Alianza Equivocada | yoonmin

la vida me demostró

Porque con esa misma sonrisa continuó una nueva semana.

Y esta es tan natural sobre sus labios mientras empieza a abrir su casillero en la escuela, que es la señal definitiva para que una bonita chica de cabello largo y castaño se anime a acercársele.

—Buenos días. —Ella se inclina al saludarlo, sin borrar la sonrisa amistosa de su rostro—. Disculpa que venga de esta forma, pero solo quería felicitarte por el estupendo show de Navidad que diste.

Jimin se descoloca un poco en su sitio, porque no recuerda haberla visto antes, pero su encantadora expresión se mantuvo intacta.

—Muchas gracias... —La miró con una ligera arruga en su frente, eso hizo que ella entendiera lo que quería preguntar.

—Mi nombre es Suran, Shin Suran —se presenta enseguida.

Y fue con ese nombre que Jimin supo quién era ella.

—Ah... tú eras la que originalmente cantaría la canción de Yoongi.

—Sí. —Suran asiente con una repentina timidez—. Hablando de eso, también quería agradecerte de que aceptaras formar parte de su presentación. Porque esta en especial... era muy importante para él.

Algo en la forma en que lo dijo hizo que la sonrisa de Jimin se congelara por un segundo para luego tornarse falsa hacia ella.

—Lo sé —se lo dijo con un tono de voz punzante.

—Es que me daba terror pensar que ya no... —Suran suspiró—. Mi resfriado solo empeoró las cosas para él, pero me alegra que todo se solucionara al final. En serio, hiciste un gran trabajo.

Esas palabras le estaban quitando las ganas de sonreír a Jimin, por lo que simplemente asintió en silencio. Suran hizo una reverencia como despedida para luego voltearse y caminar al fondo del pasillo.

—Oh, Suran noona. —Esa voz, a unos cuantos casilleros atrás, llama su atención—. Ya se ve bastante mejor.

Jungkook estaba sacando unos libros desde el suyo, brindándole una pequeña sonrisa al de cabellos dorados porque ya lo había saludado cuando encontraron en la entrada de la escuela. Sin embargo, fue ese último gesto al que Jimin no pudo corresponderle del todo.

—Sí... solo vino a felicitarme. —Sacude ligeramente su cabeza para poder concentrarse en las libretas y libros que usaría para su siguiente clase.

—Así es ella. —Jungkook cerró su casillero y se fue acercando a él—. Aunque debió sentirse muy mal por no poder cantar para Yoongi.

Pero, de nuevo, el enfoque de Jimin se desvía.

—¿Por qué?

Ni siquiera hizo el intento de sonar casual al preguntárselo. Lo único que quería en ese momento era respuestas.

—Es que esa hubiese sido una gran oportunidad para- —Jungkook paró de hablar abruptamente, como si hubiese dado cuenta con quién estaba en ese instante—. N-nada.

Dios, ese niño era tan malo mintiendo.

—Jungkook, habla.

Jimin ahora tenía la total confianza de quitarse su máscara de simpatía con él si la situación así lo requería.

—Sunbae, s-solo son chismes. —Pero, por supuesto, él no lo dejaría pasar y a Jungkook no le quedó más que ceder ante su inquisitiva mirada, suspirando en rendición—. En el taller de canto dicen que a Suran noona le... le gusta Yoongi hyung.

Las facciones del rostro de Jimin se endurecieron de golpe. Así que sus sospechas esta vez fueron ciertas. Perfecto, simplemente perfecto.

—Hay algo más, ¿no?