Aunque... sinceramente lo agradezco.

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Y es claro que esa negativa no le gusta para nada a Yoongi, quien no duda en ir a confrontarlo ni bien el profesor Kim se lo informa esa misma mañana.

Por lo que aprovecha que aún no inicia la hora de clases, justo cuando Jimin recién comienza a abrir su casillero, para tomarlo del brazo —sin decirle nada antes—, y arrastrarlo a una de las esquinas más cercanas de ese pasillo.

—¿Oye, qué haces? —le pregunta él con la voz comprimida y ojos caramelos exaltados—. Todos nos están mirando. —Se intenta soltar, pero el agarre en su muñeca se ajusta—. ¡Yoongi!

Grita su nombre, pero aún así lo ignora. No deteniéndose hasta que llegan a una recta que los oculta de los demás. Jimin al fin logra liberarse con una fuerza que lo empuja por inercia hacia la pared.

—¡¿Acaso enloqueciste?! —Ahora sí puede reclamarle abiertamente—. ¿Cómo te atreves a-

—¿Por qué le dijiste que no al profesor Kim?

Yoongi lo interrumpe con su pregunta. Porque le parece exagerado lo que dice, no toda la escuela está al pendiente de él.

Sin embargo, esa pregunta también cambia el rostro escandalizado de Jimin a uno prepotente.

—No es mi problema esa presentación. Jamás perdería mi tiempo en algo tan insignificante como eso.

Hasta ese punto, Yoongi quería golpearlo, pero debe controlarse si quiere convencerlo.

—Park, no es cualquier presentación, es la mía.

Eso atrajo la atención de Jimin aunque no lo hizo notar. Es que había llegado a la conclusión de que el profesor Kim le había mentido en eso, como en el resto de cosas que le dijo.

—¿Y eso me importa porque...?

Yoongi resopla. Es obvio que la única manera de razonar con él es a través de tratos.

Alianzas.

—Te importa porque si aceptas participar en la presentación, con gusto accederé a tu jueguito de enseñarte a tocar el piano.

Ahora Jimin no puede seguir fingiendo que eso no le intriga.

Esa presentación debe ser muy importante como para que esté intentando negociar con él.

Sonrió con suficiencia para sí mismo. Sí que se divertirá hoy.

—Hay algo que no comprendo de todo esto. —Se acerca a él con tono desentendido—. ¿Por qué me recomendaste si supuestamente me odias? ¿Tanto así te gustó mi voz?

Yoongi apretó su mandíbula. Solo quería burlarse de él, pero no, no se dejaría.

—No eras mi primera opción, ¿ok? —Lo mira irritado—. Solo estoy lo suficientemente desesperado porque quiero que mi presentación salga bien, y resulta que tu voz encaja con la canción que estoy haciendo. No hay más, deja de creerte el centro del universo por una jodida vez en tu vida.

Jimin hizo relucir una sonrisa en sus labios de tinte rosado. Habló de forma tan apresurada que apenas se dio a entender.

—Wow, nunca te había escuchado tan nervioso. —Se cruzó de brazos y levantó su cabeza en un claro signo de arrogancia—. Halagador... pero no.

Sin querer alargar más ese momento, se disponía a irse, pero un brazo se interpuso en su camino. Yoongi lo había estirado hasta dar con la pared, no dejando que se escape a los costados.

—Park, te lo estoy pidiendo de buena manera, no quieres enojarme.

Al decírselo, se había acercado más que antes, inclusive Jimin podía sentir el ligero toque de su respiración sobre su rostro.

Yoongi se quedó en ese mismo sitio, como si a través de sus ojos negros buscara analizar sus más profundos pensamientos o estuviera planeando algo contra él. No importaba, el de cabello dorado quería que se alejara, pero, como siempre, su cuerpo no parecía obedecerle cuando estaba así de cerca.

—Bien, como quieras. —De un momento a otro, Yoongi se aparta de él, dándole el espacio que tanto estaba necesitando—. Pero te vas olvidando de nuestra "alianza", se acabó.

Y pese a lo contundente que sonaron sus palabras, Jimin solo atinó a parpadear, tratando de sacarse esa molesta sensación de su cuerpo.

Que es muy distinta a la que Kyusong había dejado en él la última vez. Porque más que molesta, no dejaba de hacerle cosquillas en todo su cuerpo. 

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora