18- Despedida (KTH)

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-Creí que cenaríamos- mierda me importaba justo ahora, no cuando la tenía acomodada sobre la mesa de mi comedor.

Había llegado de mi trabajo, la encontré dentro de mi cuarto, había pedido una llave en recepción y si fueran otras circunstancias me molestaría, pero estaba recién salida de la ducha, con el pelo aún húmedo y la cena a un lado mientras la desempacaba, la camiseta que la cubría no hacía mucho por mí y sumándole el hecho de tener la tela húmeda sobre sus pechos y mostrando un poco de sus erectos pezones, así que la cena puede enfriarse si desea, tengo algo más caliente que atender.

-¿No te bastó con lo de ayer?- negué y enterré la cara en su cuello, moría por morderla, marcarla completa.

Hacerla mía verdaderamente

Mis dedos fueron a su entrepierna mientras nos besábamos, estaba húmeda y caliente para mi, mi uniforme estorbaba, deseaba quitarlo. -Déjalo, quiero que me tomes así.- ohhh, esto está mal, mi polla se sacudió con solo escucharla.

Mi cinturón cedió, mi pantalón y bóxer fueron acomodados por ella hasta dejar libre lo que su mano se encargaba de tocar, entré en ella de solo una embestida y la sensación que recorrió mi cuerpo fue única.

-El condon- ahh

-Olvidado, te dejaré llena de mi- perdí todo mi autocontrol, el sentirla sin algo de por medio era una maravilla, se sentía aún más cálido, aún más mío.

Tomé sus piernas entre mis manos y las abrí aún más, una de ellas alcanzó mi hombro y descanso en el dándome más acceso a su interior.

Sus gemidos me tenían de un abismo, como sus manos y uñas se aferraban a mis hombros, a mi cuello. En más de una ocasión sentí el ardor de estas al pasar por mi piel y no hacía más que excitarme más.

-Se mía- bombeé con más fuerza en su interior mientras la veía morder sus labios, atrapé estos con los míos y los lamí y chupé, estaban rojos e hinchados. -Se mía- repetí

Salí de ella y la giré para volver a colarme entre sus piernas, mi mano fue a su cuello mientras nos movíamos.

Verla estremecerse completa mientras me recibía, verla apretar la nada entre sus manos y escucharla gemir para mi, me tenía deseoso de esparcirme en su interior toda la noche.

-Se mía- asintió al fin cuando su cuerpo y el mío cayeron prácticamente desplomados sobre la mesa.

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-¿Está rico?- asentí

-Mañana debo ir con mi familia.

-Ahh- se limitó a responder, ha estado algo extraña luego de nuestro momento, callada.

-Quiero que tengamos una cita al regresar. ¿Te gustaría?

-Lo pensaré- dejó su plato, no había comido mucho la verdad. -Debo irme, tengo algo que hacer.

-Creí que te quedarías, es decir. Me voy mañana luego del trabajo.

-¿Cuando regresas?- a pesar de mi negativa se había puesto de pie dispuesta a marcharse.

-En dos días.

-Nos vemos- dijo luego de un asentimiento.

-¿Que pasa? ¿Hice algo que te molestara? ¿Fui más brusco de lo que debía?- me había puesto de pie y sostenía su mano evitando que se alejara.

Estaba mal y solo negó, pero lo sabía. Sabía que algo pasaba con ella.

Me acerqué a abrazarla y apreté fuerte hacerse que devolvió ese gesto, nos mantuvimos así unos minutos en los que disfruté de su olor mezclado con el mío.

-Te mentí- dijo sin más y un sentimiento de culpa vino a mi, yo también lo hacía, lo que sea que ella haya hecho no se compara a mi persona mintiéndole sobre mi nombre, sobre quien soy. -Yo... no quiero que me odies.

-Tranquila, no lo haría. Aveces mentimos, por una u otra razón, eso no te hace una mala persona- ni a mi. -No importa, lo que sea no me importa- espero que me entienda cuando le diga la verdad.

-¿Podemos hablarlo cuando regreses?

-Lo haremos, tranquila. Te amo- mi cuerpo entero se tensó cuando esas palabras se escaparon de mi boca, no debía. Podía asustarla.

Alejó su cuerpo de mí lo suficiente como para ver mi rostro y sentí sus labios sobre los míos, me besaba con fuerza y lentitud, su lengua rosaba deliciosamente mis labios hasta colarse entre mi boca y hacer estragos en ella.

Luego sentí sus manos ir a mi pantalón para bajarlo. -¿Creí que debías irte?- aún así la conduje a la cama mientras mi camiseta tocaba él suelo.

-Házmelo lento

-Ahhh Kim, me harás morir





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Solo Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora