No puedo,

404 79 33
                                    

—Jimin no tiene nada que ver en esto. 

Heesoo formó una tensa línea con sus labios. 

—Por supuesto que lo sé —lo confronta—. El único responsable de todo este problema, como siempre, debes ser tú. 

Yoongi aprieta su mandíbula. Toda su cabeza le dolía horrores, pero no se mostraría débil ante ella. 

—Si solo viniste a decirme lo de siempre-

—Ahora solo me interesa decirte una cosa. —Heesoo se cruza de brazos, sin dejar de mirarlo con fiereza—. Mantente alejado de Jimin. No es la primera vez que te lo advierto, pero sí espero que sea la última que lo haga. 

Yoongi arqueó la comisura de la boca que no se había lastimado. 

—¿En serio crees que te voy a hacer caso?

—A tu abuela le conviene que sí. —Los labios antes rígidos de Heesoo se torcieron en una cruda sonrisa—. Porque, de hecho, ya me has generado muchos gastos y tu pelea en la escuela se suma a uno más de ellos. 

La confianza de Yoongi se desestabilizó. 

—Heesoo-

—No más dinero por este mes. 

Se lo dice como un ultimátum que  él claramente no está dispuesto a aceptar. 

—Esto no fue en lo que quedamos —se lo recuerda enseguida—. Mi abuela necesita ese dinero. 

—Y yo necesito que detengas lo que sea que le estés haciendo a Jimin. 

—¡Yo no le estoy haciendo nada! —grita exasperado—. En años... es la primera vez que no le estoy haciendo nada malo, ¿cómo algo así podría molestarte?

—Me molesta tu simple existencia —le dijo Heesoo con la frialdad de siempre. La que antes también demostraba hacia su padre, ahora era exclusiva para él.

Por eso los hombros de Yoongi se aflojan y su estómago se hunde. Nunca entenderá el que ella lo odie tanto. Sí, sabe que no es alguien brillante, ni sumamente encantador como Jimin, pero su yo de niño no podía dejar de preguntarse por qué su madre prefería a un extraño que a él. ¿Así de malo era?

Sin embargo, pensar ahora en Jimin le causaba un sentimiento diferente. Eso hizo que su cabeza se mantuviera en alto hacia ella. 

—Lo sé, créeme que lo sé. —Su mirada vuelve a llenarse de seguridad—. ¿Pero sabes a quién no le molesta? A Jimin. —Y de un brillo particular—. Así que puedes amenazarme todo lo que quieras, pero eso no hará que me aleje de él.

Los ojos de Heesoo se endurecen. 

—Mis advertencias no son un juego, Yoongi, lo sabes. 

—Así como también sé que si no cumples con tu parte del trato, no me quedará más remedio que volver a Daegu y así toda tu farsa de la familia feliz se caerá en pedazos ante tu amado esposo. —Yoongi da un paso firme hacia ella—. Porque no creo que le encante la idea de que me vaya de nuevo, ¿o sí?

Ese es un hecho del que siempre fue consciente, pero que no había utilizado a su favor hasta ahora. Recién con Jimin se vio con la obligación de hacerlo, no quería perder lo que está pasando entre ellos. O lo que, más bien, aún no iniciaba. 

—¿Realmente piensas que eres así de importante para esta familia?

—No sé si para esta "familia", pero sí para ellos. 

Al menos para Jimin. Lo único que le importaba era él. 

Heesoo lo miró con odio una vez más, pero no le dijo nada, solo salió del ático con el enojo apoderándose por completo de ella. 

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora