigo alrededor.

Lo vi tomar asiento en uno de los sofás, su vista estaba gacha así que decidí cubrir mejor mi pecho. -Ya puedes mirar.

-Gracias- carraspeó -Por ella, por tenerla.

-No hay de que, es mi hija.

-Lo se, pero habíamos terminado y estabas en todo tu derecho de pensar en abortar.

-Nunca pasó por mi cabeza.

-Lo agradezco- guardó silencio -Hace unos días dijiste que mi actitud parecía ser distinta cuando creía que eras Kim y es cierto. Pero no es porque estuviera enamorado de la militar. Nunca lo pareciste y nunca hablábamos de esos temas. Y admito que al inicio si paso por mi cabeza que era bueno eso, es decir. Solo un Igual podría entender mi trabajo y eso.- la niña se removió incómoda así que la tomé para dar leves golpecitos en la espalda. -Pero luego lo que me interesó fue tu personalidad. A lo que quiero llegar es que si estaba enamorado de ti- estaba. -Y ahora tenemos una hija juntos, solo quiero que sepas que estaré para ustedes. Para ella.

-¿Que sentiste cuando la viste por primera vez?- quise saber, la había acomodado del otro lado para que comiera y me miraba con ojos grandes.

-Miedo, de hacer las cosas mal. De dañarla. De no estar para ella, de no ser bien padre.- asentí

-¿De ella? ¿De su existencia?

-Nunca- negó frenéticamente. -Créeme cuando te digo que la amo.

-A veces siento ir la repeles- admití con recelo. -¿Quizás por ser niña?

-Jamás, no lo hago. Adoro las niñas incluso. Solo no se como acercarme a ella, con mi sobrina fue mucho más fácil.

-Es porque no te das el tiempo de hacerla dejar de llorar. Observar lo que quiere, lo que no.

-Explícame, de verdad quiero hacerlo bien.

-No le gusta que la carguen recostada, le gusta vertical. Mirar a su alrededor. Que le acaricien el cabello para dormir. Que la tomen apenas despierta.- esta había terminado y la puse sobre mi hombro para repetir mi acción con sus gases. -Qué caminen con ella si no puede dormir, o si no quiere.

-Gracias

-No hay de que. ¿Quieres saber algo más?

-Umm.. ¿cuando... es decir. Nosotros

-¿Cuando fue engendrada?- asintió-La única vez que recuerdo haber olvidado la pastilla de emergencia luego de no usar condón fue el día en que...- odiaba recordar ese día, fue uno de los más angustiantes y tristes para mi, aún así mi pedacito de cielo vino a mi ese día.

-El día en que rompimos- el día en que me dejaste. Asentí  -Quiero que me enseñes a cuidar de ella. Quiero ayudar, acercarme. Puedo cuidarla por las noches para que descanses.

-Intentaremos ver si dura 5 minutos en tu presencia sin llorar antes.- lo vi reír divertido.

La pequeña comenzaba a dormirse en mis brazos. Dejaba salir ese lindo puchero que me recuerda a su papá cuando duerme, se parecerá a él, de eso no hay duda.

-Respecto a nosotros, podemos volver a ser amigos. Nos llevábamos bien. Y ahora que tenemos una hija debemos apoyarnos el uno al otro.- no se porque creí que sería diferente.

Es decir, creí que al menos pediría que nos diéramos un tiempo para pensar las cosas antes de volver o comenzar la relación de cero, pero ¿amigos?, era claro que ya no me quería.

Y la incertidumbre de que quizás nunca lo hizo verdaderamente llegó a mi.

-Claro- me limité a responder. -¿La acuestas? Me quiero dar un baño- asintió para perderse con la niña hacia su habitación. Encendí el niñero y me metí bajo el agua.

Lavé mi cabello con detenimiento y cuando estuve lista vi el desastre que la ducha había dejado en mi. Mis ojos estaban rojos y culparía al shampoo pero este no era el responsable.

Fueron los 20 minutos de llanto bajo el agua.

Al final nada que lo que creí pasó.

Me apegaba al hecho de que cuando supiera de la bebe pediría volver conmigo, nos daríamos una oportunidad y tendríamos una linda familia,  y pasó diferente, yo no lo tendría a él. Pero al menos TaeMi tendrá a su papá.

Aprecié mi cuerpo frente al espejo, aún tenía el vientre crecido parecía estar embarazada aún, algunas grietas también en la parte baja y costados, mis caderas. Mordí mis labios por ansiedad y cuando los sentí doler los liberé.

Es lógico que no quisiera intentarlo, lo que ve ahora no es siquiera cercano a lo que conoció.




Mi amor, ven que te abrazo 😞



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