Capítulo 3

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-Bienvenidas a casa- dijo SeokJin abriendo la puerta para los tres. En el interior estaba su esposa con el niño en brazos.

Hacia una semana había dado a luz pero la mantuvieron en monitoreo por precaución, pues luego del parto había bajado su presión considerablemente.

Yo iba cada día a verlas en horarios limitados, hablamos en una de esas visitas.

Pregunté si podía quedarme con ellas por unos meses, y había aceptado, la niña parecía repeler mi presencia, con solo verme arrugaba la pequeña carita.

Incluso ahora que estaba en brazos de mi hermano cuando regresé de dejar las cosas en su habitación.

Las gemelas habían ido al cuarto a hablar de no se que, dejándonos con la pequeña y llevándose al glotón de mi hermano. Siempre está comiendo.

-Mi hija me odia- mi hermano se carcajeó

-No es eso. Solo yo soy más hermoso

-Seguro cree que tú eres su papá.

-Solo debes ser paciente. Crear lazos. Jeon me mandó muchos links sobre la paternidad. Te los pasaré- pareció pensarlo -Leí que una buena forma era cargarlo sin camiseta. Piel con piel. Lo hago todo el tiempo con SeokMi. Aunque un poco de sueño no me vendría mal.

-¿Despierta mucho?- asintió

-Es un glotón. Pero cómo culparlo. Su madre era igual en el embarazo.

-TaeMi es  llorona y dormilona.

-Sofía, lloraba hasta si respiraba a su lado. Que sepas que serás mi niñera de por vida. No sabes lo difícil que fue aguantar a esas dos con el embarazo.

-Gracias- asintió

-¿Sabes cambiar un pañal?- negué. Donde creía que había aprendido ¿en la marina? -Debes aprender, debes dormirla también y cuidarla. Así que debes si o si crear lazos con la pequeña Tae.

-Es muy bonita- halagué -¿Cuando regresas al trabajo?

-Tomé licencia de un año- abrí los ojos en demasía. -Kim aún no termina su entrenamiento, prometí estar para ella y eso haré.

-¿Te quedarás en casa cuidado niños?

-¿Porque no? Me gusta la idea. ¿Tu no lo harías?- no respondí -Supongo que mandaras a tu hija a guarderías mientras ustedes trabajan.

-Ella puede quedar...- me cortó con negativa. La bebe se había dormido en sus brazos. Me la tendió solo para que la arrullara. Se acomodo y volvió a dormir con tranquilidad.

-Espero por tu bien que no sugieras algo así. Controlo bastante a mi esposa para que no parta tu cara como para que te escuche haciendo cualquier comentario sexista como ese.

-¡Quien viene a hablar!- dije con burla por lo bajo.

-No soy machista, el hecho de que me sentía libre de explorar mi soltería no quiere decir que piense en la mujeres solo para criar niños. Y si Sofía quiere trabajar dentro de algunos meses o mañana tú debes apoyarla. No creo que deba recordarte que ella llevó a la niña casi un año en su vientre- asentí. -De todos modos tienes los tres meses de tu licencia por enfermedad para pensarlo. ¿Han hablado sobre su relación?

-Terminamos- me limité a responder

-Otra razón para considerar tu trabajo de campo. Supongo que no querrás que algún otro hombre cuide de tu hija. Que lo llame papá.- iba a responder pero el timbre se escuchó. Este se puso de pie y al departamento entró un alto y moreno joven. Tenía porte militar.

Traía dos enormes arreglos florales en sus manos que no me dejaban ver bien su rostro. Dos bolsas para regalo también.

Las gemelas llegaron sin este haber saludado siquiera. Y SeokJin se apresuró a tomar a su hijo.

-¡Song!- dijeron ambas al unísono.

-Hola- carraspeó -¿Puedo señor?- le preguntaba a mi hermano.

-No le preguntes a este. Claro que puedes eres nuestro amigo.

Sofía también se acercó para tomar a la bebe y mostrarla al nuevo presente.

-Es hermosa, tan rosadita como una malteada de fresa.- esta sonrió enternecida.

-Iré a acostarla.

-Yo iré- propuse y antes de que aceptara ya me había puesto de pie llevarla

La dejé sobre su cuna dejando ver un pequeño puchero. Su ceño fruncido.

-No. No fue tu culpa- decía Sofía, estaba sentado al lado de esta mientras lo reconfortaba.

-Debí llamar para confirmar.

-Debiste, pero supongo que tu sanción te enseñó algo- asistió

-¿Lo sancionaste?- dijo su esposa.

-Es obvio, lo merecía y no está en discusión.- el otro bajó la cabeza.

-¿Y él es?

-Quien cuidaba de las chicas cuando no estaba.- dijo mi hermano. -Y según se quien les compraba dulces y malteadas sin mi autorización.

-Usted dijo que debía hacer lo que me pidieran.

-E informarme, solo olvidabas la ultima convenientemente- dijo sarcástico mi hermano.

La visita de este no fue muy larga y poco después la pareja decidió ir a su departamento dejándonos así a ambos en un incómodo silencio.

-¿Quieres comer algo?- negó

-Dormiré un rato aprovechando que esta dormida.

-Prepararé la cena entonces- se perdió por el pasillo sin responder.

Puse manos a la obra con la cena y cuando estuvo puesta decidí pasar a ver la bebe. Ya estaba despierta en su cuna, admiraba los adornos sobre esta, apenas me vio comenzó a llorar.

-Shh no llores no llores- no paraba. Me había comenzado a desesperar cuando recordé lo que dijo mi hermano.

La dejé en la pequeña cuna y me deshice de mi playera con rapidez para tomarla. Cuando lo hice su llanto había aumentado.

-¿Pero qué haces?- su madre se había adentrado al cuarto. Tomó la niña en brazos.

-SeokJin me dijo que debía hacer eso crear lazos.- la ví suspirar.

-Funciona cuando con eso le transmites paz y amor al bebe, los bebés sienten las cosas. Quizás por eso no te quiere cerca.

-¿Que insinúas?

-Qué la miras como si fuera un error.

-¡Pero que cosas dices Sofía!- mi voz se había alzado sin notarlo. -Yo amo a mi hija

-No grites frente a ella. Pareces más asustado con su existencia que feliz.

-Porque lo estoy. Estoy asustado. Desperté un día siendo padre, ¿entiendes eso?

-Cuando me creías ser Kim parecías bastante interesado en su bebé- dijo por último para salir del cuarto.





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